Salomé
Ortega: La eternidad de las rosas
Salomé Ortega, (Campo Cámara, Granada) se trasladó con su familia a Madrid siendo niña. La eternidad de las rosas, la nueva
obra de Salomé Ortega ha recibido el
Premio Internacional de Poesía “Alfonsina Storni”, 2021 (Grupo editorial
Sial-Pigmalión- Poesía, Madrid, 2021)
Cuando en el año 2010 prologué el libro de poemas de
Salomé Ortega: El frío que me vela ya
dije lo siguiente: Con sus palabras nos trae siempre
un puñado de versos, un dulce manantial, una voz poética que se ve, se
siente, y, mientras susurra en nuestros oídos, calma la sed, alivia. En su
rumor se escucha el latido de la vida, su ternura, el tiempo, la soledad, el
sonido de la naturaleza y el eco del amor.
Sigo pensando que Salomé Ortega tanto si nos
llega en forma de prosa como de poesía, como es La eternidad de las rosas,
lleva con ella una enorme carga de lirismo, de claridad, de difícil sencillez y
de gran belleza expresiva.
El libro viene acompañado de un prólogo del poeta Jorge
de Arco en el que nos dice: “Dividido en seis apartados, Salomé Ortega dirige la
emoción de su cántico hacia una belleza unitaria y, a su vez, estremecida. El dominio
de las emociones, la búsqueda incesante de la libertad, el amor por la
Naturaleza que gira en derredor de su acontecer”
Y también, de una introducción a modo de nota de la
autora en la que nos cuenta que: “Trato de reflejar en La eternidad de las
rosas el espíritu de la luz a través de la emoción que causa contemplar un
paisaje, el cambio de las estaciones del año, o la alborada ofreciéndonos un
nuevo día…breves impresiones de tantos momentos donde la maravilla de la
naturaleza se apodera del alma”
Pero Salomé
Ortega , además de todo esto nos ofrece en su poesía que es, como ella escribió:
...la sal de la ola /
que
estalla en la luz.
y da vida y se convierte en verso, como en su libro El
silencio de la luz cuando nos dice:
Comienza
el día
vestido
de poesía,
muestra
el amanecer
como
principio de un verso.
en un hermoso canto que ahora en La
eternidad de las rosas nos dice:
¡Qué
gozo abrazar la lejanía inmensa,
la
bruma invisible desecha en mis manos,
la
esencia misma del aire que respiro,
y
la libertad infinita en el vuelo de un pájaro.
Este libro es un gozoso paseo por la fugacidad de un
tiempo en busca de la libertad:
He
abierto las ventanas
de
par en par,
para
que el azul de la mañana
me
dé los buenos días
y
me vista de flor
en
el jardín de la vida.
Salomé
Ortega nos lleva con sus versos plenos de hondura al ayer
del tiempo, al ahora del tiempo y al sueño del mañana mientras contempla, no
mira, contempla desde su interior y nos habla, reflexiona, se compromete
haciendo común lo individual, nos canta lo perdurable y lo finito, su
fugacidad, y nos canta lo que mueve y da luz al mundo que es el amor y sombra al enigma del olvido cernudiano.
Salomé Ortega nos
muestra en su poesía versos desnudos, de difícil sencillez, transparentes y limpios, esenciales y con
ellos nos muestra el mundo:
La oscura humanidad
es la musa del mal.,
y sus contradicciones el tiempo y su nostalgia, la naturaleza y su belleza, y le canta a la vida con arrobado amor envuelto en la luz a la búsqueda de la armonía, sabiendo de la fugacidad de ésta:
La La
vida
una
melodía efímera
en
el concierto de la nada
Seis apartados
conforman esta belleza de libro que yo resumo con estos versos escritos tras su
lectura:
La eternidad de las rosas
Junto al ayer y el presente
vive el sueño del camino
que lleva nuestro destino
que no sabemos, va ausente.
Lo fugaz de nuestro paso
y ese desmedido afán
de poder, notoriedad…
que tiene el mundo: fracaso.
Pues no permite gozar
de la luz, la claridad,
del pájaro en libertad
de sentir amor y amar.
Contemplar desde muy dentro
milagro que da la mano
a la belleza del tiempo
Tiempo que fugaz nos muestra
la naturaleza, toda,
siempre naciendo y, de boda,
siempre es novia su belleza.
Qué difícil sencillez
y que armonía, perfecta,
hay en las rosas que gestas
soñando mundos sin hiel.
La
eternidad de las rosas
nos
traen con su color
la
vida, la luz y amor
envuelto
entre sus aromas.
“deshaciendo
el verso al uso, huyendo tanto de la medida como de lo versicular (…) busca un
nuevo cauce para su palabra y lo logra”(Antonio
Colinas )
Salomé Ortega ha publicado nueve libros de poesía y narrativa: Los siete velos, Granada abriéndose, La sabia insinuación de las cosas, déjame ser tu derrotada estrella, perdí las estrellas, la alfombra de la palmera y la media luna,
el frio que me vela, el silencio de la luz y ahora La
eternidad de las rosas.
Sus
libros han sido prologados y presentados por Luis Landero, Luís
Eduardo Aute, Antonio Colinas, José
Antonio marina, Rafael Guillén, Luís García Montero, Miguel
Delibes, Javier Lostalé, Manuel
López Azorín, Manuel
Rico, Andrés Sorel… La novela Déjame ser tu derrotada estrella,
está acompañada por un CD. Con lecturas de: Luís. Eduardo Aute,
Amancio
Prada, Lolo Rico… Premiada también en el
Certamen Internacional
—Encarna León— de la Ciudad de Melilla por su libro La alfombra de la palmera y la media luna.
Manuel López Azorín
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