jueves, 25 de abril de 2019

Pascual García: "Aniversario en París"





Pascual García: Aniversario en París







Pascual García (1962, Moratalla, Murcia), novelista, poeta, catedrático de Lengua y Literatura en el IES Alfonso X el Sabio de Murcia y articulista, ha publicado un nuevo poemario Aniversario en París (Colección Sudeste, Murcia, 2018) que presentó en enero en nuestro pueblo natal.




Pascual García es un paisano (ambos nacimos en Moratalla), un amigo en la poesía. Nos hemos visto pocas veces y hemos intercambiado algún que otro libro y, a veces, un amigo común que para mí es como de mi familia, Nicolás, me envía libros de Pascual que siempre leo con interés porque este poeta es hondo, reflexivo, existencial y comprometido con el tiempo que le ha tocado vivir. Y además es un poeta que siente el amor como motor del ser humano, ese que, siempre, nos hace girar alrededor de su luz o de su sombra.
Moratalla (Murcia)
Yo quiero dedicarle, en esta reseña, dos poemas, dos sonetos, que tratan de definir el amor y quiero dedicárselos porque Pascual García en este libro Aniversario en París, un poemario escrito recordando el sueño cumplido de un viaje a la ciudad de la luz, tanto tiempo deseado y finalmente cumplido cuando el amor, tras veinticinco años, desgastado por el tiempo y por quien sabe cuántas y cuantas rutinas, circunstancias, acomodaciones y mil cosas más que la diaria vida nos va dejando en nuestro río de vida, parece concluir.
Y digo parece porque el amor es una llama que por más que parezca apagarse, en nuestra memoria siempre nos deja un rescoldo que no acaba.
La contraportada del poemario nos dice: “Aniversario en París en un canto al amor en veintiocho poemas. Pero no al amor trivial sino al maduro, el desgastado por el paso de los años y que, sin embargo, puede resplandecer como el primer día durante  un viaje, el que siempre soñaron y al fin hacen  los amantes protagonistas de esta obra.” 
Aniversario en París  comienza con unas citas aclaratorias, entre ellas   estos versos de Rafael Alberti: “Amanece y yo creo que por primera vez ha amanecido”. Y también estos versos de Baudelaire:…”Cual dos torturados ángeles /por calentura implacable. / En el cristal matutino / Sigamos el espejismo.”
El amor aunque se rompa, no desaparece, queda en esa materia de los sueños que es nuestra memoria, no se extingue porque el amor, si amor, nunca se olvida por terrible que pueda parecer.
Este es el primer soneto  con el que pretendo explicar este Aniversario en París de Pascual García un poeta que nos habla
“Del amor que turba, que conmueve, que te revoluciona por completo. El amor que merece la pena”(…)  Ese amor que, como decía Adriano, para llegar al corazón tiene que pasar antes por el cuerpo. Ese amor que conlleva la sublimación del sentimiento amoroso.” Algo que no tiene explicación.
Es el amor un canto misterioso
Es el amor un canto misterioso / que se oye cuando menos te lo esperas./ No es cuestión de que quieras o no quieras, /no tiene explicación lo más hermoso.

Nunca el amor, si amor, es belicoso /por más que se le cierren las fronteras./ No va a la guerra aquel que ama de veras / aunque el canto se torne doloroso.

Es una cosa extraña esto de amar/  pues no hay una razón que justifique / el porqué del amor, tan poderoso.

El amor es así, canto sin más./ Y aun con llanto, no habrá quien se lo explique / pues… ¿Tiene explicación lo más hermoso?

Del libro: De la vida y otros ríos (2003)
 

¿Es terrible el amor?, a veces; pero es muy difícil vivir sin él,ya nos suba a los cielos o nos baje a los infiernos
Dice Pascual García 
de Aniversario en París: es un poemario amoroso escrito en 2016 tras un viaje inolvidable”
 "Sí, el amor es terrible, y nosotros somos su invento. El amor te hace sentirte vivo, y el amor de destruye, el amor te lo da todo y te lo quita”,
En aquel viaje con la que por entonces era su mujer y madre de sus hijos celebraron 25 años de vida en común.
Pascual García ha escrito un hermoso poemario tras un viaje a un lugar donde lo cotidiano parecía hacerse un milagro inexplicable y allí, el tiempo parecía suyo: “por primera vez, desde el amanecer temprano / hasta las sombras pasa el deseo y nos sonríe.”
“Estamos en París – nos dice – y el tiempo pasa” y nos parece que el poeta pretende salvar el sueño de un tiempo ya vencido: “Como si estuviéramos otra vez / al principio del viaje, enamorados / como en los años ochenta”
“Este es un viaje para rescatarnos / de todos los día en que no fuimos”


París se convierte en un lugar en el que la convivencia parece anular el desgaste, la rutina, el cansancio, las sombras que ocultan la luz y ahuyentan la ilusión y la esperanza. Y en París el poeta se deslumbra  y nos dice: “con el amor tienes que mantenerte firme y enfrentarte hasta el final a las distintas experiencias amorosas que la vida te regale”.
“Déjame que te mire esta noche / tan lejos de ese mal que nos persigue,/ hemos pedido champán y sonríes / porque te halaga brindar conmigo / en un rincón de la noche francesa”
El autor, el poeta, el hombre, piensa que “No hay una edad para sentir el verdadero amor, que es el arrebatado, el apasionado, el que te hace sentirte enamorado como un adolescente” porque el amor cree que: “es la experiencia más extraordinaria que puede vivir el ser humano” 
Gira el amor y en su girar nos mueve, este es el segundo soneto que le dedico al libro y , naturalmente a su autor: 



Giras 
                         
Cuánto me das Amor, cuánto me quitas./  Cómo llegas y envuelves entre nubes / de sueños, de ilusión y de perfumes /
esa esperanza que parece hundida.

Cuánto me das Amor, cuánto me quitas./ Cómo me llevas a las altas cumbres / y luego, inexplicablemente, huyes…/ y caigo al negro abismo, negra sima.

Cuánto me das Amor, cuanto me quitas./Tú, vas y vienes siempre a tu capricho./ Eres Amo y Señor de voluntades.

Eres la rueda que nos mueve. Giras /  y ofreces el peor de los castigos / o das toda la miel de tus panales.

De: Libro del desconcierto (2001)

Se inicia el libro con una despedida; “Estuvo tu nombre siempre conmigo / durante tantos años / de soledad acompañada / y lecho compartido,”
Y  el verso final del libro nos anuncia ese final, esa despedida,  si no de castigo, sí de acabamiento: “Hemos vuelto a casa y nos sonríe / el alma bellísima de los días/ que se quedaron en ella a la espera / de un último abrazo de despedida.
Un libro en fin, pleno de belleza, de amor, de compromiso con la verdad del ser y del estar del poeta y una tristeza de lágrimas ocultas frente a la pérdida de la miel de los panales que deja al hombre, al poeta solo, en la soledad de su casa sin odio ni rencor, acompañado, ahora, del sublimado amor en la materia de los sueños que es la memoria. El posible infierno del amor es algo que el poeta, en el recuerdo, olvida. Porque el amor es inexplicable siempre, en  su cara y su cruz, ya que como dice Pascual : “es la experiencia más extraordinaria que puede vivir el ser humano”
                              Manuel López Azorín

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