sábado, 14 de septiembre de 2019

Miguel Ángel Yusta: "Reflejos en un espejo roto"




Miguel Ángel Yusta: Reflejos en un espejo roto


El último libro de Miguel Ángel YustaReflejos en un espejo roto. Colección Alcalima, dirigida por Isabel Miguel  (Lastura, 2019), me llega vía correo postal, contemplo su portada y lo primero que me viene a la mente en sus colores es fuego en su rojo pasión y quebranto, pérdida , rotura en un corazón roto sobre un fondo azul celeste, como de un mar en cielo o mar que invita a la reflexión.

Y me pregunto ¿Qué nos queda cuando el amor nos abandona, cuando se rompe? ¿El desconcierto, el asombro, el dolor, la ausencia, el vacío? “Ni siquiera el vacío fue bastante / para curar la herida del olvido” y todo ello nos conduce , cargados de tristeza a la nostalgia, al recuerdo:”Silencioso e implacable / se derramó en mi alma / el hielo que salía de tus ojos” y con asombro y estupefacción vemos que: “Tantos lugares donde nos quisimos, / y que parecen hoy huecos sin vida / extinguida la llama / de la hoguera feliz de la memoria”. La nostalgia, el recuerdo, nos hace ver que “Se acabaron los días luminosos / y, sin saber por qué, fuimos vencidos”

El poeta, “en el silencio de la noche” escucha la música que es “Energía y pasión, duelo y amor” (…) y el alma se estremece con las notas / en una conjunción maravillosa. ///  Pero no estás” y la ausencia, el desamor, le hace preguntarse “…por qué, si sembré amor, / cosecho en el final tanta tristeza.” Y siente que todo lo que le queda: “ es la sombra que vaga en la distancia: / la marca del olvido”


Y tratando de borrar poco a poco la memoria, abrazado la soledad se dice: “No me siento culpable  / ni de la soledad ni de la ausencia. / Por eso clamo y muestro mis despojos / porque quiero vivir y pronunciarme”. La soledad, el vacío y el recuerdo que permanece, el amor pervive en el ayer: “Pero ya no hay miedo ni temor  en su vida ,porque aun con soledad y vacío “amanece apacible el horizonte” y amanece el silencio que es “una muestra de gran sabiduría” El silencio permite la reflexión, la calma, “Y en la noche, monótono paisaje / acontece en silencio la escritura” Y con ella se presenta la inquietud y con ella la duda, la incertidumbre: “detrás de cada espejo/ hay un testigo mudo que nos mira(…) la incertidumbre existe y es certera.

Y frente a esa inquietud llega la desolación y “El temor se acrecienta /prisionero de exilios y de culpas”. El poeta camina solitario, reflexiona, medita “hasta encontrar la nada. /Ni vida ni memoria:/ sólo yo solo / Nada.” Y el amor es ya una sombra que destruye el tiempo, la imagen de un fantasma camino del olvido. “Hay densidad de muerte en los espejos” y el poeta asume su soledad y nos dice “Ha llegado la noche / atraviesa los muros de mi cárcel./ Viene para quedarse.” Y aun con escepticismo, esa desconfianza  sobre la verdad o eficacia de algo: “Así los corazones/ liberados de las incertidumbres / aguardan el invierno / anhelantes de nuevas primaveras”

Y el poeta comienza a caminar , ya en soledad , con desgana y un cierto nihilismo , porque , cercano ya el invierno de la vida, este camino  se hace más difícil  y su final más incierto. Pero camina, camina porque , en el fondo, le asiste la esperanza al tiempo que rememora a Machado: Late corazón…No todo / se lo ha tragado la tierra.


Y su corazón, que se refleja en un espejo roto,  se va recomponiendo poco a poco a pesar de que siente que el amor  aún permanece en el recuerdo:  “No consigo  encontrar en el paisaje / vestigios de tu nombre. Y, sin embargo, tú lo llenas todo”  Y se mitigan los días desiertos, la nostalgia, el desamor, la soledad…y asoma la esperanza: “Esos días que esperan / a la noche apacible que nos salva”. “Y en la postrera página, / siempre en letras muy grandes, / la palabra esperanza mil veces repetida”
Y se dice: “El amor no claudica / se coloca de espaldas al reloj” “El tiempo nos desnuda / de todos nuestros sueños / cuando el espejo dicta la sentencia/ y atraviesa los años sin piedad.”

Y así, en el invierno de la vida, con la música que le salva  “con mensajes de luz y eternidad” el poeta navega “hacia la luz de una mañana nueva “ porque ya no cuentan ni la derrota ni la victoria.

Y camino de la reflexión final  de un poemario de dolor que canta, roto el corazón, a lo perdido y asume que el recuerdo es perenne y no el olvido: “No busquéis  en las briznas de la hierba / mi pretérito aliento. / Casi he marchado ya, mas sin tristeza,/ Solo el vacío ya, solo el silencio./ Mas silencio de amor esperanzado.


Reflejos en un espejo roto es un libro de temblor y de emoción, un libro de poesía verdadera, un libro de amor y su contrario  y concluiré con unos versos míos para este poeta, que lo es y grande,  que dicen: Es una cosa extraña esto de amar// pues no hay una razón que justifique / el porqué del amor. Tan poderoso./ // El amor es así, canto sin más. / Y aun con llanto, no habrá quien se lo explique / Pues ¿Tiene explicación lo más hermoso?
                                 
                 Manuel López Azorín








2 comentarios:

Mayusta dijo...

Muchas gracias, Manuel, por tu lectura y tus palabras tan certeras y bellas. Están en mi blog estas tus líneas llenas de sabiduría y cariño. Un abrazo muy grande.

Mayusta dijo...

Muchas gracias, Manuel, por tus sabias palabas acerca de este libro que resume en unos poemas medio siglo de amor y desamor: la vida. Un abrazo.