jueves, 1 de febrero de 2018

Francisco Jiménez Carretero: "Las horas sin dueño"




Francisco Jiménez Carretero: Las horas sin dueño




 



 
Francisco Jiménez Carretero (Barrax1948 Albacete.) ganador del Premio ALCAP Internacional de 2016 por su libro  Las horas sin dueño, publicado por la Colección ALCAP de Poesía, Castellón, 2017, me envió en diciembre  un ejemplar (mientras tanto Francisco Jiménez Carretero, precisamente mañana 2 de febrero, presenta un nuevo Y no te vi, Señor, y estabas, libro que fue finalista del XXXVI Premio Mundial Fernando Rielo de poesía mística . Será a las 19,30 horas en el Centro Riojano de Madrid  C/ Serrano 25 y será presentado por el poeta Francisco Caro.)



 Las horas sin dueño venía
 acompañado de una tarjeta de felicitación de la Navidad en la que había impreso un villancico del propio Francisco que os pongo aquí aunque la Navidad ya concluyó:



“Villancico de la buena Estrella”



La blanca estrella transita

desde Oriente hasta Occidente

por los pretiles del puente

de un cielo en noche bendita.

Y acude presta a la cita

que marcaba la calenda.

                                                No sé si tenía agenda 

                                                lo cierto es que sigue arriba,

                                                resplandeciente y más viva

                                                para alumbrarnos la senda.




Con esta décima  de luz  quiere francisco Jiménez carretero “alumbrarnos la senda de la vida". 
 Esa es su buena intención, su deseo, y este deseo lo encontramos también en Las horas sin dueño, libro en el que el autor crea con intimismo y con contemplación unos poemas de “voz / apenas percibida” a manera de guía para encontrar la luz en este camino de la vida, en este tiempo de horas sin dueño que han de llevarnos hasta esa otra luz que San Juan de la Cruz trataba de encontar para fundirse en ella, tras la luz de la vida.


El libro está dividido en dos secciones: “I La fugacidad de la luz”  y “II Sobre qué alas los pájaros” con un total de 18 poemas  cada sección. A ello hay que sumarle un poema a manera de introducción o exordio en el que nos anuncia que este libro “Torna de arriba” que le llega con “las alas presurosas de los pájaros/ bajo el ancho dintel de un arco iris;” pero que llega acompañado también de  “liturgia de lluvias” y “jirones de niebla / cuajándose en las ramas / de árbol de la aurora;”.  Y entre esa luz  y esas alas, ese tiempo sin dueño que le viene de arriba acompañado  de la lágrima, de la duda, del silencio… “el silbo más tangible de la luz / de ensoñadoras alas” ser aposenta y se hace dueño de todo su ser, de todas sus estancias.

 

El libro está dedicado a sus hijos por haberle permitido, en algunos momentos de sus vidas, ser dueño de sus horas. Y ya en el primer poema de la I sección “Fugacidad de la luz” nos dice (y les dice a modo de consejo para caminar por esas horas sin dueño): “Hay que salvar la luz / que fluye generosa del lienzo del instante” (…) “Así, pongamos nuestros ojos aprendices / en la incipiente luz de la mañana / y miremos, miremos para empezar a vivir.”   

Dieciocho poemas íntimistas en esta primera sección en la que la luz, la claridad  nos llega al tiempo que esta dentro de nosotros , una luz que es la huella de nuestro caminar, de nuestro ser y estar en ese camino tan fugaz de la vida.
 
Invitación de la presentación en Albacete de Las horas sin dueño


 En la segunda sección, “Sobre qué alas de pájaros”, que consta igualmente de dieciocho poemas, ahora con recreación en la naturaleza, en el paisaje sin abandonar ese tono íntimo, Francisco Jiménez Carretero comienza esta segunda sección con un poema titulado “Legado” en el que nos habla de que el amor le rebasa con la contemplación de las cosas cotidianas, pasear por espacios sin tiempo, descubrir “en la vecindad /de la tarde, que nada le es ajeno./ Percibir los olores del campo,/ sus tonos, sus matices, sus contornos;/ el delicado vuelo de las aves;”mirar,  contemplar “la limpidez del cielo,/ las luces y las sombras que a la tarde definen.”

 

 

Todos esos momentos que dejan en él un destello de luz, un aleteo de alas, una amorosa querencia como lo más importante de los momentos de la vida. Por ello el poema termina con estos versos:

         Todo esto, ahora, es mío,  

la herencia secular de mis ancestros

y espero que algún día no lejano

constituya el legado que os deje

cuando ya no me encuentre entre vosotros.



Y como conclusión de este libro de poesía intima y de contemplación una reflexión final metapoética en la que el sujeto, como todo aquel que busca la luz de la poesía, su latido y su brote, tras elegir el lugar donde sembrar el poema, a la espera de contemplar que nace, que germina, siente la desazón de que las palabras sembradas “no es aún el poema”  (una cita del poeta manchego José Corredor Matheos) Pero esas palabras: “crecen y crecen, se alzan/n hacia la luz unánime / para dar su ala al aire” Y esa reflexión le conduce hasta la última estrofa en la que nos dice a modo de cierre:



He aquí el poema. La voz 

apenas percibida

en el lento pasar

de las horas sin dueño.



Francisco Jimenénez Carretero: Maestro de Primaria y Licenciado en Humanidades por la UCLM. Forma parte del grupo literario Alcandora.

Tiene publicados los poemarios:

Con la Tierra de por medio (Col. Cervantino.) Veinte Oraciones de Amor y una Canción de Esperanza.( Villarrobledo.) Aún se forjan navajas... 2ª edición (Diputación de Albacete) y la plaquette: El Lenguaje del acero” Colección de APRECU.



Ha publicado en diferentes revistas como Calicanto, La hoja Azul en blanco, Barcarola, La Siesta del lobo, Piedra de Sol.

Sus poemas figuran en diferentes antologías y ha sido ganador de numerosos premios poéticos por toda la geografía española.



                                                             Manuel López Azorín














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