jueves, 25 de enero de 2024

Pilar Geraldo: "Cadencia"


Pilar Geraldo: Cadencia

 



Pilar Geraldo es Maestra y miembro del seminario de Estudios Históricos  del Museo del Niño.

Coordinó, como directora, la edición de los tres volúmenes del proyecto Ecos de la infancia para el Museo pedagógico del niño (Albacete) de Castilla-La Mancha. De aquel proyecto surgieron Una tarde parda y fría. Antología de recuerdos escolares (2014), Antón Pirulero. Antología de juegos de la infancia (2016) y Érase una vez. Antología de cuentos populares (2017) en ediciones de la Diputación de Albacete.

 

Como poeta ha tenido numerosos premios a poemas,  ha participado en ediciones colectivas   y ha publicado en diferentes e importantes revistas.

 

CADENCIA (Celya editorial, 2022) es su primer libro de poesía y obtuvo el  2º Premio XXXII Concurso Nacional de Poesía Ateneo de Alicante 'Poeta Manuel Molina' 2022 y ya va por su segunda edición.  Presentó Cadencia además de en su tierra natal,Albacete, en el Museo del Niño, en el Café Comercial (Madrid), en junio de 2023 y en Cuenca en la Racal dentro de la edición del programa “Náufragos” 

Del prólogo de Cadencia escrito por el poeta y pintor Fernando Fiestas destaca Joan Gomper editor de Celya en la contraportada lo siguiente: “La maternidad subyace como tema con todas sus virtudes: Como guía, como maestra, con su  voz lenta, pausada, firme y optimista que instruye sobre cuánto vale la pena disfrutar del milagro de vivir.”

Así nos dice en el poema  Aliento que inicia este libro:

Esta mañana vi 

otra vez tu sonrisa llegar y, sin permiso

alojarse en la mía con temblor en mi boca.

Y escuché la palabra aún latente en tu aliento.

Y adiviné en la coda de mi vida

un preludio velado que siempre va conmigo

sin sospechar que fuera

tu voz callada

 

Esta mañana  

tu sonrisa ha saciado la sed que me agostaba

y he decidido sonreír

como ofrenda a tus labios. Como fruto

a la siembra de mimos tan distantes

que miran desde lo alto

con ojos limpios.

 

Quise mirar también 

y está tan lejos,

que apenas vi la luz tras el eclipse.

Desde allí, con la vid que llora,

llora también la poda de la vida.

 

Dame tú, tu palabra, madre 

y ayúdame a decir lo que el recuerdo olvida.

Pilar Geraldo con Francisco Caro, Miguel Ángel Yusta, Manuel López Azorín y Valentín Martín.

 

La poesía de Pilar Geraldo  abraza  la  nostálgico del tiempo sucedido  mientras lo vive en un ahora de sueño y creatividad.

Fernando Fiestas nos dice en el prólogo: “Un alegato para el poder de resurrección de las vivencias que se cuartean y amenazan con ser olvidadas.

La poesía tiene la virtud de la transversalidad, del reverbero de los ecos volátiles, la capacidad de hacer visible las abstracciones para interpretar lo bello a partir de lo bello. Por eso, el poemario es también un homenaje a la poesía, a la maternidad, a la voz de la música que despierta a las almas.”

Un tierno, dulce y amoroso canto a la madre a partir de la recuperación de los recuerdos que parecen olvidados, pero que la materia de los sueños rescata y nos ofrece revivir momentos que creíamos perdidos a través de su cadencia.

(Fragmento del poema Cadencia)

Porque vivir es mucho más  

que aguardar hojas muertas en un incierto otoño

o encender primaveras al pie del duro invierno,

he de seguir buscando en grietas del olvido

y dejar que tus ojos zarandeen mi mirada.

 

Y nos ofrece un hermoso canto rítmico, un canto en el que la música de la poesía se abraza al verso blanco, a su medida a su cadencia y nos suena  por dentro y se acelera el corazón y el alma, si, como bien dice el amigo Fiestas, se despierta y nos llega el recuerdo, los recuerdos, a lo largo de sus 55 páginas que parecen decirnos: no, la memoria, esa materia de los sueños que va con nosotros siempre nunca desaparece, se oculta a veces, pero aflora necesariamente cuando, como en este caso, la cadencia versal  entona el canto y la materia de los sueños que es la memoria se nos presenta, con la voz de la madre, como se presenta la infancia de repente  y nos hace sentir que la patria esta en ella y el tiempo de la dicha,  con la madre y con su voz que acerca la cadencia en el canto abrazando el poema.

