Francisco José Sevilla: La velocidad de la belleza
Francisco José Sevilla. Paco Sevilla ahora (lo de alterar el nombre en cada publicación no termino de entenderlo: primero fue Francisco José Sevilla, luego Francisco J. Sevilla, ahora Paco Sevilla (?) ), ha publicado un nuevo libro La velocidad de la belleza. Libros del aire, 2013. Creo que ya su tercer libro en solitario, antes de estos publicó con Huerga y Fierro en 1994 Eyaculación precoz (Poetas terminales) en compañía de David Gómez Frías, Pedro de Juan Guyatt,Jon Onraita Orube y Alberto Rios Martinez. Ha colaborado en diferentes revistas y desde hace años ha sido promotor cultural. Nos vemos poco; pero siempre le recuerdo como el joven de 16 años que traía la poesía consigo (él era la Poesía y era el poema) y que apareció de pronto, en 1986, para pertenecer al Colectivo Helicón de Poesía. Han pasado ya muchos años y yo sigo preguntándome:
Qué hacer con un Francisco José Sevilla Que solamente/ sabe / escribir versos (…) / y/ redactar/ cartas/de /Amor /
Qué hacer con alguien que desordena la ortografia y coloca tildes en acentos tónicos que gramaticalmente no lo necesitan… para decirnos: Ío léo én lás flóres ý lás rósás dél médiodía ún amór désmédídó, / -álélúýá pór lós trópicos á cruéntas humánídádes équivocádas-,/ leo / el silencio d´ las guerras en la Sí Útil Sinergýa dèl amór.
Francisco José Sevilla, Manuel López Azorín y Manuel Zapata |
Qué hacer con un Francisco José Sevilla Que solamente/ sabe / escribir versos (…) / y/ redactar/ cartas/de /Amor /
Qué hacer con alguien que desordena la ortografia y coloca tildes en acentos tónicos que gramaticalmente no lo necesitan… para decirnos: Ío léo én lás flóres ý lás rósás dél médiodía ún amór désmédídó, / -álélúýá pór lós trópicos á cruéntas humánídádes équivocádas-,/ leo / el silencio d´ las guerras en la Sí Útil Sinergýa dèl amór.
¿Qué
hacer? Me pregunto.¿Impedirle escribir? Sería matarle. ¿Cortarle las alas? El es como un ave
especial, le vuelven a crecer.
Este poeta es impredecible, e imprevisible, a pesar de haberle cortado las alas en muchas ocasiones. Él, de jovencito fue un gran eyaculador precoz (no os quedéis con el binomio sólo de tabú costumbrista, por favor, “eyaculador… de Poesía”) para derramarse en las cosas y los seres con Ella porque él era los seres y las cosas mismas en su esencia. Y derramó algunos pétalos de orquídeas blanquísimas (…) y suspiró pensativamente enamorado y cenital/ unos versos. Él, desde siempre, pedía un deseo: ser poeta, vivir poeta, sentir poeta… porque sabía que “Al borde del abismo muere el tiempo” y, por ello, quiso contenerse en un lugar del universo sin explorar aún, junto a la Poesía , junto al Amor.
Este poeta es impredecible, e imprevisible, a pesar de haberle cortado las alas en muchas ocasiones. Él, de jovencito fue un gran eyaculador precoz (no os quedéis con el binomio sólo de tabú costumbrista, por favor, “eyaculador… de Poesía”) para derramarse en las cosas y los seres con Ella porque él era los seres y las cosas mismas en su esencia. Y derramó algunos pétalos de orquídeas blanquísimas (…) y suspiró pensativamente enamorado y cenital/ unos versos. Él, desde siempre, pedía un deseo: ser poeta, vivir poeta, sentir poeta… porque sabía que “Al borde del abismo muere el tiempo” y, por ello, quiso contenerse en un lugar del universo sin explorar aún, junto a la Poesía , junto al Amor.
