viernes, 29 de noviembre de 2019

Alfredo J. Ramos y Antonio del Camino. "Mudanza y vuelo (A dos voces)



MUDANZA Y VUELO (A DOS VOCES)
Alfredo J. Ramos y Antonio del Camino

Cuadernos de Humo nº 26. Edición de Hilario Barrero.

 



Me envía el poeta Antonio del Camino un cuaderno de sonetos  titulado Mudanza y vuelo (A dos voces), con 32 sonetos exactamente de Alfredo J. Ramos y el propio Antonio del camino. Se han publicado en la colección “Cuadernos de humo” (este es ya el número 26) creada, dirigida y auspiciada  por Hilario Barrero y me ha encantado recibir este cuaderno a dos voces con la estrofa más importante de la poesía clásica: el Soneto, 
ya que , para mí, el soneto es una de las grandes estrofas  que permanece viva desde que el Marqués de Santillana primero y luego Garcilaso y Boscan lo impulsaran fomentándolo y difundiéndolo de tal modo que se quedó,  hasta hoy día, gracias a tantos como lo practicaron y lo practican a pesar de; pero si hay que reivindicarlo, lo hago, aquí vamos con ello: el soneto fue cultivado por los grandes poetas como Lope de Vega, Quevedo (ambos escribieron también un soneto llamado soneto con eco, como este de Quevedo  que comienza diciendo: Es el amor, según abrasabrasa;/ es nieve a veces puro hielohielo;/ es a quien yo pedir  consuelo suelo,/ y saco poco de su escasa casa

Antonio del Camino

Y naturalmente escribieron sonetos Góngora Cervantes… Una composición que  nos llegó desde la Italia central (aunque parece ser que nació en Sicilia) y que se quedó con nosotros.
Tanto fue así que  si en Italia Dante y especialmente Petrarca con su Cancionero dieron vuelo a esta composición estrófica de catorce versos (ellos especialmente en la expresión del sentimiento amoroso) que admite una enorme variedad de temas, desde el amoroso al satírico pasando por los morales y metafísicos  y que lo han empleado todos los poetas citados y muchísimos más que no se citan.

En el período neoclásico decae el uso del soneto, aunque es cultivado por autores como José Cadalso y Melendez Valdes, entre otros, luego en el romanticismo tampoco se le tuvo muy en cuenta aunque Bécquer, por ejemplo,  tiene un soneto publicado. 
Alfredo J. Ramos

 Vuelve a resurgir con fuerza con Ruben Darío y el Modernismo con sonetos en alejandrino. Y con el modernismo se recuperó igualmente el “sonetillo”, que es un soneto en octosílabos  con precedentes en el Siglo de Oro y en el Neoclasicismo. En el Modernismo se escriben también sonetos polimétricos o sonetos dobles o doblados (de diferentes medidas mezclando  versos de 11 y de 7: endecasílabos y heptasílabos) Rubén Darío lo empleó en su soneto a Cervantes y Manuel Machado lo utilizó en su soneto “Madrigal de Madrigales” aunque este empleó versos de 11, 7, 9 y 14 sílabas (endecasílabos, heptasílabos, eneasílabos y alejandrinos). En esta época aparecen innovaciones métricas con la utilización de otras medidas: desde versos trisílabos hasta versos de dieciséis sílabas llamados  octonarios o hexadecasílabos, aunque los más utilizados son los alejandrinos.
Juan Ramón Jiménez  en su soneto titulado “Al soneto con mi alma” nos dice en el primer terceto: “En ti, soneto, forma, esta ansia pura / copia, como en un agua remansada,/ todas sus inmortales maravillas.

