lunes, 23 de abril de 2018

Memoria poética: Elviran Daudet II. Autorretrato, mujer, periodista y poeta






Memoria Poética.
Elvira Daudet II: Autorretrato, mujer, periodista y poeta

  NOTA: Elvira Daudet acaba de salir del hospital de la Princesa y ahora está en casa recuperándose. Espero que pronto estés bién querida Elvira. Me mantiene informado nuetra común amiga la poeta Carmina Casala. Recuperate pronto. Mientras te envío besos pongo esta segunda parte de esta memoria poética tuya que estoy haciendo. Pronto incluiré una tercera parte.




Elvira era (y es) decidida y se marchó a Paris. Allí, gracias a Claude Couffon, el hispanista que tradujo brillantemente a García Lorca, y Blas de Otero, conoció a Louis Aragón, Jean Paul Sastre, Nicolás Guillén; vivió la bohemia, se casó y dejó -dice- de escribir poesía. Tal vez decepcionada, pues cuenta Elvira  que “pensaba comerme el mundo, no me comí una rosca.”


En 1971, en su mejor momento como periodista, un jurado compuesto por Dámaso Alonso, Luis Rosales, Emilio Alarcos, Gamallo Fierros y Antonio Gamoneda le concedió el premio Antonio González de Lama por el libro Crónicas de una tristeza.
( Ayuntamiento de León,1971)
Continuó con el oficio del periodismo, pero no dejó de escribir poesía.



 
Elvira siempre quiso escribir poemas con vocación social, comprometerse en la vida, y con la poesía, tampoco dejó de hacerlo. Crónica de una tristeza es el duro retrato, emocionado, de una tristeza producida por la entrega y la ruptura del amor o como se dijo en su momento: "Una constante referencia al varón, ejecutor de un destino recreado en términos reflexivos, se sucede en datos de veracidad punzante, de eficaz poesía, de rehusamiento de los eufemismos que han conducido – con demasiada frecuencia – a una trivialización del lenguaje lírico."


(VII)
Esta es mi voz,  
con agujeros y remiendos,
con el cansancio
que los pies no acusan.


Esta es mi voz
sin el abrazo con la risa.
Mi voz un poco ronca 
con la que os he llamado
inútilmente.
Mi voz que ha soñado el amor 
en mil tonos distintos.
Voz concreta de mujer concreta 
que todavía habla.
(Pag 113 de Poesía completa)



Sobre la poesía, lo comentaba al final de la primera parte,  nos ha dicho Elvira: “La poesía es una necesidad, un soplo que te derriba en el momento más inesperado, al que es imposible resistirse. Sólo en un breve periodo en el que fui feliz no sentí esa necesidad. Pero la poesía es muy celosa y llevó mal mi entrega al periodismo, me dio la espalda.”
Como periodista comenzó en la agencia Fiel. El equipo humano lo componían el director, un redactor jefe, una secretaria y Elvira. Al mes el redactor jefe, tras despedirla, le dio un consejo: "Búscate otro trabajo, no sirves para periodista"
Fue un gran profeta. Meses después entró en TVE, donde escribió, dirigió y presentó la serie sobre el raquítico mundo laboral femenino; Está llegando la mujer.
Luego fue a Informaciones, Pueblo, ABC (allí rencontró al redactor jefe de Fiel; el era redactor de mesa y las entrevistas de Elvira: portada de Los Domingos de ABC). ¿Quién no servía para periodista?

Durante 36 años dedicó su vida al periodismo, oficio donde lo hizo todo: cultura, reportajes, información política, internacional, enviada especial, corresponsal doble ante la Santa Sede y el Quirinal. Fue la primera corresponsal que dio la noticia del Compromiso Histórico de Enrico Berlinguer y del asesinato de Pier Paolo Pasolini; cubrió las masacres fascistas de la década de los setenta, el golpe de Estado fallido del príncipe negro Valerio Borghesse, la violencia de las Brigadas Rojas y el secuestro y asesinato de Aldo Moro.





MORITURI (Fragmento)
                       A Pier Paolo Passolini, muerto a palos
                        y enlodado por los hijos de la noche.