Francisco
José Sevilla
lleva la Poesía consigo desde que nació. Lleva la
Poesía, al menos, desde que le conozco (era un adolescente de,16 años), y lleva con él una
perenne juventud de lenguaje (una
juventud heterodoxa y de ortografía ahorrativa, como de mensaje
de móvil, antiacadémica, como de rebeldía
frente a la norma, como de provocación para quienes aniquilan la belleza dejándola en los basureros de los intereses, etc. etc) : ¡Poexía para afianzar ¡T´
kierox!,,, ý/ò Rea firmar:¡Basta!.
(nos dice con su escritura de SMS). Y Cierra los
labios para ver.
¿Qué hacer con quien, al igual
que Cesar Vallejo, altera la sintaxis y trastoca la ortografía para intentar que sintamos y pensemos desde otros
parámetros no convencionales mientras leemos
su La velocidad de la belleza?
Antes de este libro, antes, fue un hombre barco, La travesía del hombre barco (Amargod, 2005) hizo una travesía provocadora, de desconcierto, amando cánones clásicos, pero sin ellos, amando referencias, pero sin ellas (aquí recomiendo el poema 169 de este libro dedicado a Lope de Vega) y fue abriéndose paso entre los mares del lenguaje, bebiendo de sus aguas. Desde Homero hasta ahora, pasando por los poetas latinos, por los místicos como San Juan de Cruz, por Shakespeare, por el siglo del oro de Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Gongora... y luego Bécquer, Juan Ramón, Machado, Valle Inclán, el 27 de Federico García Lorca, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Rafael Alberti… después Miguel Hernandez y luego los poetas más contenporáneos, los del 40 como Pablo García Baena y José Hierro, los del 50 como Claudio Rodríguez... Bebiendo, pero sin beber, navegó por aguas originales de gran profundidad, lo hizo bajo la máscara del torbellino, del caos aparente, con una extraordinaria y ordenada presencia de la forma- deformada, y el contenido del Todo.
Allí cabía un universo nuevo, lo impensable y lo desconocido, lo que
acontece el mundo y la invención imaginativa de otra realidad menos agreste,
más lírica, sorprendente, con enorme calidez y calidad poética. Este muchacho
abrazaba ya, desde antes de escribir, una creación universal, original y
difícilmente imitable. Pero a veces, muchas veces, no entendida.
Este poeta que
buscó esperanzado/ la ola que faltó al mar del mediodía, lleva la locura de la lucidez
de pensamiento y ha caminado por 120 páginas sin lluvia (Amargod, 2009), con la luz partida de amor y ajedrez entre Luzbel y el alba. 120 páginas sin lluvia donde el
lector queda asombrado, estupefacto, desconcertado, abducido porque, como nos
dice Juan
Carlos Mestre sobre la poesía de Francisco
José Sevilla: Difícil es no ser
persuadido por su nostalgia de paraíso cuando va directo al diamante y desordena la mecánica de los perjuicios o
cuando nos dice este Trasgo ,
revoltoso, enredador y defensor del Amor
y por tanto de la paz: ¿Por qué la paloma d´ la paz / picotea ea
picotea ea picotea, / excrementos entre la basura?. Con este libro 120 páginas sin lluvia le concedieron el Premio Ojo Crítico.
Este poeta ejecuta una delicada
radicalidad de expresión para enfrentarse a la realidad, a la comunidad, a la
sociedad. Es un provocador que nos
ofrece revulsivos, como manera de reflexión, frente a todas las ataduras que
nos guían, nos marcan, nos aprisionan, nos conducen en la vida. Con Gomez-Sernianos
aforismos y Edmundo-Oryanos aerolitos que vuelan, como vuela el lector que es el aire de la página, sentencia, mientras que En plena noche y a
propósito, marchará a buscar nuevos amores con zapatos nuevos. Eso
sí, sus zapatos caminan como volando porque
este poeta
vuela para elevarse sobre el mundo en su sempiterno incumplimiento de las
citas, de las promesas, de las conductas, de las normas, por eso ha escrito: La impuntualidad es la velocidad de la
belleza.
