Carmen Díaz Margarit: El sueño de la salamandra
Recibí un libro de Carmen Díaz Margarit, nos
habíamos visto unos días antes tras muchos años de no coincidir y
quedamos en que me enviaría El sueño de la salamandra. (Ars
Poética, Oviedo, 2019.)
He
leído este libro con gran interés y me he encontrado con unos poemas, con
libertad de metro, que andan, por una parte, entre el lirismo, lo metafórico y la magia de
una poesía plena de belleza y ritmo
y por otra parte con el dramatismo de su dureza y por la
fuerza de su denuncia. Este conjunto de
poemas aparentemente tan dispares, en la lectura nos ofrecen, de fondo y de
forma, una vía de salvación a través del amor.
Poema : Bagdad,
s. VII a. de X.
Los espíritus y las almas del amor son centenarios.
El
primer hospital del mundo se fundó en Bagdad,
en
la orilla del río Tigris de agua enamorada y joven
en
el año 671 antes de Cristo.
Médicos
y pacientes eran cristianos y judíos,
judíos
y musulmanes.
La
sanidad era universal y gratuita.
En
la mezquita Kadhimiya
los
niños se besaban con labios claros como nubes.
No
había dolor ni odio entre los pueblos,
solo
Marte brillaba con el color de la sangre.
El libro está dividido en tres apartados. En el
primer apartado de manera vehemente,
incluso con rabia por la impotencia frente a las injusticias, violencias y
abusos que se vienen produciendo desde que el mundo es mundo, Díaz Margarit crea, lo diré con
palabras de la autora, “una saga de poesía épica que transita
el tema del maltrato y el abuso infantil desde el s. VII a.de C. hasta el s.
XXI, en diferentes ciudades de Europa, Asia, África y Suramérica.”
Denuncia, clama nuestra poeta y arremete contra todos aquellos que pretender anular voluntades, contra los que que, sin importar los medios, se erigen en amos crueles, violentos, hipócritas, degenerados, fanáticos, según los casos, para obtener el fin que buscan.
Denuncia, clama nuestra poeta y arremete contra todos aquellos que pretender anular voluntades, contra los que que, sin importar los medios, se erigen en amos crueles, violentos, hipócritas, degenerados, fanáticos, según los casos, para obtener el fin que buscan.
En el
introito nos dice Diaz Margarit:” La explotación infantil, el fanatismo, la
intolerancia, la violencia de género, el hambre o el mal son tan antiguos como la humanidad. La infancia es otra forma de marginación."
Poema: Mar Egeo, s. XI
En 1011,
los armenios del sur de
Anatolia
se armaron de elegantes
túnicas bélicas
para cazar esclavos
cerca del mar Egeo.
En sabanas de ciervos y
flores salvajes
asediaron mil niñas que
ya no podrán florecer.
Los chiitas de Arabia
aguardan la batalla.
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Y si en el primer apartado nos muestra la dureza del tema, en el
segundo continúa tratando el tema del
abuso infantil pero desde la voz de una
niña que ya, en la tercera parte , metamorfoseada, convertida en una salamandra
que , nos dice Díaz Margarit; es alter ego, espejo y símbolo, que atraviesa el fuego
de la locura sin quemarse” Por este apartado camina la
inocencia, lo lírico, la ensoñación, el deseo de un mundo de luz, mágico y de
concordia que, quiere “una palabra que
construya arrecifes de esperanza.” ese es en definitiva, El
sueño de la salamandra.
Buscando un poco de biobibliografia
sobre Carmen Díz Margarit, de repente me he encontrado unas palabras de mi
querido Juan Carlos Mestre para esta obra que, pienso, definen
perfectamente este libro y la intención de este “ángel” que es su autora. Dice Juan Carlos: “Siempre
hay algún ángel civil, la desobediencia de sus ojos sobre la tierra de las
profecías”. Y este “angel civil” que nos
dice Mestre,
en desobediencia y contra las
injusticias de un mundo que profana la inocencia, la violenta y se lucra,
además de despreciar lo diferente y no aceptar la igualdad. Un libro de testimonio, de compromiso social
que proclama y preconiza el sueño del amor
sobre todas las cosas.
Poema: Quiché, s. XX
El pueblo inca de Guatemala
prohíbe
a sus mujeres mirar de frente a los hombres
en
febrero de 2016.
El
hombre blanco llama terrorista a Lolita Chávez
por
elevar los ojos.
Una
de cada tres niñas es violada cada día.
