domingo, 2 de abril de 2023

ELEGÍA En recuerdo de Pepe Hierro

ELEGÍA  En recuerdo de Pepe Hierro

 

Mañana 3 de abril de 2023 es el cumpleaños de Pepe Hierro

Cumpliría 
101 años y sin embargo hace ya 21 que se nos fue un 21 de diciembre de 2002. Muchos años tuvimos de buena amistad, de colaboraciones juntos y de cenas, de tertulias. Pepe fue muy generoso conmigo, accedía a todo lo que le pedía que hiciera y lo hacía encantado. Reconozco que (y alguna vez se lo dije a él y 

sonreía) que le exprimía como a un limón y es que Pepe aun 

pareciendo un hombre serio, adusto, con esa cara de mogol que 

asustaba a tantos, era como un membrillo, áspero por fuera pero 

dulce por dentro y yo me aprovechaba de que a él le gustaba lo que 

yo hacía, principalmente en cuanto a difusión de la poesía (en 

cuanto a mi propia poesía, me escribió prólogos y presentó algunos de mis libros. Pero nunca le exprimí en ese aspecto, lo hizo porque se ofreció a hacerlo y yo, encantado) Le gustaba que le pidiera que presentara en las Tertulias de Autor a tal o cual poeta (aunque siempre me decía “vale voy pero no lo hago por ti eh!, lo hago para ir luego al tío conejero ( léase Mesón La Rueda, ya desaparecido”) 


yo sonreía y le decía: Ya , ya sé que lo haces por eso, que te gusta el conejo al ajillo y el jamón y el queso y la ensalada. (Este era el 

menú fijo para todos los que acudíamos a cenar y que al final 

pagábamos a escote con excepción del poeta invitado)

 


El caso es que cuando fundé el 

grupo Helicón él se prestó a ser 

el padrino, y lo fue cuando ya el 

grupo estaba asentado. Cuando 

creé las Tertulias de Autor se me ofreció para diseñar la invitación y me preparó siete dibujos a elegir, además de venir como presentador o como simple oyente a muchas de ellas.

Y dos meses antes de concederle el Premio Cervantes habiamos acordado que viniera invitado por segunda vez a Tertulias de Autor  para leer su libro Cuaderno de Nueva York. Al enterarme de que era Premio Cervantes, hable con él y le pregunté: ¿Pepe vas a venir a las Tertulias, sabes que el 18 (diez día antes le habian concedido el Premio) me respondió : "pues claro que voy a ir, ¿que has pensado que por ser Cervantes ya no iría a tu tertulia? estás tonto, señorito!" 

Cuando puse en marcha el CEP (Centro de Estudios de la Poesía )  

me dijo: “cuenta conmigo para lo que necesites” En el caso es que 

cuando algunos poetas amigos  me comentaban que anduviera con 

ojo con Pepe Hierro, en primer lugar me sorprendía, después les 

daba las gracias y pasaba página. ¿Cómo voy a andar con ojo con 

quien me compra paquetes del tabaco que yo fumo, para 

cuando el me pida tener y darle? 

 


                                                        ¿Y cómo voy a desconfiar de 

quien le pide a su hija Marian que me sirva de Choferesa para ir y venir a Madrid a determinadas tertulias porque yo andaba con tratamiento de quimioterapia y no quería que fuera yo solo? Marián me recogia con su coche en casa, me llevaba donde yo quería ir y luego me traía de nuevo a casa y así dos años.

Yo creía conocer bien a Pepe  siempre he tratado con todo el mundo de guiarme por mi personal experiencia.  Un mes o mes y medio antes de fallecer mientras le visitaba en el hospital Carlos III, 

Durante las dos horas que estuve con él, hablábamos y habláblamos, como siempre, y mientras lo haciamos me preparó un dibujo en tamaño  dina-4, diciéndome: 

“cuando salga de aquí te haré un dibujo especial y más grande para  

ti” No pudo ser.


Yo conocía bien a Pepe y 

conmigo fue, lo diré siempre, 

especialmente generoso 

(aconsejándome, asesorándome, 

animándome a relizar los 

proyectos que tenía en mente... 

De todos los poetas que he 

conocido he aprendido y mucho; pero especialmente de Claudio,  Antonio y  Pepey eso no se olvida. Por eso los recuerdo siempre, Por eso  escribí algunos poemas  para ellos y por eso esta Elegía.

 

 

                   ELEGÍA

 

Yo tenía un amigo que se llamaba amigo.

Yo tenía un amigo

del que me prevenían los amigos.

 

Yo tenía un amigo y lo acunaba.

 

Le vi pintar el último dibujo, con ojos de agua,

entre las camas de los hospitales,

aspirando el tomillo que purifica el aire,

comiéndoselo a golpes de hostia consagrada

por el gran sacerdote de la leve esperanza.

 

Yo tenía un amigo.

Se marchó una mañana rumbo al parque

de pichones nevados, tiritando de frío.

 

Yo tenía un amigo

 

He clamado a la vida para ver si regresa

y la vida, en silencio, me ha ofrecido la noche,

la luna sarracena y la vigilia

del último recuerdo,

del último dibujo,

de las palabras últimas cuando, soñando juntos,

nos pusimos a hablar de tantas cosas.

.

Yo tenía un amigo y lo acunaba.

Olvidado de otoños, un invierno,

se marchó hacia la casa del olvido.     

     

(Y yo, aún lo recuerdo.)


                             Manuel López Azorín

 

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