Este poeta posee la
belleza de escribir y le asiste el derecho de vivir esa belleza pura
porque arrastra el abandono de la tumba
de la infancia y el renacimiento de la magia de los vocablos y sobrevive en el mundillo poético con las cuerdas de seda de
su imaginación verbal. Lleva con él un salvavidas de verdadera poesía tal vez
incomprensible para los acomodados en la norma. Y la norma es necesaria pero también lo es la investigación, la búsqueda de nuevas vías aunque a algunos les pueda parecer algo extraño.
Este poeta
de los ojos tristes (algo que podemos observar detrás de su
máscara de ironía o de espantada, de provocaciones y de afectos) nos ofrece sorpresas verbales, lirismo,
verdades adornadas de arrayanes,
provocaciones como revulsivos y
nunca con intención de zaherir porque en este poeta anda el Amor a flor de piel
y dentro, muy dentro del alma y los sentidos, este poeta piensa, como yo, que: “sin
amor / anda perdido el eco de la vida.”
Y ¿Qué
podemos hacer con él?. ¿Le negamos la luz de
la poesía, esa que va con él desde la infancia rota? No podemos, la Poesía está en él.
Este poeta
con encubierta nostalgia de lo que pudo haber sido y no fue en una infancia
muerta, enterrada, sesgada por las imposiciónes, para sobrevivir, se vistió de azafrán tratando de escapar de las flores malvas, paseó
por atalayas que no tenían más
visión que la de la rutina o tal vez el
afán de la pirámide reticular, lar, lar, lar de hogar, lar de casa, lar de comunidad, lar de aniquilar el
pensamiento libre o de domesticarlo con
el soma de un mundo Husleyanamente feliz. Pero este poeta es rebelde con causas que abandonó, hace ya tiempo,
en el rellano de su casa, en el instituto, entre los sorprendidos ojos
de los que le miraban como a una especie rara de chico inteligente y algo grillado y fue creciendo y volando, siempre
a merced de cazadores que disparaban para
quebrarle las alas a este pájaro cantor porque
no le comprendían, porque no entendían su canto.
Este poeta fue,
primero, gorrión de salto agilalegre .
Ya desde el nido, le marcaron las alas para no alzar el vuelo más allá de la
vista de las férreas conductas imposibles; pero el pájaro alegre, a pesar de
sus marcas, de lágrimas ocultas en disfraces
risueños, se hizo alondra del aire
y, como ir condenado a vivir sin aliento era no respirar y una muerte
segura, voló y voló, y ha llegado hasta La
velocidad de la belleza, y su cosmovisión
se convirtió en un mundo tan real como ajeno a la propia realidad :sufriendo
d´ veras en carnes ajenas, / cua/ -nto el
odio pueda hacer con la /dulzura ...
Y sufriendo,
y volando, ha reído y bebido los néctares espumosos de Baudelaire, de Rimbaud…
en el Paris de la pintura de vanguardia
y la Gioconda en el Louvre y se ha fumado todas las nicotinas. (Aquí podéis volver a leer el poema de la página 169) En
Florencia, yo sé que paseó con el Dante y sobrevolando el
tiempo converso con Buonarotti. En Verona, honró al de Stratford-upon-Avon.
Y luego en Recanati a Leopardi. Dio vuelta atrás y conversó
con Góngora,
y Lope, Quevedo, Garcilaso... Yo sé que hablaron
de Amor y Poesía.
Pero
ninguno, jamás, atentó contra él.
Este poeta pasa por la vida sin ver esa maldad que nos habita, ni a los manipuladores que siempre se aprovechan de toda su inocencia, de su enorme bondad, de su amor infinito porque siempre va Con el verbo a la altura/ del nivel del mar. /Con el vértigo y el asombro/del aquí y del ahora. Es un poeta vivo de mañanas de luz y su verbo ejecuta acciones que algunos no comprenden, no alcanzan a entender: a q jauglaría vinacotequina ý bergamáscaras /migrañas marihuaneras, / a qué sutiles felinocracias posesivas, y a /quiénes picantes suplicios / d´musculadas inocencias con la musa en "Fa /Mental" he d´explicar, / justificar ý... expresar a frontenis las fronteras /del aplauso d´ 1 qué?.
