Pascual Izquierdo: Alba y ocaso de la luz y los pétalos
Pascual Izquierdo filólogo, poeta,enayista, escritor de narrativa, libros de viajes, guías etc. nos ofrece un nuevo poemario tras ocho años de silencio poético en cuanto a publicar poesía se refiere. Su último poemario publicado fue en 2005, y su título Del otoño tardío (Cátedra ).
En su faceta más íntima, este poeta nos trae ahora Alba y ocaso de la luz y los pétalos, un libro en el que nos habla de la belleza, del tiempo, del amor, y del sentimiento de su ausencia. Este poemario ha sido el ganador del XVI Premio de Poesía Flor de Jara, convocado por la Diputación de Cáceres.
Este premio se une a otros
como el Premio de Poesía Religiosa San Lesmes (reconvertido en Premio de Poesía Ciudad de
Burgos), por su libro La exactitud de las catedrales
(1974) que fue su primer poemario. A este le siguieron otros como Retrospección y apocalipsis en la tierra
castellana (1980), Cisne
y telaraña (1985), En
este fin de siglo (1990), Versos de luna y polen(1992), Pasillo para aguas, aves y vientos (1993) y Del Otoño tardío (2005) Pero además de estos poemarios publicados Pascual Izquierdo tiene otros tantos
inéditos a la espera de poder ver la luz de la imprenta y convertirse ya en
versos impresos. Páginas de lectura para los amigos de la poesía.
En Alba y ocaso de la luz
y los pétalos, Pascual Izquierdo realiza
un viaje por el amor, la belleza y el tiempo, un viaje que dura un día y a lo largo de éste, desde el alba hasta el
ocaso, va mostrándonos las diferentes fases del amor, su inicio o nacimiento en la aurora del día, su pasión
explosiva, su plenitud de mediodía, el apagamiento de esa plenitud hacia el ocaso y la ausencia de
él, como final del día.
La primera parte titulada “Presencia”
a su vez está dividida en cuatro apartados: Inminencia (7 poemas), como
presentimiento y deseo de la llegada del
amor: No
tengo, / ángulos, /ni arpas, / ni
desvanes antiguos. /// Sólo tu inminencia (…) Sólo el íntimo deseo / de que empiecen / tus pasos
/ a bajar muy lentamente / los
peldaños / limítrofes / del alba.
El segundo de los
apartados de “Presencia” es el nacimiento, es Albor( 15 poemas) , y comienza
con un lírico y hermoso poema titulado “ Crisálida”: Todavía no mar, pero sí lágrima /
que empieza su estallido. (…) Silueta
no posees todavía / pero ya eres crisálida / que inaugura el asombro del hielo.
Y el sujeto poético de este paseo por el amor
nos muestra que ya está con él, que existe: Existes. / Todos los pétalos /
acaban de pronunciar tu nombre (…) Has
florecido / felizmente asomada a la mañana. Y tras el primer temblor,
después de los primeros besos siente que ese amor se encuentra entre los
intersticios del instante, pletórico y presente
en la luz y los espejos, pero también sabe que este amor es equidistancia
y lejanía, porque el amor es un misterio impenetrable que se aloja en la habitación del aire, el
amor puede ser pájaro y sombra y también un lugar para encontrarlo
Plenitud (13 poemas), es el apartado tercero de “Presencia” y en él,
el amor es polen y estambres / Pétalo de
aromas y sustancias./ Gota de lluvia y aguacero. Un amor lleno de enigmas,
de secretos, en el que se busca la
sabiduría y la contemplación navegando con el por el tiempo y, entretanto, el amor está lleno de luz y mediodía, y es
esencia fluvial y transparente, eje de simetría y… mortal: Cuantas lunas emergen / al fondo de tus ciénagas
Y Acabamiento ( 6 poemas),
cuarta y última parte de “Presencia” que comienza con un deseo: Tan sólo poseer / los arrabales de la sombra / que refleja tu
luz en los espejos. Pero ya no parece posible, el tiempo ha roto las
vidrieras y el amor está ahora entre
rosa y naufragio, exhalando un perfume
de crepúsculo pues ya no es mediodía
sino principio de ausencia.
La segunda parte de este poemario se titula, precisamente, “Ausencia” y está compuesta por trece poemas. En ella el sujeto poético reflexiona sobre la fugacidad del amor: Se ha posado en tus ojos el silencio. Y el amor parece ahora un pronombre apagado y ausente. Y todo es ya evocar otro tiempo, abrazar en la memoria la luz huida, su perenne presencia convertida ahora en lejanía, en ausencia y se pregunta: Cómo apagar el eco de tu voz (…) Cómo quitar tu nombre / de los mapas lluviosos.
Y advierte que quiere apagar el presente como si fuera posible rescatar el pasado, la ausencia, lo sucedido, el tiempo. El tiempo, como el amor, sólo dejan huellas, del recuerdo, del olvido…porque el tiempo hace que las huellas se diluyan con él. Entonces se apagan las constelaciones, mueren las luciérnaga, y los pronombres. Pero la luz de una estrella, ya apagada en la lejanía, como milagro del tiempo llega hasta el alba y todo se renace: Como el alba, te asomas / Como enagua floreces. (…) Como pájaro fugaz, / te posas / en los últimos signos del instante. / Como gota de rocío, / te evapora la tarde. ¿espejismo del tiempo? ¿Sueño que la vida sueña en su efímero vivir? El amor, la belleza, el tiempo, la presencia y la ausencia, la vida…
Pascual Izquierdo es poeta,
un poeta que os aseguro es necesario leer por su precisión de lenguaje rico en
lirismo y este Alba y ocaso de la luz y los pétalos, anda pleno de lirismo en
su belleza triste, como desamparado por
el amor y por el tiempo de esta
romántica historia con una cierta tristeza pero con tono vital y riqueza léxica
y metafórica que unida a la cadencia, al ritmo de sus versos, a su música
interna, a sus imágenes, a su unidad temática y de estilo, a su apropiado campo
semántico, atrapa y sorprende desde el primer poema desde que se intuye al
amor, desde antes de que nazca, desde que se inicia y hasta su acabamiento y ausencia. Un reloj de sol que
nos refleja la luz desde la aurora hasta el ocaso, como si de un día, y el
tiempo que este dura se tratase.
En fin
una hermosa y lírica reflexión sobre el amor
en la que el gozo de su presencia y el dolor de su ausencia muestran
su fortaleza y su debilidad a través de un día, metáfora del tiempo, efímero en el hombre, la vida y el amor.
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