                                              

                                  Manuel López Azorín

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pilar Geraldo: Cadencia

 

Pilar Geraldo es Maestra y miembro del seminario de Estudios Históricos  del Museo del Niño.

Coordinó, como directora, la edición de los tres volúmenes del proyecto Ecos de la infancia para el Museo pedagógico del niño (Albacete) de Castilla-La Mancha. De aquel proyecto surgieron Una tarde parda y fría. Antología de recuerdos escolares (2014), Antón Pirulero. Antología de juegos de la infancia (2016) y Érase una vez. Antología de cuentos populares (2017) en ediciones de la Diputación de Albacete.

 

Como poeta ha tenido numerosos premios a poemas,  ha participado en ediciones colectivas   y ha publicado en diferentes e importantes revistas.

 

CADENCIA (Celya editorial, 2022) es su primer libro de poesía y obtuvo el  2º Premio XXXII Concurso Nacional de Poesía Ateneo de Alicante 'Poeta Manuel Molina' 2022 y ya va por su segunda edición.  Presentó Cadencia además de en su tierra natal,Albacete, en el Museo del Niño, en el Café Comercial (Madrid), en junio de 2023 y en Cuenca en la Racal dentro de la edición del programa “Náufragos” 

Del prólogo de Cadencia escrito por el poeta y pintor Fernando Fiestas destaca Joan Gomper editor de Celya en la contraportada lo siguiente: “La maternidad subyace como tema con todas sus virtudes: Como guía, como maestra, con su  voz lenta, pausada, firme y optimista que instruye sobre cuánto vale la pena disfrutar del milagro de vivir.”

Así nos dice en el poema  Aliento que inicia este libro:

Esta mañana vi 

otra vez tu sonrisa llegar y, sin permiso

alojarse en la mía con temblor en mi boca.

Y escuché la palabra aún latente en tu aliento.

Y adiviné en la coda de mi vida

un preludio velado que siempre va conmigo

sin sospechar que fuera

tu voz callada

 

Esta mañana  

tu sonrisa ha saciado la sed que me agostaba

y he decidido sonreír

como ofrenda a tus labios. Como fruto

a la siembra de mimos tan distantes

que miran desde lo alto

con ojos limpios.

 

Quise mirar también 

y está tan lejos,

que apenas vi la luz tras el eclipse.

Desde allí, con la vid que llora,

llora también la poda de la vida.

 

Dame tú, tu palabra, madre 

y ayúdame a decir lo que el recuerdo olvida.

La poesía de Pilar Geraldo  abraza  la  nostálgico del tiempo sucedido  mientras lo vive en un ahora de sueño y creatividad.

Fernando Fiestas nos dice en el prólogo: “Un alegato para el poder de resurrección de las vivencias que se cuartean y amenazan con ser olvidadas.

La poesía tiene la virtud de la transversalidad, del reverbero de los ecos volátiles, la capacidad de hacer visible las abstracciones para interpretar lo bello a partir de lo bello. Por eso, el poemario es también un homenaje a la poesía, a la maternidad, a la voz de la música que despierta a las almas.”

Un tierno, dulce y amoroso canto a la madre a partir de la recuperación de los recuerdos que parecen olvidados, pero que la materia de los sueños rescata y nos ofrece revivir momentos que creíamos perdidos a través de su cadencia.

(Fragmento del poema Cadencia)

Porque vivir es mucho más  

que aguardar hojas muertas en un incierto otoño

o encender primaveras al pie del duro invierno,

he de seguir buscando en grietas del olvido

y dejar que tus ojos zarandeen mi mirada.

 

Y nos ofrece un hermoso canto rítmico, un canto en el que la música de la poesía se abraza al verso blanco, a su medida a su cadencia y nos suena  por dentro y se acelera el corazón y el alma, si, como bien dice el amigo Fiestas, se despierta y nos llega el recuerdo, los recuerdos, a lo largo de sus 55 páginas que parecen decirnos: no, la memoria, esa materia de los sueños que va con nosotros siempre nunca desaparece, se oculta a veces, pero aflora necesariamente cuando, como en este caso, la cadencia versal  entona el canto y la materia de los sueños que es la memoria se nos presenta, con la voz de la madre, como se presenta la infancia de repente  y nos hace sentir que la patria esta en ella y el tiempo de la dicha,  con la madre y con su voz que acerca la cadencia en el canto abrazando el poema.

