Fue a mediados de los años noventa, más o menos,la Asociación Gerardo Diego, con Elena Diego como presidenta y la colaboración siempre de Pureza Canelo, organizó un Homenaje al gran poeta del 27. El Homenaje sería en el Monasterio de Silos. Se fletaron varios autobuses para poder acomodarnos a todos y salimos, de madrugada, desde las puertas de la Real Academia de la Lengua. Citar a todos los poetas que nos sumamos al homenaje sería imposible porque, con sinceridad, que nadie se moleste, no los recuerdo. Soy un desmemoriado, de modo que pido perdón a todos y sólo citaré a Carlos Sahagún, que iba justo en el asiento posterior al mío, Carmina Casala y José Luis Alegre Cudós, (porque tengo algunas fotos con ellos) y también, en el mismo autobús, Emilio Ruiz Parra, Jesús Hilario Tundidor y creo recordar a Leopoldo de Luis. Al llegar a Covarrubias, lugar donde comimos (En la foto de la comida, entre otro, está Teo Rubio y tras él Carmina y José Luis) tuvimos un tiempo para hechar un vistazo a este municipio burgalés y pudimos admirar su hermosa Colegiata gótica, la iglesia parroquial (Creo que del S.XV) y los restos de un palacio que, si no recuerdo mal, perteneció al primer conde de Castilla. En su plaza nos hicimos algunas fotografías Ana y yo, con Carmina, JoséLuis y Esther.(En Silos, a la puerta del Monasterio podeis ver otra foto donde me encuentro entre Carmina, a mi derecha y Elsa López, esperando pasar tras una sesión de video de nuestro querido amigo Maxi Rey, que nos hizo, no recuerdo cómo, participar en su grabación del evento. Bien comidos, partimos hacia Silos donde se iba a desarrollar el homenaje, primero en la iglesia del monasterio donde, tras intervenir la hija del poeta, Elena Diego, los monjes nos obsequiaron con sus cantos gregorianos y, luego, en el patio del claustro lugar en el que, bajo el ciprés que Gerardo inmortalizara en su soneto, se descubrió una placa de cerámica a la memoria del poeta. Allí se encontraban también Pepe Hierro, Francisco Javier Díez de Revenga, Dimitri Papageorgius, Carlos Baonza, y un buen y largo elenco de poetas y familiares de poetas. Acabado el acto, de noche ya, los monjes nos obsequiaron con un ágape en su refectorio. Todo se prolongó hasta casi medianoche y recuerdo todo esto ahora porque uno de los monjes, que sentía pasión por la poesía, acabo de verlo en una fotografía que me envía Basilio Rodriguez Cañada, con motivo de la presentación el próximo día 15 en la biblioteca Marqués de Valdecilla, de dos libros (Canto silente uno y Máteme tu hermosura el otro , no podían titularse de otro modo.) de este monje llamado, ahora lo sé, Bernardo García Pintado. Aquí lo podeis ver junto a Pepe en esta foto, nos leyó algunos poemas suyos y se interesó mucho por la poesía de muchos también. Cuando salimos del monasterio de Silos, pasadas ya las once de la noche, yo, al menos, salí con la sensación de haber aprovechado bien el día y con el recuerdo de un poeta merecidamente homenajeado. Llegamos a Madrid, el autobús nos dejó en el mismo lugar del que partimos, sobre las 3 de la mañana. Días más tarde le envié a Elena este soneto titulado SILOS, CIPRÉS, GERARDO, que ahora en su recuerdo y gracias a la fotografía del monje del monasterio de Silos que he recibido de Basilo, me ha venido a la memoria.
A Elena Diego, en el Homenaje a su padre en el monasterio de Silos.
Te contemplo ciprés de sueño y sombra
esta tarde de otoño y Homenaje
y recuerdo a tu dueño y su bagaje
de lírica y de música que asombra.
Y recuerdo el soneto que te nombra
y que te hace inmortal en este viaje
donde siempre termina el equipaje
siendo savia de ti bajo la sombra.
enhiesto surtidor - Gerardo dijo -
que acongojas el cielo con tu lanza,
casi, casi lo tocas en tu empeño
mudo ciprés de Silos. Tú eres hijo
de Gerardo, ya ves, el cielo alcanza
tu figura en los versos de tu dueño.
Del libro: Azul de los afectos.
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