LUIS CONTRERAS JARA “EN EL PENTAGRAMA DE LOS PÁJAROS” (SELECCIÓN POÉTICA),
BELLEZA, AMOR Y COMPROMISO
Este
libro de poemas no es antológico, por esta razón Luis Contreras Jara lo ha subtitulado Selección Poética; en mi opinión una selección
de belleza, amor y compromiso. Los poemas que aquí se incluyen son textos
escritos en diferentes épocas, sin pretensión de reunirlos en libro Algunos han
sido publicados en revistas, pequeñas ediciones colectivas, antologías nacionales
e internacionales. Su poesía es más conocida por lecturas personales, recitales
colectivos, etc. .Se puede decir que todo es inédito, o parcialmente inédito
aquello que ha sido publicado en revistas.
En el pentagrama de los pájaros es un título extraído de un verso que aparece en uno de sus
poemas (“Más allá del Mar”),del que pongo aquí unos fragmentos:
Tu voz cruza el tiempo como una bandada de pájaros
que se van llevando los cielos
y entre las estrellas que lloran
imagino el mapa constelado que vendríamos a fundar
entre los hombres,
la tierra fantástica que anunciaron los mensajeros
en la que danzaríamos con el torbellino de los
capullos
sobre los parques.
En tu voz viajan leones que insultan a las mordazas y
a la pólvora
y la libertad monta en las tempestades
soltando legiones de cormoranes y de dardos.
(…)
En el susurro que cubre al mundo
se anuncia el regreso de los anillos perdidos,
mientras en la ronda inevitable, los huertos
pisoteados
levantan otra vez a las castigadas flores.
(…)
No sabes que las niñas de mi país jugaban contigo
cuando eras la novia imaginaria de sus cantos,
tú que bordas, que tejes, que troquelas secretamente
las orillas de las costas y cuelgas
una mantilla roja en el pentagrama de los pájaros.
Canta sobre los alambres con que la oscuridad ata a
las ciudades;
allí donde los dioses azotan todavía la espalda de la
tierra,
(…)
Vamos a fundar otro mundo encima de este mundo,
otra estatua en la cumbre de las rocas,
otra ceniza junto a las estrellas, un pecado mayor que
el paraíso,
un castigo más grande que el amor,
una vergüenza nueva, vámonos a inventar otra
serpiente,
sin pantano sagrado, sin destierro,
con todos los instrumentos de la carne
con todas las orquestas de los huesos;
otra barca, otros mares, otra arena;
otra lluvia mortal, otra montaña;
otro ramo de olivo, otra paloma…
Recuerdo que en uno de los muchos mensajes que intercambiamos Luis y yo, me comentaba en relación al sentido del título que: “se relaciona con la semejanza entre los tendidos de las líneas eléctricas que cruzan las ciudades y campos, en donde los pájaros, en su libertad, se paran a cantar, y su símil con las notas escritas sobre un pentagrama.” Es, me decía, “la imagen de una libertad y un canto sustentados sobre la carga eléctrica que circula bajo lo que se toca, ignorando o desafiando sus peligros, ya que la vida humana es un desafío y un permanente acto de enfrentar peligros mortales cuando se habla de la verdad”.
Para Luis Contreras Jara estar en el
pentagrama de los pájaros “representa la
contemplación y a la vez la proclamación de una alternativa de armonía y verdad
que se lanza, como el canto, hacia todos los puntos del universo”.
De
manera que estar en este simbólico
pentagrama de los pájaros representa el sueño de la libertad, de un horizonte sin barreras que es como un
canto que sueña “otro mundo encima de este mundo”.
Un libro este En el pentagrama de los pájaros, íntimo, porque parte de sus poemas
hablan desde lo más dentro de sí mismo. Un libro testimonial porque da prueba
del tiempo que le toca vivir; por tanto es un corpus de compromiso, un libro
individual al tiempo que colectivo
porque desde su pensamiento interior y su contemplación externa nos
habla de participar en comunión con los otros, de todo sueño de dignidad del
ser humano. Un libro, en fin ,de poesía social, porque como bien dice el autor:
“reconociendo los signos propios de la
libertad, el amor, la justicia universal, y el lugar del arte como
espiritualidad que necesariamente debe rodear la vida de la especie.”
En esta selección poética la
metáfora, el símbolo, aliados con un surrealismo expresivo de hálito
existencial y poco mecánico, a veces irracionalista, a veces explicito, conforma un poemario que
hecho libro ya sabe que ha ido paseándose a través del tiempo porque los poemas
que conforman su cuerpo y dan vida a sus
páginas se han ido escribiendo en diferentes etapas, en diferentes
circunstancias, pero siempre mirando al horizonte de esas tres palabras que le dieron razón de
ser a la revolución francesa: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Y añado: y mucho
amor a la raíz, al barro y a la tierra
donde se nace y de la que se forma parte.
