viernes, 27 de septiembre de 2019

Una inolvidable Paca Aguirre con su "Prenda de abrigo" para seguir soñando.





Francisca Aguirre: Prenda de abrigo (Antología poética)

 
Prenda de abrigo, (Colección Vuelta de tuerca del Grupo Editorial Olé Libros, Valencia, 2019) es la antología poética que Francisca (Paca) Aguirre seleccionó,poco antes de fallecer, junto a su hija Guadalupe Grande que es también autora del prólogo.

Una muy cuidada y preciosa  edición que Ole Libros presentó  el pasado 24 de septiembre en Valencia. En la presentación, además de Lupe Grande, estuvieron los tres autores de los que Olé Libros ha publicado, en esta colección Vuelta de Tuerca, sendas antologías: Jaime Siles, Ricardo Bellveser y Rafael Soler. Les acompañó y presentó el acto el editor de Olé Libros: Toni Alcolea (a quien agradezco el envío de este libro así como a Rafael Soler que sabe bien de mi amistad, mi admiración y mi cariño por Paca)  Esta antología junto con las otras tres ya publicadas pretende difundir a poetas "imprescindibles para comprender el panorama poético actual"
Paca Aguirre y su hija Lupe Grande

La selección que Paca y Lupe realizaron de la obra de esta poeta, hace que este volumen sea como leer un nuevo libro de Paca y ver más que nunca a la mujer y a la poeta. Una Paca "mas Paca que nunca", por la excelente ordenación de los poemas, con su mayor tesoro, su Prenda de abrigo, su libro.

Su distribución, los títulos de las diferentes secciones no siguen el orden cronológico de los libros publicado por la autora y da la impresión de estar leyendo de nuevo a Paca, pero de otra manera, descubriendo su amor, su resignación , su paciencia, su ternura, su sosiego, su plácida sonrisa, su templanza, su fraternal amor a los otros, su crítica siempre desde la misericordia pero sin olvido, hacían de ella una mujer sencilla y afable con la dignidad y la firmeza de sus convicciones siempre  y una poeta defensora, en su poesía cercana, reflexiva y honda, como bandera de esa dignidad que, en un tiempo de dolor y de sombra, pretendieron quitarle. 


Paca Aguirre que, como poeta (y por mujer ) vivió siempre a la sombra, siendo una poeta de luz con su poesía clara, cotidiana, de una gran difícil sencillez, con sus referentes siempre en sus poemas, 
entre tantos, su gran amor por don Antonio Machado, tuvo, por fin, reconocimiento (tuvo antes importantes premios, pero me refiero a reconocimiento oficial) en 2011 cuando se le concedió el Premio Nacional de Poesía por su libro Historia de una anatomía y luego, en 2018 el Premio Nacional de las letras, que concede el Ministerio de Cultura a toda su obra.


 Lupe Grande comienza su prólogo diciéndonos: "Un libro es una prenda de abrigo, escribió francisca Aguirre. Pocas cosas abrigaron tanto a lo largo de su vida a Francisca Aguirre" para seguir poco más abajo diciéndonos que: "Francisca Aguirre me enseñó que en un libro suceden cosas maravillosas: por sobre todas ellas, la abolición de la jerarquía que impone el poder frente al discurso del tiempo, esa alquimia al lenguaje su posibilidad de transformarse en testimonio y ser deseo, sueño y vida a la vez." (...)
"Esta selección de textos proviene de una conversación. La larga  y aún hoy no interrumpida  conversación que mi madre y yo sostuvimos y sostenemos y que también nos sostuvo a ambas"


Paca Aguirre solía decir: "La poesía es una herramienta de conocimiento y sirve para sacar lo que llevamos dentro". La mujer, la poeta que vivió y aceptó "un principio de realidad" y partiendo de ahí trató de modificar esa realidad dando noticia , testimonio, de su vida, de su historia o como suelo decir yo: escribiéndose a sí misma para escribir a todos y  Paca lo hizo de modo existencial construyendo un universo de su vida que es absolutamente personal y al mismo tiempo llega a ser colectivo.

Francisca Aguirre, por su fecha de nacimiento,27 de octubre de 1930, pertenece a la llamada generación del 50 ( aun habiendo publicado su primer libro, Itaca, en 1972. que fue Premio Leopoldo Panero 1971. Recuerdo que Antonio Gamoneda al preguntarle yo por que él no estaba incluido en esa llamada generación del 50, me respondió: "pues, sencillamente,  porque yo no publique nada en los años 50 sino en el 60"
Igualmente le sucedió a Paca y por tanto no fue incluida en las antologías de aquellos años 50.

Paca Aguirre escribió, me lo comentaba en muchas ocasiones, al margen de modas y corriente y sin tener en cuenta promociones, grupos o generaciones. Así decía que "como Antonio Machado, pensaba que el arte es largo y además no importa porque lo único importante es la vida" Para ella lo más importante era mostrar su historia, que fue la de muchos otros en la guerra y posguerra española y defender que los libros  fueron parte de su salvación y de la de muchos, gracias a que con ellos  alcanzaban el poder de los sueños olvidando aquellos tiempos de de dolor y de sombras que sufrió su generación.  

En su poesía Paca, reivindica a la mujer, reivindica el valor de la memoria, siempre fraternal y sin ápice de odio o rencor, reivindica el poder salvador de la poesía y reivindica la dignidad. Así nos dice su hija en el prólogo: "Francisca Aguirre, eligió la poesía como el lugar desde el que testificar: testificar sobre la infancia y sus desastres, sus deslumbramientos y sus desapariciones, su tristísima pobreza, su intolerable orfandad; eligió la poesía para que el testimonio de aquella niña permitiera que la mujer en que se convirtió después pudiera hablar, soñar, escribir. Y hacerlo a partes proporcionales de verdad y de amor."


Concluyo estas palabras de cariño, admiración y emoción viendo, leyendo (o releyendo) este nuevo libro, hermoso nuevo libro de mi querida Paca, libro al que llevo dedicándole todo el día ya que lo recibí ayer y, como dije al principio, la forma en que se han ordenado sus poemas  hacen que esta antología sea un libro nuevo en el que Paca nos cuenta su historia, su vida y es, como he leído en algún sitio que ahora no recuerdo más Francisca Aguirre que nunca, una francisca Aguirre, siempre abrazada a la memoria y a la dignidad, que recuerda y nunca olvida y que en 2018 escribía:

"MIRO AL SOL RESBALANDO por los muebles y los muros 
de la habitación. Miro este sol de ahora y pienso en el sol de     
aquel entonces. Era otra la casa, otra la historia; pudimos tenerlo         todo: porvenir, familia, leyes, educación, arte, cultura. Pudimos 
ser los herederos de tres palabras: libertad, igualdad, fraternidad.
No pudo ser."                                                                                   

Querida Paca: tu recuerdo y tu poesía serán nuestra mejor "prenda   de abrigo" para seguir soñando.                                                                                        

Manuel López Azorín       


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1 comentario:

Mayusta dijo...

Por siempre Paca. Qué bella y emotiva tu reseña, Manuel..