sábado, 7 de noviembre de 2020

Alfonso Pascal Ros: "136 pulsaciones (Antología poética 1985-2020)



Alfonso Pascal Ros: 130 pulsaciones (Antología poética, 1985-2020)
Alfonso Pascal Ros (Pamplona, 1965) me envió su libro 130 pulsaciones (antología poética 1985-2020), publicado por la Editorial CELYA, dirigida por Joan Gonper que además es el autor del prólogo. Yo había leído de este autor, hace años, un libro que me gustó y que recuerdo especialmente. 

El libro era una edición de Hiperión y su título >Cuaderno de Pedro.También me cuenta Félix Maraña fundador y director de la editorial Bermingham,que él le publicó otro libro titulado Cuaderno para Miguel (Oteizas)y, según me dice Maraña, ese libro "estaba lleno de hallazgos y temblores" y "donde la figura del escultor-poeta Oteiza anda presente" En la solapa leo que en su primera antología poética titulada Primera reunión (1985-1990) recogió una selección de sus primeros cinco libros. 130 pulsaciones recoge, ahora, una muestra de los veinte de poemarios que ha publicado hasta la fecha. 

Licenciado en Historia Alfonso Pascal Ros ha escrito narrativa, infantil y poesía. Es un poeta que no se atreve a llamarse poeta porque –dice- que “respeta demasiado la poesía como para frivolizar y tontear con ella.”Lo que quiere decir es que él es solo poeta cuando escribe, mientras no lo hace va, como diría José Hierro, de un hombre como otro cualquiera. 130 pulsaciones es un reencuentro con la vida vivida, sentida, pensada, soñada, amada y desamada de una pequeña o gran parte de esos 35 años de pérdidas y de ganancias porque de todo hay en la vida.

Joan Gonper que como he dicho , inicia esta antología con su prólogo nos dice: “Con una poderosa imaginería , nostálgico, partisano, coherente, alérgico al gregarismo, reportero que contempla el futuro, Alfonso Pascal pica la curiosidad del lector pues no es tanto qué dice sino qué no dice cuando parece abrazar al lector con sus alegorías, con su lectura perversiva involucrándole a construir, desde un notorio laberinto de influencias poéticas, la mística, la atmósfera que se respira en el hilo argumental de las publicaciones aquí contenidas.” 
 Y como buen historiador al que la historia , en este caso poética, le gusta, vemos en ese laberinto de influencias a Bécquer, Oteiza, Unamuno, Cernuda, a César Vallejo, León Felipe, Blas de Otero… y la música: Tchaikovsky (entre otros) y elijo a éste para redondear el círculo.
Es decir: referentes del romanticismo tardío becqueriano, del existencialismo unamuniano, del genio con ruido y con furia de Oteiza, del 27 cernudiano elegiaco surrealista, romántico y crítico, del modernista, vanguardista y revolucionario Vallejo, del farmaceútico Leon Felipe expendedor de realidades que no quería escuchar más cuentos…del 50 social o testimonial con Blas de Otero a la cabeza, el que cuenta y canta porque “nos queda la palabra”…(muchos más en este laberinto hermoso de referencias poéticas) y Tchaikovsky, tal vez con su concierto para violin, op.35 que, un buen amigo mío, me cuenta que lo escucha cuando tiene muchos sentimientos que le gustaría expresar… (a lo mejor a Pascal le ha sucedido eso también ). 
Y con esto se cierra el círculo: del romántico tardío que renovó la poesía española con sus rimas al romántico musical que hace que su música toque los sentidos (como la poesía) y lleve a expresar con palabras la percepción interior del poeta. Y entre uno y otro múltiples referencias más, que la vida da para muchos ecos, muchas influencias, muchas, si la lectura te acompaña permanentemente.

