Pepe Ramos: El cielo de las cajeras
Pepe Ramos (Madrid, 1971) tras un largo silencio, Pepe suele publicar de tarde en tarde,
en esta ocasión han transcurrido once años desde que publicó La
ansiedad del escapista (2012) y ahora nos presenta un nuevo libro de
poemas titulado El cielo de las cajeras (Grupo 17 Musas SL.) Colección dirigida
por Carlos Salem.
Carlos Salem en el prólogo de El cielo de las cajeras nos
dice: “Este libro es Pepe Ramos en
estado impuro, es decir en estado humano y poético, combinando esa visión de lo
que pasa, de lo que está pasando mientras lees sus poemas, con un eco remoto
que te hace pensar en un juglar de esos que se reían en la cara de los reyes (o eso cuentan las leyendas) con
inteligencia suficiente para que los reyes
se rieran para creerse inteligentes sin serlo.”
El
rey se cree rey
y
luego el loco soy yo.
El
panadero por las tardes es karateka,
el
karateka es camarero por las noches,
el
camarero es youtuber por las mañanas
pero
el rey se cree rey
todo
el rato.
(…)
Pobre
hombre.
A Pepe Ramos lo conocí a principio de los años 90, Apuleyo
Soto con su mágica librería de Alcobendas y yo le apadrinamos en el
lanzamiento de una revista El pájaro de papel, fue en la Casa de las asociaciones de dicha localidad.
Pepe ha publicado los poemarios Samsara (1998), La copa rota (1999), Cinco formas de dar pena (2002) y La ansiedad
del escapista (2012).
Entonces era un joven como cualquier joven pero parecía raro porque
escribía poesía. A los poetas siempre nos han tachado de raros. Pues él
escribía poesía y además (y esto no era
lo habitual) lo hacía con cierta gracia y no exento de talento. La poesía
además de su enorme diversidad también puede ofrecer humor, ácido o dulce,
porque la poesía y la vida se parecen mucho, es más yo diría que son la misma
cosa y la vida es seria, honda, profunda y al tiempo es alegre, bienhumorada, etc.
Todo está incluido en ellas lo positivo,
lo bello, el amor y sus contrarios. Y Pepe Ramos desde siempre ha tratado de mostrar ese lado de humor
algo acidillo, quizá por no mostrarse demasiado en su íntima verdad.
Síntomas
No
sé cómo va esto
porque
no tengo experiencia
pero
el caso es que hoy el aire
de
la madrugada no duele
ni
me molesta la cremallera rota.
Que
me siento feliz, vamos.
Ramos nos habla de amor como en el caso de este fragmento del
poema “Síntomas” y en otros de desamor
con rabia, tristeza y decepción para variar y de la misma manera escribe poemas
de crítica social aunque aquí, en ellos,
introduce la ironía y el sarcasmo para contarnos su compromiso con el tiempo
que le toca, que nos toca, vivir.
Convirtieron
a
los periodistas en contertulios,
a
los narradores en biógrafos,
a
los músicos en modelos,
a
los arquitectos en divas,
a
los maestros en columnistas
y
a los actores en afiliados.
Los
poetas por envidia
nos
hicimos también
contertulios,
biógrafos,
modelos,
divas,
columnistas,
afiliados
a
la vez que forenses
y
enterradores
de
tus ganas
de
leer poesía.
Pepe continúa (y hace bien) con la misma
línea, la de mostrarnos una poesía de sorpresas verbales, de línea clara y
lenguaje actual, un poco atípico en la mayoría de los poetas
Sigue en la brecha de escribir, de escribirnos de una forma
desenfadada , algo undergraum que se
dice, con humor , con ironía, de crítica también y hablándonos de esta vida que
llevamos plena de sociedad de consumo, de capitalismo liberal, en
contraposición con otra,( dentro de esta) de mucho trabajo y poca paga como es
el caso de muchos oficios y por ejemplo el de la cajeras. Pepe no se anda con sutilezas
líricas pero en su poesía hay ideas y modos
de decir que sorprenden y que muestran
inteligencia.
Sus poemas, son como he dicho claros y siempre cercanos a lo
cotidiano. Pepe Ramos tiene un gran
sentido del humor que a veces nos muestra con cierta amargura. Parece en
principio una poesía muy fácil la suya, por su sencillez pero no os quedéis
ahí, leedle más detenidamente y veréis que eso es una facilidad engañosa, que
hay en su poesía un fondo, un sedimento hondo, profundo y cualquier poema suyo,
que a simple y primera lectura puede parecer simple, o gracioso o de ingenio
verbal pero nada más, si lo leéis con
detenimiento os tocará los sentidos que
digo yo, que es como tocarnos el alma.
Hace ya años leí su libro La ansiedad del escapista. Un libro
con humor con amargura, con ansiedad, Pepe
Ramos como muchos poetas, escribe para que le quieran y no piensa en un
futuro, no, escribe para ya, ahora, hoy y le cuesta escribir, ponerse frente al
ordenador, suele decir que le crea una cierta ansiedad, quizá por esta razón tarda
tanto en ofrecernos su poesía.
El
cielo de las cajeras (fragmento)
Mide
diez por diez metros
Aproximadamente.
Limita
con una valla metálica
por
este, oeste y sur
y
tiene por norte
la
puerta del almacén.
Bajo
ella, los tres peldaños
donde
estas heroínas liban
abundante
café de máquina
según
descansos del convenio.
En la última sección de El cielo de las cajeras Pepe
Ramos nos ofrece una serie de Cometas- aforismos. Dejo aquí
algunos:
Yo solo creo en mi,
pero no soy practicante.
A partir de cierta
edad, uno más que aprender asume.
Los sueños son una
vida extra que nos regalan.
La forma más adulta
de querer es hacerlo como un niño.
De Pepe Ramos
dije hace tiempo en mi blog:
La raíz de toda la poesía de Pepe Ramos es emplear la
palabra como motivo de huida, de afirmación o de pregunta, de sugerencia, de
sorpresa verbal en ocasiones, de sentencia o de juego visual que no es, en el
fondo, tan juego sino todo lo contrario. Es exploración reflexiva, metafísica
adornada de florituras irónicas, Ironías aderezadas de erotismo, Autolesiones
como ataque para una mejor defensa del yo con toda su carga de duda, miedo,
inseguridad (como todo mortal),
La poesía de Pepe es, en definitiva, un gran ejercicio poético con lenguaje claro y
muy actual (aunque se nota, especialmente en esta de El cielo de las cajeras)
que ha ganado mucho en el aprendizaje del manejo de la poesía formal y bien medida, como el "sonetito" que dice él y que es un soneto en toda regla y nos
muestra una poesía muy suya, y plena de matices que pintan desde la pátina
colorista de la superficie risueña hasta el hondo y desasosegante pigmento del
interior que todo ser humano lleva dentro de sí, unida a la crítica irónica-social.
Continúo viendo al poeta Pepe Ramos que se defiende
del mundo con ironía y que juega a mostrar en su juego que la palabra nos libera en muchas ocasiones y también
nos enseña a sonreír con la poesía.
Manuel López Azorín
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