Antonio
Daganzo: Los corazones recios
Juventud todavía me pareció a
mí una hermosa comunión con la vida, justo en el ahora mismo, que vuelve
la vista atrás para tomar impulso: Que yo fui niño enfermo / y nunca más pisé / los campos florecidos /
hasta que me nacieron cicatrices.
Los
corazones recios es, nos dice Daganzo, “una celebración
serena de los sentidos, de todos ellos, con presencia de la música, la pintura,
el cine.” Es una muestra metafórica de una realidad vivida, experiencia de la
condición humana, expresada desde la belleza de lo experimentado, el dolor de
lo llorado y la celebración de lo que queda por vivir, con poesía.
El
poeta Francisco
Caro escribe sobre este libro y nos
dice: “Antonio Daganzo ha escrito un
poemario de doble provocación. Ambas viven en su conciencia. Una es la de los
afanes culturales, la belleza y sus modos, la música en especial. La otra
provocación es la necesidad de responder a los retos del amor con las armas de
un corazón templado, sabedor de los premios y castigos, abierto y recio en su
estar, en su proceder, en sus respuestas."
El
libro, con 32 poemas en un solo apartado, se abre con dos citas, una de Juan Ramón Jiménez y la otra de Jorge
Guillén que nos indican del amor y de la celebración. “Los corazones
recios” primer poema y que da título al libro nos dice:
La luz camina roja, en alto, / como un verso a
la lumbre del destino. (…) De recios corazones la vida se enardece. / / Y por
amor tan solo /– y por amor tan alto – / vibra este aliento aún.
Leo
este libro y encuentro muchos poemas confesionales, autobiográficos que nos
cuentan y cantan, como Gillén,
una poesía hímnica, celebrativa aun a sabiendas de lo efímero del vivir y otra
de la experiencia de lo ya sucedido que, el poeta, a veces con dolor, a veces
con alegría rememora.
Te convoco a la dicha de sabernos efímeros: /
si en este solo instante cabe el mar,/ de tanto azul / las manos que se enlazan
siempre vuelan.
Nos habla de su origen gallego, nos invita a pasear por Madrid, nos habla de lugares visitados: “Paris sainte Chapelle”, “Normandos en Palermo”, Peñon de Ifach”, no habla del cine "La verdad fabulada" recordando a Truffaut, de la música: Con punzante nostalgia – el verso era verdad fabulada" melodía –, / para nunca morirte me emociono. Y nos habla de la pintura de Poussin en la “Danza del tiempo” (y de la danza): Equilibrio o corteza/ y no obstante la danza, / el vuelo de las telas distraídas.
Como bien dice Francisco Caro: “Los
tules que el decir poético procura al lenguaje no logran velar la potencia y la
presencia de una fortísima intimidad (con destino no explícito). Antonio
expuesto a los soles y la lluvia del existir.”
Siendo en ti aire y oscuro fue su primer poemario publicado en
solitario en 2004. Una poesía minuciosa y reflexiva. "sin ningún interés
por los fuegos artificiales del lenguaje" según nos decía su prologuista. Daganzo, en su primera aventura poética en solitario demostró
tener una voz no de joven inexperto o primerizo sino madura y honda, una voz
personal y con un musical ritmo formal (a la manera, en ocasiones, de los
clásicos) acompañado de belleza expresiva.
Mientras viva el doliente fue su tercer libro, y el que más me ha
gustó, entonces, de Antonio Daganzo que si bien antes ya
apuntaba maneras con su técnica, su ritmo, su son… con aquel libro se convirtió en música de los sentidos con su
íntima confesionalidad, en sinfonía de la realidad poética con sus negras y
blancas notas, en melodía de memoria, en concierto de esperanza. Un emocionante
y singular libro.
En Los corazones recios hay un
poema, “Panorama del ardor” donde nos dice el poeta: Los corazones recios han aprendido a amar. (…) Justo esfuerzo al creer, / delante al intuir, / de pronto / descubrirse
en vanguardias tras tanto ya sufrido;/
no solo estar enteros: / serlo todo / y en todo resolverse. (…) Los corazones recios han aprendido a amar /
después de odiar, tras el temer, con el dolor.
En Antonio Daganzo se da el poeta que quiere sentir la voz, la palabra
revelada de la poesía, esa palabra que provoca la emoción al desvelarse y, al
tiempo, libera o salva porque llega y alumbra con su luz y aleja odios, temores y desasosiegos, palabra, en fin,
necesaria y luminosa para ser y estar, con el corazón recio, fuerte, en
esta vida.
Y de este modo llegar hasta el
poema “La sangre sabia” donde nos dice: Fue
preciso perder. / Más aún: / vivirse derrotado / sin el menor consuelo de la
prisa, / sin el menor atajo hacia el olvido. Para acabar celebrando la
poesía y la vida con los versos finales: Como
un verso a su lumbre / avanzo decidido: / mi recio corazón canta por todos.
Un libro de recomendable lectura.
Un libro de recomendable lectura.
Antonio Daganzo es autor de los poemarios Siendo en ti aire y oscuro (2004), Que en limpidez se encuentre (2007), Mientras viva el doliente (editado
en España en 2010 y en Ecuador en 2014), Llamarse por encima de la noche (editado en Chile en
2012) y Juventud todavía,
publicado en 2015 que además del Premio de la Crítica de Madrid, obtuvo el
Premio Sarmiento' de Poesía 2017 de Valladolid.
Daganzo cultiva también la novela y
el ensayo. Su novela Carrión obtuvo en 2018 el
Premio de Narrativa Miguel Delibes de Valladolid y su ensayo Clásicos a contratiempo: (la
música clásica en la era pop-rock), libro que divulga la música clásica.
Manuel López Azorín
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