sábado, 14 de mayo de 2022

Juan Calderón Matador: "Con tres heridas, yo"

 


Juan Calderón Matador: Con tres heridas, yo

 

Con tres heridas, yo, poemario de Juan Calderón Matador(Alburquerque, Badajoz, 1952), publicado por la editorial Los Libros del Mississippi, se presentó en un acto en el que intervinieron Antonio Benicio Huerga, editor, José María Herranz, autor del epílogo del libro y el autor del libro.

“Con tres heridas, yo, es un título basado en un poema de Miguel Hernández, al igual que cada una de las tres partes del poemario: La de la vida, la de la muerte, la del amor. Es un libro catártico, que surge a raíz de una depresión sufrida por Calderón y por las conversaciones que mantiene con el psiquiatra, que le llevan a descubrir fantasmas que se habían ido quedando en su interior desde la infancia, sin que el autor supiera que estaban ahí.”

El libro viene acompañado de un prólogo de Rocío Díaz Gómez en el que nos dice: “Aquí, en este poemario que vais a comenzar a leer, palpitan los recuerdos. Aquí se convive con las ausencias, se domestica la nostalgia, se aprende, y por tanto, se contempla cómo un espíritu se serena. Aquí, en este poemario, en definitiva, se ha vivido.”

Y como inicio  de estas tres heridas: las de la vida, las de la muerte, las del amor, un poema a manera de introducción: “Tristeza”

En noches como esta,

el pie del desconsuelo

me aplasta el corazón

y brota un llanto seco en mis orillas.

 Quizá sea el momento de asomarme 

a los balcones del recuerdo,

tenderme en el diván a desmigar palabras,

cauterizando

esas viejas heridas que supuran.

Y por esas viejas heridas hechas ya palabras que conforman tres tiempos bien definidos, el de la vida, la parte más extensa,  una “galería de la memoria”, dice el poeta,  donde muestra la herida y el cansancio, por si acaso mañana le roban las palabras. En ese dolor hay visitas inoportunas, dedos acusadores, paisajes de sombras, sonrisas de repuesto, y un breve balance  en la mochila del saber  que le lleva a escribir en el poema: “Ego”:Ahora que ya sé que el ego es bufanda que no me quita el frío, y asume que: cuando diciembre cierre su cancela / se quedará  aterido al otro lado /  con mi collar de versos y temores /  y mucha soledad e incertidumbre. Seguirá  siendo, nos dice,  un aprendiz / viviendo  a siglos luz / de los pozos maestros donde bebo. Poesía como terapia y humildad por donde se ha sucedido el tiempo, la vida y la herida que ha dejado en cuerpo y alma.

El tiempo de la muerte es la segunda herida, la herida de una madre que le sigue besando en la materia de los sueños y el le ofrece su homenaje, ya que no puede besarla, en cada poema. “Los guantes de mi madre”

Cuando las primaveras florecían 

bajo los guantes de mi madre,

yo viví en sus jardines

colmado de ternura,

mucho tiempo después

pasó el tsunami de la ausencia

y dejó tierra yerma en estos campos:

el mapa de mi vida.

Y llegamos a la tercera herida, la del amor, con cuatro intensos poemas el del sosiego, el destino, la culpa  y cuando el amor es otra cosa: Ya aquel amor no es nuestro, / aunque el cariño sea una lazada /que anudará por siempre nuestros pulsos.

Y en el poema “Conclusión” que cierra el libro. Lo cierra reconfortado. Ha vertido por él la vida, esa montaña rusa que nos ofrece la risa y el llanto, el dolor y la alegría, y ya todo es, consuelo y desconsuelo, un lenguaje que cierra internamente lo perdido y lo ganado, lo sentido, lo vivido, lo cierra para que no siga sangrando en la memoria y quede solo el poso de la ternura hecha palabra.

Palabra poética que rinde homenaje no solo a Miguel Hernández,  sino, como bien apunta en el epílogo José María Herranz  “por ese amor al pueblo y a la sencillez que ambos tienen hacia los perseguidos, los pobres, los desfavorecidos”  Esos a los que la vida (la sociedad y las circunstancias) les da un destino trágico, un destino que hiere en lo más profundo. Y Juan Calderón,  con este libro, trata de cauterizar  esas heridas con una poesía directa, sincera, sencilla y hermosa.


Juan Calderón Matador, (Alburquerque, Badajoz, 1952),  se ncó en Madrid en 1975. Desde los 14 años hasta su jubilación fue empleado de banca, trabajo que compaginó con su faceta teatral, televisiva, radiofónica, cantautor, pintor, galerista y director artístico. Escribe poesía, narrativa y teatro. Su primer poemario publicado fue Camino ancho, paso desolado, en 1977, y otros diez títulos más. Es poeta y narrador, Tiene obra dirigida al público infantil. Su último poemario Sillas invisibles, en 2020, fue publicado en esta misma editorial. Ha estrenado cinco textos teatrales. Ha compuesto 300 canciones, algunas grabadas en discos.

Ha sido incluido en diversas antologías poéticas y libros colectivos, como Nueva poesía castellana; Club Internacional de escritores; Versos y Voces de Prometeo; Cancionero de Prometeo; Extremadura desde la Ausencia; 50 poetas de España y América; Guitarra de 26 cuerdas (Edición en ruso y castellano); Tejedores de Palabras; Muestra del siglo XXI de la poesía en Español; Poetas de la Extremadura exterior (1900-2010); Poetas para Somalia; Poesía en diciembre; Raíces de Papel, entre otras.

Y tiene en su haber unos cuarenta premios literarios.

Pertenece a la Asociación Prometeo de Poesía, Tertulia Rascamán, Unión Nacional de Escritores de España. Es socio de Cedro y de la SGAE y un premio de poesía que lleva su nombre.

                                  Manuel López Azorín

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