Juan
Calderón Matador: Con tres heridas, yo
Con tres heridas, yo, poemario de Juan Calderón Matador(Alburquerque, Badajoz, 1952), publicado por la editorial Los Libros del Mississippi, se presentó en un acto en el que intervinieron Antonio Benicio Huerga, editor, José María Herranz, autor del epílogo del libro y el autor del libro.
“Con tres heridas, yo,
es un título basado en un poema de Miguel Hernández, al igual que cada
una de las tres partes del poemario: La de la vida, la de la muerte, la del
amor. Es un libro catártico, que surge a raíz de una depresión sufrida por
Calderón y por las conversaciones que mantiene con el psiquiatra, que le llevan
a descubrir fantasmas que se habían ido quedando en su interior desde la
infancia, sin que el autor supiera que estaban ahí.”
El libro viene acompañado de un
prólogo de Rocío Díaz Gómez en el que nos dice: “Aquí, en este poemario
que vais a comenzar a leer, palpitan los recuerdos. Aquí se convive con las
ausencias, se domestica la nostalgia, se aprende, y por tanto, se contempla
cómo un espíritu se serena. Aquí, en este poemario, en definitiva, se ha
vivido.”
Y como inicio de estas tres heridas: las de la vida, las de
la muerte, las del amor, un poema a manera de introducción: “Tristeza”
En noches como esta,
el pie del desconsuelo
me aplasta el corazón
y brota un llanto seco en mis orillas.
a los balcones del recuerdo,
tenderme en el diván a desmigar palabras,
cauterizando
esas viejas heridas que supuran.
Y por esas viejas heridas hechas ya
palabras que conforman tres tiempos bien definidos, el de la vida, la parte más
extensa, una “galería de la memoria”,
dice el poeta, donde muestra la herida y
el cansancio, por si acaso mañana le roban las palabras. En ese dolor hay
visitas inoportunas, dedos acusadores, paisajes de sombras, sonrisas de
repuesto, y un breve balance en la
mochila del saber que le lleva a escribir
en el poema: “Ego”:Ahora que ya sé que
el ego es bufanda que no me quita el frío, y asume que: cuando diciembre cierre su cancela / se
quedará aterido al otro lado / con mi collar de versos y temores / y mucha soledad e incertidumbre. Seguirá siendo, nos dice, un aprendiz / viviendo a siglos luz / de los pozos maestros donde
bebo. Poesía como terapia y humildad por donde se ha sucedido el tiempo, la
vida y la herida que ha dejado en cuerpo y alma.
El tiempo de la muerte es la segunda
herida, la herida de una madre que le sigue besando en la materia de los sueños
y el le ofrece su homenaje, ya que no puede besarla, en cada poema. “Los
guantes de mi madre”
Cuando las primaveras florecían
bajo los guantes de mi madre,
yo viví en sus jardines
colmado de ternura,
mucho tiempo después
pasó el tsunami de la ausencia
y dejó tierra yerma en estos campos:
el mapa de mi vida.
Y llegamos a la tercera herida, la
del amor, con cuatro intensos poemas el del sosiego, el destino, la culpa y cuando el amor es otra cosa: Ya aquel amor no es nuestro, / aunque el
cariño sea una lazada /que anudará por siempre nuestros pulsos.
Y en el poema “Conclusión” que
cierra el libro. Lo cierra reconfortado. Ha vertido por él la vida, esa montaña
rusa que nos ofrece la risa y el llanto, el dolor y la alegría, y ya todo es,
consuelo y desconsuelo, un lenguaje que cierra internamente lo perdido y lo
ganado, lo sentido, lo vivido, lo cierra para que no siga sangrando en la
memoria y quede solo el poso de la ternura hecha palabra.
Palabra poética que rinde homenaje
no solo a Miguel Hernández, sino,
como bien apunta en el epílogo José María Herranz “por ese amor al pueblo y a la sencillez que
ambos tienen hacia los perseguidos, los pobres, los desfavorecidos” Esos a los que la vida (la sociedad y las
circunstancias) les da un destino trágico, un destino que hiere en lo más
profundo. Y Juan Calderón, con este libro, trata de cauterizar esas heridas con una poesía directa, sincera,
sencilla y hermosa.
Juan
Calderón Matador, (Alburquerque, Badajoz, 1952), se ncó en Madrid en 1975. Desde los 14 años
hasta su jubilación fue empleado de banca, trabajo que compaginó con su faceta
teatral, televisiva, radiofónica, cantautor, pintor, galerista y director artístico.
Escribe poesía, narrativa y teatro. Su primer poemario publicado fue Camino
ancho, paso desolado, en 1977, y otros diez títulos más. Es poeta y
narrador, Tiene obra dirigida al público infantil. Su último poemario Sillas
invisibles, en 2020, fue publicado en esta misma editorial. Ha
estrenado cinco textos teatrales. Ha compuesto 300 canciones, algunas grabadas
en discos.
Ha
sido incluido en diversas antologías poéticas y libros colectivos, como Nueva
poesía castellana; Club Internacional de escritores; Versos y
Voces de Prometeo; Cancionero de Prometeo; Extremadura desde la Ausencia; 50
poetas de España y América; Guitarra de 26 cuerdas (Edición en ruso y
castellano); Tejedores de Palabras; Muestra del siglo XXI de la poesía en Español;
Poetas de la Extremadura exterior (1900-2010); Poetas para Somalia; Poesía en
diciembre; Raíces de Papel, entre otras.
Y tiene en su haber unos cuarenta
premios literarios.
Pertenece a la Asociación Prometeo
de Poesía, Tertulia Rascamán, Unión Nacional de Escritores de España. Es socio
de Cedro y de la SGAE y un premio de poesía que lleva su nombre.
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