Diaz Margarit sentada junto a Pessoa |
Mostrar una realidad tan dura como salvaje, situarla
en las diferentes épocas de la historia, nos quiere hacer ver que esa
realidad forma parte de este mundo, de
existencia tan inhumana que no existe mejor medio para enfrentarse a él que con
la desobediencia y la denuncia por una parte y por otra con el sueño del amor,
de un mundo, en definitiva, mejor. Y Diaz Margarit con una cadencia a manera de letanía, de salmo
o celebración del encantamiento de los sueños, como deseo o premonición o
profecía nos advierte “de la destrucción
del planeta y de lo humano” con
esta tragedia que se va suavizando según
se avanza en su lectura sin perder su dramatismo pero ya revestida de lírica
inocencia primero y de sueño después, a
través de los ojos de una niña,
Poema:
Soy una niña muy bajita
con un pelo recóndito y rizado.
Me desnudan y sólo una
hoja de parra cubre mi abandono.
-Parece una Eva
pequeñita- ríen los amigos de mi padre
mientras enfocan el teleobjetivo
junto al agua de un pantano gris y frío,
metálico.
Cuando mi madre me encuentra levanta el aullido de
un álamo
Y Carmen Díaz Margarit nos avanza que: “El Libro II de El
sueño de la salamandra, que
se editará el próximo mes
de septiembre, se ciñecon poemas de amor. (…) La esperanza de amar
siempre, sienta lo que sienta el ser amado. El amor es la libertad pero
transcurre en silencio.” y aquí os dejo un adelanto de ese Libro II:
Añado aquí, ya septiembre, recién publicado El sueño de la salamandra II |
Ardía en una hoguera de
poesía y vanidades.
Mi siamesa telúrica me
liberó del averno
y como Ovidio me transformó
en salamandra.
En nada extraño vivo desde
entonces.
Nada temo.
Sólo tiemblo ante el suave perfume
de la rosa.
He vuelto de la muerte
con la furia de las
Hespérides.
Me arrullo en la ternura de
un amor sereno,
estrellas Sagitario me
abanican.
Sueño que la injusticia de
los hombres
no me arrastre de nuevo al
suicidio.
Porque puedo contarte
aunque sea serpiente ante la
rosa
que vivo de este amor y con
su hechizo.
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De modo que lean éste, el primero, de momento, hasta que se
publique el segundo libro, que será en septiembre de 2020 y disfrutarán pese a su salvaje dureza y su plena denuncia. Porque este libro va envuelto
en sueños y deseos de construir un mundo mejor y eso solo el amor lo puede
conseguir. Y esto me recuerda unos versos míos que dicen “Solo el amor nos
salva, sin amor / anda perdido el eco de la vida. // Solo la luz alumbra, sin la
luz, / oscuras, las palabras desvanecen.”
Poema:
La salamandra ciega
camina con cuidado
a su salida del
laberinto de Ariadna.
Se acuerda de cuando la
yerba era musgo
y la felicidad trepaba
entre las vértebras de la infancia.
con un florín corta la venda de sus ojos.
Se despide de Tánatos y el suicidio.
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con un florín corta la venda de sus ojos.
Se despide de Tánatos y el suicidio.
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Merece la pena leer este libro. Esperemos la luz del libro II y con ella el amor que reclama la autora para crear con él un mundo más armónico, igualitario y justo.
Carmen Díaz Margarit
(París, 1961) es poeta, crítica y doctora en Filología Hispánica por la UCM.
Concibió su obra poética como un quadrivio de los elementos naturales: a la
tierra, la gacela; al mar, la sirena; al cielo, la alondra, al fuego, la
salamandra: Gacelas de la selva alucinada, finalista de Adonais en 1990,
(1991); Perfil de sirenas, Premio Internacional de Poesía Barcarola en
1993, (1994). Tuvo una ayuda a la Creación Literaria del Mº de Cultura en 1995
y fue finalista del Premio Gil de Biedma en 1998, (1999).Orlando o el desconcierto de las
alondras (1999), y El sueño de la salamandra
( Ars Poética, Oviedo, 2018), fue finalista del Premio Internacional de Poesía
Miguel Hernández en 2019. Por delicados motivos, sostuvo casi dos décadas de silencio poético. El sigilo editorial apareció, como el Guadiana con Donde el amor inventa su infinito (2007). Es autora de una obra de teatro: El loco y su pelícano (2019). Su poesía ha
sido traducida al inglés y al alemán.
Manuel
López Azorín
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