                                              

                                  Manuel López Azorín

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Pilar Geraldo: Cadencia

 

Pilar Geraldo es Maestra y miembro del seminario de Estudios Históricos  del Museo del Niño.

Coordinó, como directora, la edición de los tres volúmenes del proyecto Ecos de la infancia para el Museo pedagógico del niño (Albacete) de Castilla-La Mancha. De aquel proyecto surgieron Una tarde parda y fría. Antología de recuerdos escolares (2014), Antón Pirulero. Antología de juegos de la infancia (2016) y Érase una vez. Antología de cuentos populares (2017) en ediciones de la Diputación de Albacete.

 

Como poeta ha tenido numerosos premios a poemas,  ha participado en ediciones colectivas   y ha publicado en diferentes e importantes revistas.

 

CADENCIA (Celya editorial, 2022) es su primer libro de poesía y obtuvo el  2º Premio XXXII Concurso Nacional de Poesía Ateneo de Alicante 'Poeta Manuel Molina' 2022 y ya va por su segunda edición.  Presentó Cadencia además de en su tierra natal,Albacete, en el Museo del Niño, en el Café Comercial (Madrid), en junio de 2023 y en Cuenca en la Racal dentro de la edición del programa “Náufragos” 

Del prólogo de Cadencia escrito por el poeta y pintor Fernando Fiestas destaca Joan Gomper editor de Celya en la contraportada lo siguiente: “La maternidad subyace como tema con todas sus virtudes: Como guía, como maestra, con su  voz lenta, pausada, firme y optimista que instruye sobre cuánto vale la pena disfrutar del milagro de vivir.”

Así nos dice en el poema  Aliento que inicia este libro:

Esta mañana vi 

otra vez tu sonrisa llegar y, sin permiso

alojarse en la mía con temblor en mi boca.

Y escuché la palabra aún latente en tu aliento.

Y adiviné en la coda de mi vida

un preludio velado que siempre va conmigo

sin sospechar que fuera

tu voz callada

 

Esta mañana  

tu sonrisa ha saciado la sed que me agostaba

y he decidido sonreír

como ofrenda a tus labios. Como fruto

a la siembra de mimos tan distantes

que miran desde lo alto

con ojos limpios.

 

Quise mirar también 

y está tan lejos,

que apenas vi la luz tras el eclipse.

Desde allí, con la vid que llora,

llora también la poda de la vida.

 

Dame tú, tu palabra, madre 

y ayúdame a decir lo que el recuerdo olvida.

La poesía de Pilar Geraldo  abraza  la  nostálgico del tiempo sucedido  mientras lo vive en un ahora de sueño y creatividad.

Fernando Fiestas nos dice en el prólogo: “Un alegato para el poder de resurrección de las vivencias que se cuartean y amenazan con ser olvidadas.

La poesía tiene la virtud de la transversalidad, del reverbero de los ecos volátiles, la capacidad de hacer visible las abstracciones para interpretar lo bello a partir de lo bello. Por eso, el poemario es también un homenaje a la poesía, a la maternidad, a la voz de la música que despierta a las almas.”

Un tierno, dulce y amoroso canto a la madre a partir de la recuperación de los recuerdos que parecen olvidados, pero que la materia de los sueños rescata y nos ofrece revivir momentos que creíamos perdidos a través de su cadencia.

(Fragmento del poema Cadencia)

Porque vivir es mucho más  

que aguardar hojas muertas en un incierto otoño

o encender primaveras al pie del duro invierno,

he de seguir buscando en grietas del olvido

y dejar que tus ojos zarandeen mi mirada.

 

Y nos ofrece un hermoso canto rítmico, un canto en el que la música de la poesía se abraza al verso blanco, a su medida a su cadencia y nos suena  por dentro y se acelera el corazón y el alma, si, como bien dice el amigo Fiestas, se despierta y nos llega el recuerdo, los recuerdos, a lo largo de sus 55 páginas que parecen decirnos: no, la memoria, esa materia de los sueños que va con nosotros siempre nunca desaparece, se oculta a veces, pero aflora necesariamente cuando, como en este caso, la cadencia versal  entona el canto y la materia de los sueños que es la memoria se nos presenta, con la voz de la madre, como se presenta la infancia de repente  y nos hace sentir que la patria esta en ella y el tiempo de la dicha,  con la madre y con su voz que acerca la cadencia en el canto abrazando el poema.

                                              

                                  Manuel López Azorín

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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