domingo, 22 de junio de 2014

Milagros López: "A ras de mar" Una hermosa metáfora del amor y la vida




Milagros López: A  ras de mar. Una hermosa metáfora del amor y la vida



Milagros López (Murcia) ha escrito un primer libro de poemas  A ras de mar (Ediciones Torremozas, Madrid, 2014), y ha creado, no sé si de la experiencia o no, una realidad poética que es un mar de amor, la metáfora del deseo, la pasión, la ausencia, la espera, la vida en definitiva  y finalmente la soñada, la esperada siempre fusión y en todo ello el continuo oleaje que anhela, besa y funde el amor en su rumor . Como si el sujeto poético, a modo surrealista, fuese ese río que llega al mar y ya es el mar nos dice: Quiero serme en ti / y que pase el tiempo...




Milagros López ha escrito un hermoso poemario en el que versos sin medidas concretas, ni formalismos, aunque en  él se aprecie un buen conocimiento de todo ello, va acompañado de  citas introductorias  y aclaratorias de Gerardo Diego (El romancero de la novia: metro tradicional  para contar una historia de amor), Vicente Aleixandre (La destrucción o el amor: surrealismo con Eros /tánatos como oposición o complemento), y Pedro Salinas (La voz a ti debida:  el sueño de descubrir la esencia de lo amado, escrito con verso clásico, y honda carga existencial) Poetas del 27 los tres, en el amor parecen beber de PetrarcaGarcilasoBécquer... al tiempo que renuevan su voz  desde sus diferentes formas de escribir sobre el amor. 

Esto  mismo parece sucederle a esta  Licenciada en Filosofía y Letras- especialidad en Filología inglesa con su libro que, en palabras de  Francisco Javier Díez de Revenga, siempre acertado en sus juicios literarios y siempre valorado y admirado por mí, sobre a A ras de mar, nos dice "...en la representación del mar que sugiere el título del libro está la gran metáfora de la vida que no es otra que la del amor" y también que: "Milagros López dispone de una palabra poética efectiva y original" y yo estoy de acuerdo con estas palabras.
 
Con un hermoso prólogo de una poeta como Cecilia Quílez que nos dice: El dogma comienza cada mañana a la señal de quien espera ser amado. Plenitud al fin en el territorio de la luz dice la poeta. El mar necesita ser comprendido. Así se inicia esta gran metáfora del amor, de la vida, en la que el yo poético de Milagros López avisa con estos versos los títulos de las secciones que conforman este poemario : A ras de mar vuelo /hacia ti, / en ti,/ sin ti, a la espera de ti/ …siempre.

Y tras este aviso y esta declaración,
nos presenta un poemario unitario y estructurado en cuatro secciones en las que el amor es vivido, sentido, apasionado, enardecido, fundido, ausente y, siempre,   esperado. Un amor que está, como bien dice Díez de Revenga, en el mar, dentro, junto, al lado del mar. Mis pies sobre tus huellas de agua / marcando la playa, / mis ojos, tu paso verde.

Poemas intensos que, como decía al principio, no sé si de la experiencia o no, nos ofrecen una realidad poética literariamente creíble, poemas, en fin, en los que la pasión se mece junto a las olas de un mar pleno de dicha, de gozo, de clamorosa alegría  cuando es posesión, de clamor  anhelante frente a la ausencia  y de sueño siempre en la espera. Para esta inmersión / no vas a necesitar neopreno: / el encuentro será cálido. // Sumérgete sin máscara, /  quiero deshacer  ese laberinto / –aljibe de tus ojos–


Una historia de amor como la espuma del mar que es calma y tempestad, caricia y golpe, furia enardecida y sueño ensimismado, amor en plenitud, amor. vivido, imaginado o soñado; pero contado de tal modo que el lector , poema tras poema, lo vive, lo siente, lo hace suyo. Milagros López consigue, con una voz propia, hacernos partícipes de esta hermosa historia de amor a ras de mar. Un amor que aguarda  un final feliz, vital, amoroso: Prosigo ahora / la estela de agua que me lleva hacia ti, / ineludible vía fue / en la antesala de la primavera. (...) Espero el momento / en que detengas de nuevo tu vida, / me abras tus sendas, / me acojan tus aguas, / y te gires, verde ne recibas, / reparado el mástil, / pecios ya un recuerdo lejano, / y me invites, / pronuncies palabras de aliento: "Te estaba esperando, vida". 
Un libro, en definitiva tan vital  e imaginativo y tan bien construido como maduro aunque sea el primero que publica.


Mi felicitación a la autora y también, cómo no, al buen ojo, que suele tener mi querida LuzMaría Jiménez Faro, editora de Torremozas.


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