lunes, 10 de abril de 2023

CRISTOBAL LÓPEZ DE LA MANZANARA: "EL LIBRO DE LOS OLORES"

 

 

CRISTOBAL LÓPEZ DE LA MANZANARA:

EL LIBRO DE LOS OLORES

Recibo de Cristóbal López de la Manzanara,  Membrilla (Ciudad Real, 1958), El libro de los olores, premio Nicolás del Hierro 2021 publicado por el Ayuntamiento de Piedrabuena y la colaboración de la Diputación Provincial de Ciudad Real,  en la Colección Yedra,  con portada del pintor-poeta Teo Serna. 

Confiesa Cristóbal  que es un texto, que ha venido construyéndose  con el tiempo, un diario que ha sido dejado muchas veces  Este poeta ha ido escribiendo y abandonando el libro, añadiendo y quitando versos, pero nunca ha olvidado el aroma que han ido provocando las palabras, pensadas, sentidas y escritas que siempre han caminado junto a él. 

Tiene este libro mezcla de olores y colores, hay en él sonidos y  emociones mezclados con recuerdos  en un rumoroso camino  biográfico  con tintes surrealistas y pinceladas de impresionismo luminoso  que trata de captar la luz de la verdad, asemejándose a una realidad donde la delicadeza, abraza las composiciones  hechas paso a paso de vida. Hay quien ve en este libro el trabajo de un cuaderno de campo. Y yo veo y siento al leer este “Olor a primavera” que os pongo aquí, cómo se renueva la vida, esa que Machado soñaba en primavera, y reverdece y rezuma alegría y esperanza:



El aire acostado todo a sus anchas 

sobre los hilos de la hierba

peina la raya al campo,

luego sale con el verde cogido

del brazo para dar largo un paseo

por las rotas nevadas en el tiempo de abril.

 

Todo rezuma aroma de milagro, 

la luz a los peciolos cosquillea,

los trinos huelen a maitines,

hay entre los aleros voces llamando amor.

La esperanza se echa  

a correr y correr como una loca.

 

Según se cuenta en “Crónica”. El libro consta de dos partes, la primera titulada Madrid-París, nombre con el que su abuelo designaba el cuarto de las herramientas y que a su vez viene de un bazar instalado en Albacete en el que había de todo, incluso fragancias importadas desde Paris en los años 20 del siglo pasado.

 

En esta apartado se canta a una gran variedad de aromas  que van desde el “Olor a frío”, hasta el “Olor a paz,” olores, provocados por los estados, emocionales y evocaciones que le han ido sucediendo a lo largo de los años y así como un extranjero de la propia sombra del recuerdo evoca el  OLOR A CASA”

Al regresar rechinan en los ojos 



los primeros pecados capitales,

la infancia y la lujuria de haber sido

un extranjero de la propia sombra

en el exilio de los años

que atosigan el alma con los tantos por ciento

que de ternura la memoria aguanta.

 

López de la Manzanara  manifiesta en “Crónica” que el “verdadero poeta tiene que ser cada día más exigente consigo mismo a la hora de publicar, pues entre otras cosas debe constituirse en vigía del lenguaje y para cuidarlo hay que revisar y revisar. (…) y termina diciendo que: Si los poetas no se prestan a cuidar el lenguaje… ¿quién lo va hacer…?”.  “Los poetas somos las niñeras del lenguaje”, añade. Y con el lenguaje rememora eso que él titula “Lugares esenciales” y lo hace con palabras  plenas de sentido, de ritmo y de emoción y en “Olor a Membrilla” (su pueblo natal) nos evoca de nuevo estaciones. Aquí la primavera:


La vida da de pronto un vuelco, 

anda descalza por la tierra

con la emoción colgada encima de un preámbulo,

Escolarmente es todo humilde  y ya sentido 

en la fiesta del agua que pregunta

el color esmeralda intado por los ojos.

Con la bondad de la noticia besando las arterias,

hay olor a esperanza corriendo por la calle.

En la primera parte todo es intuición, paseo, instantes captados, luces, un niño que recuerda, un hombre que mira su interior…Con una poesía intimista y confesional recorro estos olores como el“Olor a Getafe”, donde vive y nos acerca en su apartado II  el amor a la tierra de la infancia  y el amor a borbotones del lugar en que vive.

II (fragmento)

Esta tierra te acoge con las manos,

te incendia el paladar a bocanadas,

te inunda de amistad con su lenguaje

con la humildad del árbol

que escucha al que pasea.



En la segunda parte  el poeta abre su corazón y contempla y escribe de las ciudades y pueblos que ha contemplado, donde ha vivido a lo largo de la vida. 

Y Escribe  de los paisajes: rurales, urbanos, de infancia o  de madurez y escribe. Escribe porque  siempre ha sabido, el libro que quería escribir, y en él ha plasmado la contemplación claudiana con la emoción y el ritmo que lleva dentro de sí, por si la vida y sus colores, por si la vida y sus olores le producen la necesidad de expresar, con el lenguaje , el amor, la ternura… lo que la contemplación le muestra.

Una lectura deliciosa la de estos poemas de memoria y reflexión, que conforman El libro de los olores  y que ha prologado Rafael Morales Barba, que acertadamente nos dice:  “Se trata en definitiva, de acercarnos  un recorrido emocional, ajustado a una trayectoria sentimental.” Y en esta trayectoria mostrarnos los olores que nos van conformando y quedándose en el recuerdo, en la memoria, en la materia de los sueños. Al igual que una casa “Una casa que guarda entre su aroma /la prisa que anunciaba el alma de un recuerdo

 


Cristóbal López de la Manzanara Cano, a quien recuerdo siempre acompañado de Mercedes, su esposa, es Licenciado en Farmacia y en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Poeta y ensayista. Ha sido redactor de la revista literaria “Nayagua” y ha sido subdirector de la revista de creación literaria “Cuadernos del Matemático”  que se realizaba en Getafe, donde vive y ejerce de boticario desde 1982. También es redactor de la revista “Calicanto” de Manzanares (Ciudad Real), donde vivió y pasa temporadas. Destaca su actividad política dentro del ámbito farmacéutico como presidente de Adefarma y secretario general de la Federación Nacional de Oficinas de Farmacia.

Tiene publicados siete libros de poemas:Episodios de la sed (1989). Las  pesadumbres del ozono (1991), La voz entre palabras. Poemas 1992-1996 (1998), El cajón de las formas. Sonetos boticarios y otras formas (2009), Curro Chamusca (2013), Haikus para una primavera ( Lastura, 2017) y este  El libro de los olores (2021)


Ha sido antologado en el extranjero en los países de Cuba y de Argentina.

Actualmente anda en otro proyecto antológico dedicado a los cuentos y es el promotor de grupo “Poetas de la Venida”, en Getafe.

 

                             Manuel López Azorín

 

 

 

 

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