Los poemas largos, extensos, la
mayoría de los que componen el volumen, me recuerdan que Claudio Rodríguez, el
gran poeta del “Don de la ebriedad” solía decirme: “aquel que es capaz de escribir un poema largo sin que este pierda el
ritmo, es que es un buen poeta.” Y estos poemas mantienen el ritmo y se
abrazan a la emoción dos razones importantísimas y necesarias para escribir
poesía.
Y bien con la libertad de verso,
empleando el versículo, o bien dentro de
la poesía formal, una polimetría en la que el endecasílabo aparece en muchas
ocasiones, el ritmo sostenido del poema
hace que la música del mismo suene serena y melódicamente cuando se lee, ya sea en voz alta o en la soledad de una lectura
sosegada. Porque bien sabemos que un poema, un verso, debe estar sujeto a
medida y cadencia o solo a cadencia, lo cual quiere decir que puede estar
sujeto a medida o no, puede estar con
rima añadida o no, el poeta tiene la libertad de emplear la llamada poesía
formal, ya clásica, ya tradicional, o de elegir el camino del llamado verso
libre o bien investigar, mezclar,.. etc. etc. Pero lo que debe permanecer en
cualquier poema obligatoriamente es la cadencia, el ritmo, que es precisamente
lo que diferencia a la poesía de la prosa. Y junto a ese ritmo yo siempre añado
que el poema será mejor poema si está acompañado de pulsión emocional.
Y estos poemas, a mi juicio, andan,
en su libertad formal o de versículo, en su mayor o menor extensión,
acompañados de ritmo sostenido y de emoción.
Así
en una conversación con Luis Contreras Jara, me comentaba: “el pulso sostenido del ritmo interior,
enfatiza en comparaciones, metáforas con sustento en lo académico formal, pero
a la vez en una regulada ironía que soterradamente, y de pronto de manera más
explícita, intenta producir un contraste emotivo que active el juego de
opuestos en una atmósfera simbólica que reconozca los elementos más agudos de
la realidad.”
En
el Pentagrama de los pájaros está
compuesto por un solo apartado y su
unidad temática y formal, me dice Luis Contreras Jara: “viene dada por las distintas impresiones que influyen en el temperamento social y humano del autor
ante el mundo circundante y su cotidianeidad” El poeta, en la contemplación
del mundo que le rodea, tiene la necesidad de cantar y canta. Entre los poemas de esta selección dejo aquí
éste:
SOBREMESA DE LA MELANCOLÍA
A veces en las mesas
hay un aire otoñal que baja de las manos.
Sollozos,
viento,
lluvia las pupilas,
y son soles oscuros los desvalidos ojos.
De súbito en las mesas caen
como hojas disecadas
las cucharas de la desventura.
Talarse.
Puede ser
primavera algún día,
sin origen
ni pájaros.
Yo sólo siento a veces que en torno a mí
algo canta.
Y soy un inocente en este coro,
en esta sombra mía que es toda la montaña.
Tú no sabes que este árbol
repleto está de pájaros,
son pájaros que cantan al crepúsculo,
pájaros anhelados por los cielos
volando a los asilos de los amaneceres.
Tú no sabes, amor,
pero tal vez te valga entender que el limón
bajará a
nuestras mesas en alas de canario.
SOBRE
EL AUTOR Y SU OBRA DESDE EL MURO
En
1973 a raíz del golpe de estado de Pinochet
contra Salvador Allende, Luis
Contreras Jara fue hecho preso político, con apenas 19 años. Durante 1973 y
1974, escribió una serie de poemas que tituló Desde el muro en un pequeño cuaderno, guardado celosamente luego
por un cura durante el periodo del golpe militar en Chile, (Cura que luego
sería profesor suyo en la Universidad del Bio, Bio)
Los
poemas escritos por Luis Contreras Jara
en aquel tiempo (fue detenido el 11 de septiembre de 1973), eran un testimonio en verso de su encierro
político y de su vida. Aquellos poemas fueron el inicio de un joven que, preso
por defender la libertad, tuvo que mantener guardados durante su presidio y después de éste para evitar más represalias o quizá la desaparición, o tal vez la muerte, como sucedió con tantos otros.
Luis Contreras Jara contó y cantó, en aquellos
poemas, la terrible soledad de la cárcel, versos desnudos que brotaron de lo
más profundo del ser y que gracias a aquel capellán de la cárcel permanecieron
ocultos hasta que en 1988 vieron por fin la luz en (Ediciones Logos, octubre
de 1988); los versos desolados del poemario Desde el Muro, eran y
son un canto a la esperanza. Fue en ese mismo año 1988 que ingresó a la
Sociedad de Escritores de Chile (SECH).