Alfonso Pascal
me parece un poeta de hondura, romántico y escéptico, meditativo, existencialista y surrealista, con algo de mística y poco metapoético, comprometido y crítico, mordaz e irónico, firme y dubitativo, tierno y cotidiano que en las palabras preliminares de esta antología confiesa, en alusión a la portada, que ya dice mucho sin palabras, que el poeta debe acompañarse solo y para ello recuerda a Antonio Machado cuando dice: el hombre que juzga su propia obra dista mucho del que la produjo. Qué razón tenía D. Antonio y que coherencia la de Alfonso Pascal Ros, bajo mi punto de vista, naturalmente, la de dejar su obra tal cual se produjo en el instante mismo en que se hizo poesía. Recomponerla, arreglarla, revisarla y corregirla sería, como dice el autor, posiblemente mejorarla; pero también seguramente dejaría de ser aquella poesía que atrapa el instante que se vive para convertirse en otra cosa que ya no tendría para el poeta que la escribió relación con aquel instante. Por esta razón me parece un buen comienzo de esta selección el poemas que lo abre: “Todos mis versos han sido escritos de antemano” En el libro se muestra, con una poesía que recorre prácticamente todo ese laberinto de referencia al que aludía más arriba.
Este libro mira la tierra, el barrio, la infancia: “Perseguidos los niños, huyeron a las ciudades” (p. 20). “Era un joven sencillo. / Asustado siempre; casi/ un niño”. (p.23), mira la familia, la madre, su pensamiento ,su ética: “Mahatma, un verso es algo prescindible”(p.59), nos habla de los de los poetas amigos como Leopoldo de Luis: “Le torturaron tanto que al final/ acabó siendo el que buscaban” (p.58), de Eladio Cabañero (al que situa en Nueva York y no en su Tomelloso viendo pasar los trenes mientras pasa la vida): “ me dijo algo del campo,/ la vida son dos días,/ recuerdos que persigues,/ mil horas de trabajo y poco más”(p.60), su mística nace en la tierra, con una mirada a la amada y al hijo, terrenales también y se eleva:”No solo Dios no ha muerto/ jamás tan vivo como ahora” (p.70) 
 Y así Alfonso Pascal Ros nos va mostrando este camino de poemas seleccionados, recordando a Machado y su sentencia, haciendo esfuerzos electivos al tiempo que la materia de los sueños, que es la memoria, va rememorando tiempo sucedido, instantes atrapados en el poema que contempla junto a la duda de dejarlo o no. Y decide dejarlo, al fin y al cabo, aquel instante permanece gracias a él, al poema me refiero (y a la materia de los sueños) Y para reafirmarse en lo que hace, para darle un algo de presente coloca en este acto de columpiarse solo, unos poemas inéditos, cotidianos, claros como el agua que es la poesía que me decía Claudio Rodríguez. 
Uno es tierno, dulce, y no como la realidad pragmática y amarga de La Toñi: “Lo que la Toñi quería eran clientes / y mejor si se iban cuanto antes (p. 155) Otro, un disparo contra sí mismo, para salvarse de los gregarismos, de la mercadotecnia y de las concesiones: “Que no te engañes más, será por eso / que hoy sólo despachado / en cuatro antologías de tercera / que tu soberbia justifica / que todo por equívocos y envidias / de rehusar someterte a concesiones. Un libro para volver de nuevo y releer con calma. Os animo a leerlo. 

Alfonso Pascal Ros ha publicado, entre otros, los poemarios: Poeta de un tiempo imaginario (El Paisaje, 1987), De aquellos mares, estos sueños (Rialp, Adonáis, 1993), Mares bajo noches (Bilaketa, 2000), Cuaderno para Miguel [Oteizas] (Bermingham, 2008), Un hombre ha terminado de escribir (CELYA, 2010), Principio de Pascal (Gobierno de Navarra, 2013) y Cuaderno para Pedro [Un día de estos se nos va a morir Juan Gelman] (Hiperión, 2014). Premios de poesía, entre otros: Fray Francisco de Vitoria (Puerto Rico, 1986), Ciudadela (1994), Villa de Aoiz-Bilaketa (1999, Ciudad de Pamplona (2010), Premio a la Creación Literaria del Gobierno de Navarra (2012) y Premio Jaén (2014) 
                         Manuel López Azorín

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