lunes, 21 de enero de 2019

Ramón Bascuñana: "6 seis 6"




Ramón Bascuñana: 6 seis 6



Ramón Bascuñana (Alicante, 1963), Aunque nacido en Alicante su familia es y reside en Orihuela, lugar de recuerdo obligado a Miguel Hernández, donde se ha criado Bascuñana. Este licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Murcia que tiene ya publicados más de una decena de libros, nos presenta ahora este 6 Seis 6 poemario ganador del III Concurso de  Poesía Noches Poéticas, 2017  (Bilbao, 2018.Colección Noches Poéticas. Asociación Cultural La única puerta a la izquierda).


Para este Oriolano “la poesía es una mezcla  de fulgor, de impostura, nos dice, siempre que se entienda el fulgor como un deslumbramiento y la impostura como una máscara espiritual” añadiendo a todo esto unas gotas de sarcasmo o de ironía. Y ahora habría que añadir  y de compromiso social.
He leído algunos poemas sueltos de Ramón Bascuñana y lo leído, lírico, modernista a veces, elegiaco otras, existencial y de pensamiento, me ha gustado. Lo último que leí de él fueron unas seguidillas encadenadas que merecieron el premio de "Poesía popular" en los premios de las casas regionales de Alcobendas,2018 , auspiciadas por el Ayuntamiento. Pero además de este premio ha obtenido unos cuantos más, por libros o poemas, Uno de los últimos fue el Premio de poesía Gerardo Diego de Cantabria por su libro El duelo del fracaso.

Este poeta, que reside en Alicante,  nos trae ahora en Este 6 Seis 6, el contundente compromiso con la actitud de un poeta desarraigado que escribe y cuenta los problemas sociales de nuestro tiempo, un libro de crítica social  en la mayoría de sus poemas, un poemario que abraza a los derrotados, a los perdedores, a los diferentes, a las víctimas,  a los que, siendo mayoría, son como invisibles porque le hacen invisibles.
Ramón Bascuñana nos ofrece un libro en el que, a través de sus versos, nos dice que las injusticias van acompañadas siempre con  un estado de desánimo vinculando estas situaciones ajenas a una situación de impotencia del autor que generan en él la necesidad de una escritura paliativa del dolor colectivo en una creación poética plena de rebeldía frente a ese dolor ajeno y que siente como suyo.
“hoy tengo el cuerpo roto en mil pedazos / y ya me da lo mismo cualquier cosa /porque no siento más que la tristeza de estar vivo/ y el lento palpitar de un corazón cansado/ que ve pasar los días los meses y los años / y no encuentra sentido a casi nada.”

6 seis 6 es un libro de asumir ese dolor ajeno como propio y, en sus versos podemos ver que, lamentablemente, las injusticias, que se suceden ininterrumpidamente con la actitud del hombre fuerte frente al débil nos dice: “En la cafetería / el periódico anuncia/ los males del presente /que no son muy distintos / de los posibles males del pasado/// me bebo mi café / como si se tratara de cicuta / de arsénico de llanto.”
En 6 seis 6 se constata el mal como un fenómeno colectivo, y el mal  como un proceso de interiorización.  Bascuñana se responsabiliza de ese mal ejercido por otros; porque piensa que le hace culpable su inacción, su acostumbrarse a lo que acontece día a día y verlo como si de un filme se tratase.
“la suma de los muertos es solo una cifra / que ya no nos afecta/ porque estamos inmunizados  contra las cifras / más de quinientos  dieciocho muertos/ en apenas diez días/ el cerco de Alepo amenaza con desplazar /trescientas mil personas / un ataque a un hospital deja un saldo de catorce muertos entre / los cuales se encontraba el último pediatra / que quedaba en Alepo”
Hay también temas, emociones, sobre los que Ramón Bascuñana reflexiona y nos dice: “acumulamos odio / como quien acumula las joyas más preciadas (…) y no queremos ver que nadie es más que nadie / pues en el fondo somos / animales cobardes / gestados en el odio a ser iguales /por los que nos gobiernan / porque así es más fácil controlarnos / la culpa será siempre de los otros.”

 Tras la lectura de estos poemas , el sujeto poético, que se dice,  nos  deja ver que vivir con el dolor, y sobrevivir, es lo único que nos queda  a los poetas, contarlo, criticarlo, denunciarlo sí qué más puede hacer el poeta que emplear el lenguaje para mostrar siquiera con la desgracia, con la belleza del lenguaje, la concienciación en lo colectivo.
"Seis seis  seis seiscientos sesenta y seis / el número del mal / el de la bestia del capitalismo / presuntamente no sucede nada / un día que comienza y otro que termina (…) son solo cifras que se suman a otras cifras (…) las de las mujeres asesinadas / por los hombres que alguna vez las amaron / o juraron amarlas (…) las de los pederastas  / ocultos detrás de profesiones honorables (…) cifras se trata solo de cifras(…) las de guerras que empiezan y terminan  / y las de muertos en guerras que empiezan y terminan(…) cifras ordenadas pulcras asépticas / perfectas para las estadísticas / de todos los gobiernos corruptos de la historia.”


Bascuñana nos dice a modo de rezo, de salmodia, de canto claro y directo que la violencia, la marginación, el racismo, son parte de la ceniza humana, parte del barro, del polvo que somos, parte de sí mismo, parte de ese sentido apocalíptico que nace de nuestra educación sentimental, occidental, de nuestros temores frente a la vida y frente a nuestra caducidad que es la muerte.

 cifras ordenadas pulcras asépticas / perfectas para las estadísticas / de todos los gobiernos corruptos de la historia.”
 "pregunto si existe si de verdad existe / una manera de morir considerada digna / un método para salir de la vida de un modo digno y aceptable /sin ceder al rencor / sin dejarte humillar por el tiempo y sus secuaces / por la vida y sus humillaciones.”
Y como vía de liberación o de intento de salvación el poeta busca con el lenguaje, justificarse, exculparse, aportar la singularidad de su creatividad y compartirla , en comunión con los lectores, para, así tal vez, poder hacer que ese sentimiento de inacción, de culpabilidad contra sí mismo, despierte las conciencias, se rebele como se rebela él y resulte algo más leve frente a tanto desorden frente, a tanta injusticia, frente a tanta incertidumbre.
“Yo canto en el poema / como quien usa / los versos en legítima defensa / contra mí mismo claro   pero también / contra una sociedad que no comprende / mi forma de pensar / contra una sociedad que no tolera / mi forma de sentir (…) por eso me rebelo/ y utilizo mis versos / como si fuesen armas defensivas / contra una sociedad complaciente y cobarde (…) queda claro el poema es un arma / y mis versos legítima defensa."
Y concluye este libro sobre el mal con un hermosísimo poema a la madre, pleno de ternura, tan hermoso “como el milagro de ver nacer mañana un nuevo día”
                           Manuel López Azorín




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