Esperad, antes de que me golpeéis  
quiero advertiros, hermosos hijos de la noche,
implacables ángeles de las sombras,
que sé llorar en todos los idiomas.
(…)
Y no es por presumir de virtuosa, 
que me ha costado sangre el aprenderlo.
Antes de golpearme, ahora que estáis a tiempo, 
decidme, azules criaturas de la muerte,
¿qué idioma preferís para el recreo?
(Pag 170 de Poesía completa)


Y es que a Elvira Daudet le apasiona la entrevista, según cuenta, “ese "cuerpo a cuerpo" entre dos oponentes tan desiguales: uno grande, protegido en su fortaleza; el otro pequeño, sin más arma que su conocimiento del adversario para derribar defensas y avanzar a su encuentro.” 
La Daudet ha tenido la suerte de entrevistar a los más grandes poetas y creadores del siglo XX  como E. Evtushenko. Pasolini, A. Moravia, Camilo J. Cela, G. Torrente Ballester, J.M. Gironella, Ana María  Matute, Antonio Buero Vallejo; a pintores como Dalí, Saura o Antonio López,  a brillantes científicos y a algún idealista fin de raza como  Dolores Ibarruri, “Pasionaria”. Hombres y mujeres únicos, que con sus hallazgos afinaron conciencias y contribuyeron a aminorar la enfermedad, el dolor, la injusticia. También entrevistó a los más poderosos empresarios del país, a políticos. Y dio voz a los más débiles,” La Tarde de Madrid”, el periódico que Elvira dirigió, entrevistó a la mujer de el “Nani”, que denunció la verdad de su desaparición y señaló a los policías culpables; cuando dirigió la revista “Derechos Humanos” sacó en portada la silueta reconocible de quien se escondía tras la X del Gal, ilustrando una información valiente y veraz.
Naturalmente todo esto le trajo muchos problemas pero para Elvira Daudet  fueron desdeñables comparados con las satisfacciones que tuvo. El periodismo, dice,  fue el premio gordo de la lotería para ella, le permitió viajar, conocer a los personajes más importantes de la época, además le pagaban por ello sin advertir que lo hubiera hecho gratis y  siendo mujer, como era, pudo sacar a su familia adelante. Así se describía ella entonces:

AUTORRETRATO

Me llamo soledad y estoy soltera, 
quiero decir
que voy sola al abogado, el médico
y consumo mi vida
de ventanilla en ventanilla,
en esa lenta droga llamada burocracia.
Tengo dos hijos 
a los que educo para hombres,
en la medida que una mujer
puede hacer hombres.
Tengo veintiséis años 
y a veces, enfermo de ternura.
Estoy tan sola 
que alguna vez me paro ante el espejo
y me sonrío.
Otras veces, para no enloquecer, 
me coloco las pestañas postizas,
los lunares,
me encajo la sonrisa
y ensayo
el pequeño suicidio del diálogo.
Todas las madrugadas  
recibo la visita de un extraño
– siempre el mismo–
al que caliento la cama hace ocho años.
Solo por eso me mantiene.

(De Poesía completa pag, 93)

Muchos años después de este libro y de este poema, concretamente
en mayo de 2017 Elvira Daudet tuvo un encuentro con los lectores programado en el Salón de Actos de la Diputación Provincial de Cuenca dentro la Feria del Libro ‘Cuenca Lee’ (2017), fue en torno a su libro Poesía completa (1959-2016). Emocionada por este homenaje dijo Elvira:“Es un inmenso placer estar de nuevo en Cuenca, la ciudad donde abrí los ojos a la belleza y donde, al final del camino, me han hecho el honor de poner mi modesto nombre a una calle para que me sobreviva”


La Daudet que estuvo sorprendida y feliz por el homenaje que le brindaron un grupo de poetas conquenses y que  leyeron algunos  poemas de Elvira. Estos poetas fueron Rafael Escobar, Francisco Mora, Ángel Luis Luján y Grisel Parera, a los que se sumaron varios miembros del Aula Poética de la UNED.  El historiador Miguel Romero pronunció una semblanza de la autora.

El vicepresidente de la Diputación, Julián Huete, señaló que “Cuenca le debe mucho” y destacó de Elvira Daudet “su persona, su gran humanidad, su lucha en defensa de los derechos humanos y, sobre todo, de la mujer, así como su pasión casi innata por la poesía.

 
 Francisco Caro, que estuvo, junto con otros muchos poetas y amigos de Elvira (aunque otros muchos no pudimos ir, también estuvimos allí), que la acompañaron en Cuenca, dijo: "Y el sábado 17, encuentro homenaje con Elvira Daudet en Cuenca, su tierra natal. La circunstancia que convoca es la visita a la calle que el Ayuntamiento de Cuenca ha rotulado con su nombre. Que ha dedicado a su persona y a su obra. Cuenca, como en tantas ocasiones, no ha sido insensible a la belleza."

Carmen Bermejo y Elvira Daudet en Cuenca

 Una muy loable excepción puesto que ya se sabe que el poeta parece primar más que la poeta, tanto en el canon poetico como en las antología etc. etc. y el olvido de las poetas resulta mucho más frecuente que el de los poetas. Debería de pensarse que el poeta, la poeta, independientemente de su sexo, de su género, es persona que escribe poesía y habría que valorar al poeta o a la poeta en función del  valor de su poesía y no por su sexo o género.
Pongo fin aquí a esta segunda parte de la Memoria poética sobre Elvira Daudet. En breve incluiré una tercera parte.
                                
                                  Manuel López Azorín

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