martes, 12 de febrero de 2019

Luis Adolfo Izquierdo del Águila: "En el nombre del tiempo"




Luis Adolfo Izquierdo del Águila: En el nombre del tiempo




 

Luis Adolfo Izquierdo (Madrid, 1966) es Licenciado en Derecho y Grado en Ciencias Jurídicas de las Administraciones Públicas.
En 2017 funda la revista literaria “Eco y Latido” en la que ejerce su dirección durante los años 2017 y 2018. Como director de esta revista entrevistó a importantes poetas (Luis Alberto de Cuenca, Manuel Lacarta, Felipe Benítez Reyes y Beatriz Villacañas). Actualmente está trabajando en un nuevo proyecto literario: la fundación de una nueva revista digital de poesía contemporánea: “Estigia”.


En el nombre del tiempo es el título de su primer libro publicado por Luis Adolfo Izquierdo, en él reúne cincuenta cuatro poemas escritos entre los años 2014 y 2018.
Se abre este primer libro suyo con varias citas: Jaime Sabines, poeta y político mexicano del S. XX, José Ángel Valente, poeta de la llamada generación del 50, Fernando Fernán Gómez novelista, dramaturgo, actor, guionista y director de cine, de teatro, de televisión y miembro de la Real Academia Española, el poeta gaditano enclavado en la llamada poesía de la experiencia, Felipe Benitez Reyes y Erich Fromm, psicoanalista, psicólogo social y filósofo humanista de origen judío alemán, de quien termina citando: “El amor es la única respuesta sensata  y satisfactoria al problema de la existencia humana” y tras la cita encontramos un primer y breve pero significativo poema titulado “Palabras”: “He horadado los muros del silencio. / Tras ellos /se esconden las palabras. // He aquí la sustancia, /  el alimento.”

 

Y tras la lectura de un poema de Benitez Reyes titulado “Piedras en la playa”, escribe un poema estableciendo una analogía entre las piedras  erosionadas por el agua y la vida, el tiempo, que erosiona la vida; “Ya han pasado los años / y mi vida se asemeja / en mucho / a la vida de estas piedras: / cada vez más pulida, sí, / cada vez más desgastada.”
Nos encontramos más adelante con un poema “Madre nuestra” donde nos viene a decir que no hay nada más importante  que: “la mano que conforta / el alma, achica el agua,/ recoge los cristales/ después de la caída; / ella, la madre nuestra, en esta frágil vida / de sombras y temblor”

Y tras hablarnos sobre la efímera belleza, el primer encuentro con un poeta y la ansiedad se retrotrae de lleno a la infancia con un poema  de Paraíso, más que perdido, de recuerdos de un tiempo feliz  y, con actitud vital de pensamiento alegre y bienhumorada  ternura: “Mi infancia, en fin, / es un gato vacilado por ratones, / el aroma imborrable de un pupitre de madera, (…) el sonido de los grillos en verano,/ saberme inmortal,/ (…) reír mucho, creer en mí, / marrar y poder refugiarme / en los brazos de mi madre,”

Luis Adolfo Izquierdo parte de lo formal con verso blanco  en su polimetría, ya que no encontramos en ella estrofas concretas con excepción de dos sonetos, uno en la página 21 titulado “Renacer”, soneto al modo clásico y con una intertextualidad de Gerardo Diego: “Me imaginé palmera en un desierto, / nenúfar en jardín con ruiseñor, / de sombra y sueño enhiesto surtidor, / un sintecho por ángeles cubierto”, estructurado como soneto al modo clásico y otro en la página 42 , titulado “Felicidad” del que muestro el segundo terceto: “reír, amar, hacer de mi capa un sayo, /volar, mis pelos dejar en la gatera;/ ¡de ser feliz no encontré mejor manera! Igualmente al modo clásico, aunque dodecasílabo (el anterior soneto, como otros versos de este poemario, es tá compuesto con endecasílabos quer parece ser un metros del que gusta Luis Adolfo Izquierdo), el segundo soneto sin separación en los cuartetos y tercetos.

 
Luis Adolfo Izquierdo comenzaba casi, este libro, estableciendo una relación entre las piedras desgastadas por el agua y el tiempo desgastado por su sucesión de días, años… y casi también lo concluye con un “Desayuno feroz” en el que toma como referencia el poema “El desayuno” de Luis Alberto de Cuenca. 
No pretende Luis Adolfo, pienso yo, la imitatio sino inspirarse en él como referente para expresar, en su manera de decir, que su actitud vital y su estilo, camina, primero en torno a una nostalgia bien asimilada del paso del tiempo y segundo a una claridad en el decir plena de humor y positivismo para adentrarse en las cosas realmente importantes, cotidianas, sencillas, cercanas, para reivindicar la vida y sus diferentes etapas con la alegría de pensar como nos dejó escrito José  Hierro: “Estoy vivo y lo sé. ¡Alegría!”

Un primer libro, en fin, pleno de sencillez por lo directo de su poesía clara  que celebra, con algunos ecos de nostalgia entre las luces y las sombras,la vida y el entusiasmo de lo hímnico más que lo elegíaco, para cantarnos que el amor es fundamental  y “la única respuesta sensata”, que no hay mejor manera de vivir que intentando ser feliz, que lo mejor es buscar siempre una sonrisa para guardarla en tu caja de caudales y asumir que la vida, el tiempo, nos desgasta y es un “Misterio”  porque, y esto lo sabemos cierto: “Llegará la noche de las noches, / el momento más cierto y más temido./  Y después el sonido del olvido (…) las paredes desnudas de la nada.”  Pero el poeta termina preguntándose: “¿Y después?”  Y como tantos se abraza al deseo no de un final sino de un tránsito de luz y de esperanza y se pregunta: “¿La claridad del alba?”, como a la espera de un nuevo renacimiento.
Muchos son los ecos referentes de Luis Adolfo Izquierdo, en sus citas y/o poemas puede comprobarse, y no es nada malo tener ecos de los poetas que nos preceden, buscar en los referentes, es sus modos de decir, la voz propia, el ritmo adecuado, esto indica que la búsqueda de esa voz es producto de las muchas lecturas, las muchas aguas, suelo decir a menudo yo, de las fuentes en las cuales por mayor sintonía se ha bebido y eso en poesía me parece positivo.
No beber de las fuentes que nos han precedido es ignorar todo aquello que, en este caso poéticamente, nos ha ido conformando la historia de la poesía.

Luis Adolfo Izquierdo, trabaja como funcionario en Madrid Salud (Ayuntamiento de Madrid). Ha obtenido algunos reconocimientos en certámenes de poesía (Finalista del IV Premio Umbral de Poesía de Valladolid 2017, primer premio del VII Concurso Internacional de Sonetos 2017 organizado por el blog digital Concursos Literarios y numerosas menciones especiales en diferentes concursos.

                               Manuel López Azorín






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