Este poeta eufónico
es pintor de colores imposibles en su voz de adjetivos y a veces, muchas veces, resulta incomprendido su juego de palabras tan serio,
riguroso, tan infantil-maduro que
suena a despropósito y a poco que se
observe resulta que no es juego, si acaso un revulsivo de acciones diminutas
que son como una estrella alumbrando
satélites donde existe la vida que en él lleva el fulgor, el relámpago, los
sueños y en otros, marcadas directrices,
lo mismo que orejeras.
¿Qué hacer
con él? ¿Le quitamos la pluma y el papel para que no escriba poesía? ¿Le quitamos los sueños para que no piense poesía?
Este gorrión-alondra desde el nido
es poeta y ya desde pequeño renace Poesía lo mismo que renace de la ceniza el Fénix. El
es humano a la par que poeta. El es el poeta porque es la Poesía misma, porque
es él poema en sí mismo. La medida del tiempo le hará algún día cisne (el ave consagrada al mismísimo Apolo,
dios de la poesía, de las artes, de la música, el símbolo de la armonía y la belleza), y entonces cantará (aunque Plinio y los sabios que vinieron y los que hayan de
venir después clamaran y clamen: ¡es mentira, es mentira, todo es una leyenda!).
El propio Leonardo da Vinci ya lo
dijo: “El cisne es blanco, sin ninguna mancha, y canta dulcemente antes de
morir; ese canto pone fin a su vida.”
Nos dice este poeta, el de los ojos tristes: No
se trata de vencer mas que de cantar. Cantar
al Amor, a pesar de las cárceles que ha sufrido su espíritu, a pesar de las
lágrimas que han brotado en sus ojos, a pesar de las máscaras que ocultan a este ser indefenso, de mágicos
ensueños, que renegó del mundo para sentirse a salvo, para sentirse noble, para
ser bondadoso, para abrazar Amor cada momento del tiempo de su lucha
constante con la vida de realidad
incomprensible y ciega, frente a la dulzura y la delicadeza de la armónica y rítmica Poesía. (Que es otra
realidad de misterio y de magia.)
¿Qué
podemos hacer con él? Yo, desde luego, quiero dejarle con su vuelo. Dejadle vosotros con su
vuelo, con su canto de Amor y de sorpresa.
Llegará el
día, como nos dijo Góngora (ya los poetas
de la Antigüedad, Virgilio, Marcial… y luego los renacentistas y
los modernistas lo dijeron también) que: «Como el
blanco cisne / que envuelta en dulce armonía / la dulce vida despide». Y nos
cantará por última vez. Pero
mientras tanto llega ese último y lejano, espero, día,
Francisco José Sevilla, muere en cada poema
que termina de cantar para renacer como un Fénix en cada poema que comienza.
Este poeta se pregunta en el poema 198 de esta La
velocidad de la belleza: Cómete a tu familia?./
Cómete el tiempo?. /Cómete
el hambre?. / Cómete los dientes?. /Cómete a ti mismo?.
¿Y qué hacemos con él? Sencillamente, dejarle volar y ser él poeta, poema, Poesía.
Y en todo caso recitarle estos versos con los que se inicia este libro: Descúbrete y no te ensombrezcas del todo / Sé libre con la distinción de aguantar cualquier barrote/ Trabaja tu música / cuídala como a tu corazón. Y como en el poema 32: … canta: la canción del amor. / ¡Única melodía posible!.
Y en todo caso recitarle estos versos con los que se inicia este libro: Descúbrete y no te ensombrezcas del todo / Sé libre con la distinción de aguantar cualquier barrote/ Trabaja tu música / cuídala como a tu corazón. Y como en el poema 32: … canta: la canción del amor. / ¡Única melodía posible!.
Nota: este artículo esta escrito en 2012 cuando Francisco José Sevilla me envió una copia de su libro La velocidad de la belleza.
Manuel López Azorín
1 comentario:
Buena semblanza-reseña, bella a la vez que certera.
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