Edmundo Moure (Santiago de
Chile, 1941), hijo
de padre gallego y de madre chilena, escritor de oficio y vida, por aquel tiempo en el cual se publicó la
primera edición de Desde el muro,
escribió una crónica que
apareció, según nos cuenta, “en el
periódico Fortín Mapocho, uno de los escasos y modestos medios de prensa
alternativos que a veces lograban sortear la férrea censura impuesta por los
esbirros uniformados y mantenerse como fantasmas impresos en medio de la falaz
versión oficial.”
El poeta Raúl Armando Zurita Canessa, conocido como Raúl Zurita , poeta chileno que también fue apresado y torturado,
quedando libre poco después, un poeta que en aquel año de 1988 había sido
reconocido con el Premio de Poesía Pablo
Neruda en Chile, un creador que luego obtendría, como el gran poeta que es, el
año 2000 el Premio Nacional de Literatura también en Chile y más tarde, en
2016, el Premio Iberoamericano de Poesía
Pablo Neruda, y en 2020 el Premio Reina
Sofía de Poesía Iberoamericana, aquí en España.
Raúl Zurita, entonces, en 1988, viendo la luz de estos versos
verdaderos, nos dejó dichas las siguientes palabras sobre el poemario Desde el muro: “¿Cómo no
sabíamos que un poeta, un poeta prisionero, Luis, Contreras Jara, a los 20 años, estaba
trazando la parábola de Chile? ¿Cómo no supimos de su voz? ¿Estuvimos tan
ciegos, tan sordos, nos golpearon tan duro como para no haber reconocido en la
poesía de ‘Desde el Muro’ la constelación sangrante y desollada de nuestras
propias palabras, de las palabras de un largo país de desaparecidos?”.
Treinta y un años se
sucedieron entre la primera edición (1988) y la segunda (Ediciones Liz, junio
de 2019) de este singular poemario de Luis Contreras Jara que sigue vivo,
machadianamente vivo, como palabra en el tiempo. Este libro consta de tres apartados,
el segundo con un solo y largo poema titulado
“Cordillera de la costa” del que tomo el fragmento número 2 de los tres
que tiene:
Hazte,
muralla, espuma de
calladas
olas
donde
yo esté sangrando con
la
tierra
y
este trigo que brota en mi
camisa.
Oh,
mar, ¿qué tempestad de
desolada
aurora
hizo
en mi cordillera tanto hoy día?
¿Quién
ha cubierto el campo
de
polvo nuevamente
y
cortaría el árbol que plantamos?
¿Quién
cerró como un puño
de
matorral la boca
que
bebía este vaso, blando
como
un pájaro caído en un
momento?
Como
astilla ermitaña de
subsuelo,
mi
mano es raíz suelta
de
pensamiento a
MURO.
Ahora que se cumplen los 50
años de su apresamiento y por tanto de
su poemario Desde el muro, Luis Contreras Jara tiene la intención de
realizar otra edición de este libro que ha ido dejando huella tras su primera
publicación y que ha marcado la
vida de este docente, escritor,
ensayista y poeta nacido
en Santa Cruz de Colchagua, Chile, en 1953; de este Licenciado en Educación,
Profesor de Castellano y Comunicación Social Graduado en la Universidad del
Bio-Bio, Docente de enseñanza superior. Y como
narrador, ensayista y Poeta, con premios y reconocimientos por su obra. Debo
apuntar a la vez que su interés por las artes le lleva al cine, como autor,
actor y director del largometraje 'Romancero de García Lorca', y también a otras producciones de menor formato para
apoyo a la docencia. Su compromiso como creador se orienta a la contribución a
los cambios históricos, sociales y culturales.
Luis
Contreras que, actualmente, es presidente de la filial Ñuble de la Sociedad de
Escritores de Chile, cuenta que en el año 1984 esta obra fue presentada como
inédita a un concurso nacional de poesía para escritores residentes en Chile y
chilenos que estuvieran viviendo en el extranjero, ocasión en la que su trabajo
recibió un premio. Ello le motivó, tiempo más tarde, a que en 1988, Contreras
Jara se decidiera a publicarlo por primera vez.
David Hevia, Director
Nacional de la Sociedad de Escritores de
Chile, escribió el prologo para la edición de 2019 y en él nos dijo: “El poeta, en efecto, es un individuo que queda definido por su
compromiso y por la huella que deja su canto”.
Cuando
se le pregunta sobre cómo escribió sus poemas estando dentro de una prisión y
sufriendo torturas, el poeta señala que “la
escritura es comunicación de los sentidos”, (…) y que “plasmar sentimientos y hechos en un papel era parte de su cultura, un
hábito.”
Algo
muy importante en estos poemas de Luis
Contreras Jara es que a través de ellos no hay victimismo, más bien se
escribieron como un canto a la libertad colectiva, un sentimiento tanto de los
que estaban en prisión como de los que andaban fuera.
Manuel López- Azorín
No hay comentarios:
Publicar un comentario