Poetas luego de la llamada generación del 27, practican con frecuencia el soneto. Autores como Jorge Guillén, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Federico García Lorca, que escribió sus famosos "Sonetos del amor oscuro", y también el poeta Miguel Hernández durante su primera época. Igualmente Pablo Neruda escribió sus llamados Sonetos impuros (sin rima) y Jorge Luis Borges practicó el soneto inglés, conocido por soneto Shakespeariano: , (tres serventesios y un pareado final) y también se han escrito a lo largo del siglo XX sonetos en asonante.
La grandeza de la poesía está en su diversidad: formas clásicas, tradicionales o populares, versos con medida y sin rima, llamado verso blanco, polimetrías, versos con más libertad o versos libres...este es su equipaje y lo que engrandece a la poesía, todo ello va con ella y puede mostrarse con ella. Tan solo requiere ritmo, musicalidad, cadencia, se puede suprimir la medida y la rima pero jamás el ritmo. El soneto, que es una de las grandes estrofas, cuando está bien ejecutado, como es el caso de Alfredo J. Ramos y Antonio del camino en este Mudanza y vuelo (a dos voces) suena magnificamente.



El soneto no desaparece, tras la guerra incivil  resurge con la revista
“Garcilaso” un tipo de soneto (por sus temáticas: principalmente 
Dios, la patria, la religión, el paisaje castellano, la rosa…escriben
 una poesía evasiva lejos de la realidad de aquel tiempo) .Hay que
 destacar a José García Nieto y Dionisio Ridruejo  como buenos hacedores de sonetos.

Nos llega en 1943 un nuevo rehumanismo con Rafael Morales y sus Poemas del toro, (hermosos y humanos sonetos en un libro táurico) libro que inauguró la famosa Colección Adonais (nombre este de Adonais que le puso otro estupendo poeta y muy buen sonetista: Rafael Montesinos) y que Pepe Hierro calificaba de una nueva poesía.

Con la llamada poesía del desarraigo (Dámaso Alonso, 1944) que ya comenzó a dar testimonio de la realidad española en aquellos años surgió un tipo de poesía que desemboco en la llamada poesía social con Blas de Otero,  que también   cultivó el soneto, quizá mejor que ninguno en aquellos tiempos,  y José  Hierro, que  escribió muy buenos sonetos (solo hay que leer el último soneto que escribió y que tituló "Vida" . Y así podríamos seguir hasta hoy mismo porque el soneto continúa vivo y siendo empleado por muchos y buenos poetas. Ejemplo de lo que digo lo tenemos en este ejemplar de “Cuadernos de humo" Mudanza y vuelo (A dos voces)  en el que mano a mano  Antonio del Camino y Alfredo J. Ramos  escriben un conjunto de sonetos al modo clásico y con variantes de muy buena factura.

Y así podemos llegar hasta este ahora y decir que el soneto sigue vivo, que lo cultivan muchos poetas ( entre esos muchos citaré a Luis Alberto de Cuenca) en la segunda mitad del siglo XX y que en este XXI el soneto continúa con fuerza (aun a pesar de ser denostado en muchas ocasiones), como una de las estrofas más arraigadas  e importantes de la poesía formal o clásica y si hay que reivindicar esta estrofa yo seré uno más en hacerlo (dentro de admitir esa gran diversidad de la poesía).
A lo largo del tiempo se ha escrito sonetos al modo clásico y con variantes: al modo inglés, al modo parnasianista francés (sonetos en serventesios, sonetos dialogados, sonetos con estrambote, (soneto que incluye a su estructura normal un pareado final).

En este Mudanza y vuelo (A dos voces),  Alfredo J. Ramos y Antonio del Camino se han unido para recorrer en la diversas variantes del soneto el hermoso  camino del ritmo en la palabra, ofreciéndonos  treinta dos sonetos que a veces son al modo clásico, a veces al parnasiano francés, , a veces alejandrinos, a veces al estilo inglés o Isabelino o mejor Shakespeariano, sin rima o impuros , como decía Neruda,, sonetos en asonante… tan solo les ha faltado escribir un soneto dialogado como aquel de Cervantes  con  su dialogo de Babieca y Rocinante. (lo digo por ser o estar ellos en Castilla la Mancha)

Hilario Barrero
En fin un manojo hermoso de poemas, de sonetos, en una hermosa colección  titulada “Cuadernos de humo”, que gracias a Hilario Barrero son unos cuadernos que no se esfumarán como el humo porque será ya indeleble en su forma y su contenido en Mudanza  y vuelo (A dos voces.)
Mi enhorabuena para Hilario Barrero y para los autoresAlfredo JRamos y Antonio del Camino  que, a dos voces, ejecutan, con maestría esta estrofa.

                              Manuel López Azorín

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