Jesús Aparicio González: La sombra del zapato
el tiempo de mi partida
tienen dos alas de cuero
para sostener mi vida”
–Rafael Morales–
Con esta cita de un poema del profesor-
poeta Rafael Morales que a mí personalmente me trae hermosos
recuerdos porque, escrito con su habitual tinta verde, me lo regaló hace muchos
años ya, comienza su nueva entrega poética
Jesús Aparicio González (Guadalajara, 1961) Su título: La sombra del zapato (Ars Poética),
En 2017 nos llegó Jesús Aparicio con una antología que
recogía parte de siete de sus doce o trece libros publicados, con el título Huellas
de gorrión publicado también en Ars Poética y sobre ella y su autor
decía yo: Jesús Aparicio es, para
mí, esté donde esté, poeta de luz, el poeta de las cosas pequeñas, las más
importantes, el poeta que intenta cazar poesía-mariposas- y se siente el niño
que no sabe, que no puede:”Le esquivan como versos a un poeta / que no acierta a
nombrar qué le da vida:” Pero “la
poética está en lo que se canta” y es que la poesía “es luz e ilumina cuando quiere a quien quiere/ porque sabe muy bien a quien es necesaria.”
Ya lo dije también es aquella reseña
de su Huellas de gorrión: Para Jesús
Aparicio González la poesía es el solo que acompaña. “Un amigo que camina a
tu lado en silencio. / Ignora lo que fuiste, no persigue al que serás. /// Se
hace lluvia cuando siente sed, / hierba silvestre si te vence el sueño./// Sabe
que las palabras no traicionan / y ensaya a cada paso esa mirada / que no
espera recompensa / de luces imposibles.”
Con La sombra del zapato
continua Jesús Aparicio a la espera
de que “se ponga el sol / y sus cenizas / –otra vez– / hagan chispa”
En esa búsqueda, especialmente en su
segunda parte con su poema final nos aclara que: “Hoy surcan otras nubes / y
otros son los gorriones/ y otra es la luz del cielo” (…)” Con una nueva rama/
trazados en la arena/ otros son ya los
versos / de aquel niño único”
Y mantiene guardia constantemente
aunque, como siempre sin hacer ruido, esperando la llama de la palabra que le
conduzca a encontrar el sentido ¿de la vida, de la verdad, de la realidad?
Si en Huellas de gorrión nos
mostraba Jesús que lo cotidiano, las
cosas, pequeñas, con su sencilla humildad,
son en realidad las que importan (y en esa realidad anda su poesía), en
este nuevo libro la reflexión se impone y en el poema que da título al libro,
en la sombra de esas suelas “alas de cuero / para sostener la vida” que
escribió Rafael Morales, nos dice:
Celda donde se gesta un cosmos.
Su forma nos retrata,
su fondo inicia un viaje
al fondo del espíritu.
Nada en ella denuncia nuestros
límites,
todo se extiende en universo oscuro.
Sobre ella flota la palabra
que ilumina y engendra
esa muerte que nos hará eternos”
La primera parte de La
sombra del zapato nos llega cargada de honda reflexión y menos
contemplativa (de ahí el gran acierto de la cita de Rafael Morales pura
metafísica plena de sencillez y luminosa claridad): “A veces es el tiempo quien
nos busca /– inútilmente – mientras estamos persiguiendo /la quimera de vernos
con zapatos/ de un niño nuevo”
Si no se tiene la luz de la poesía,
si ésta no te la ofrece, por más que se empeñe el poeta en encontrarla, no
podrá porque sin esa luz, “las palabras, oscuras, desvanecen.”
Esto nos lleva a la segunda parte de
La
sombra del zapato que versa sobre la metafísica y la metapoesía desde ,
como muy acertadamente nos dice José Manuel Suarez en el epílogo:
“Palabra en el tiempo levantando la casa que habitamos y que nos lleva muy
lejos. Desde dentro de casa la realidad, que tantas veces da dolor, nos dará
también su transparencia”
“Ha
vencido a la noche,
(…)
Una
luz tenue y clara
desenciela
raíces
para
dar alimento
a
sus ojos.
Madruga el poeta
atento
a salvar
lo
que el aire y el tiempo
descomponen.”
Esta segunda parte es, claramente, una meditación sobre la palabra en la senda de la poesía. El lenguaje, la palabra justa, (Ya sea rosa o sea ladrillo, como bien decía Rafael Morales), precisa, en el lugar adecuado, con la retórica adecuada y un verso breve, conciso, valioso y luminoso.
Manuel López Azorín
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