Rafael Soler: Dos novelas de la transición: El grito y El corazón del lobo.
Las novelas El grito (1979)
y El corazón del lobo (1981), publicadas por Rafael Soler (Valencia 1947) en los
años de la Transición, se publican juntas ahora (Ediciones Contrabando,
Valencia, 2023), con un intenso y extenso prólogo de la escritora profesora e
investigadora Elvire Gómez-Vidal Bernard
en el que nos dice:
“Estas dos novelas de Rafael Soler, El
grito (1979) y El corazón del lobo (1982),
que nacen y se enmarcan en un tiempo particular, suscitan emociones y
reflexiones muy semejantes en el lector. Cautivado por las dos tramas, a la vez
sencillas (aparentemente sencillas) y profundas, experimenta un proceso de
identificación con las situaciones que viven los personajes. En los dos casos,
se trata de una ruptura amorosa que también es cuestionamiento de un orden
establecido.”
Sobre el principio de la escritura de El
grito nos ha dicho Rafael Soler
en una entrevista que le hizo el escritor, profesor e investigador Alejandro López Pomares en la que Rafael nos dice: “Recuerdo una insensata
mezcla de euforia y plenitud, sensaciones muy propias en quien ha peleado mucho
y considera que ya ha llegado a un sitio, “El grito” cerraba una
etapa de casi cinco años de tanteos, si por tales se entienden cinco novelas
que se quedaron en un cajón, cada una algo mejor que la anterior, pero todas
con sus puntos de fuga, sus párrafos mal hilvanados y diálogos que apuntaban
maneras y poco más. Hasta que cuajé en apenas un mes “El grito”, y supe,
insensato osado, que era el momento, que aquellas cien páginas funcionaban y
eran lo mejor que yo podía dar como contador de historias, bien leídos
Cortázar, Juan Rulfo, madre mía Juan Rulfo, Manuel Puig y Delibes, entre otros
maestros.”
Rafael Soler quería ser escritor con
apenas 13 años: “yo quería ser escritor, desde crío.”
Y cuando El grito ganó la Primera
Bienal de Literatura de Ámbito Literario envió un ejemplar a Miguel
Delibes y éste le respondió: Amigo
Soler, enhorabuena por su novela “El grito”, que tan amablemente me envió y he
leído con mucha atención. Siga escribiendo así, con total libertad. Fue en
el año 1980 y con las palabras y el abrazo de don Miguel Delibes en el
bolsillo, por primera vez se sintió escritor.
Con
relación a su novela El corazón del lobo nos dice: “El corazón del lobo”, también una novela
corta pero con mucho más tiempo de cochura, ganaría dos años después el premio
Cáceres, con un jurado presidido por don Ricardo Senabre. El novel ya no era
tan novel y estaba, como diría un castizo, lanzado.”
Ambas obras son novelas de la transición
porque se escribieron en esa época, época en que se desarrollas las aventuras de los personajes de ambas
novelas.
En este sentido vuelvo al prólogo de Elvire Gómez-Vidal Bernard que nos dice: “Sabemos que
“la Transición” no sólo fue un momento histórico de delicados y decisivos
cambios políticos, sino que también constituyó un tiempo de evoluciones en
cuanto a las costumbres y a los comportamientos, en cuanto al sexo, a la
familia, a la religión, evoluciones que tuvieron repercusiones tanto en la vida
cotidiana de los españoles como en la literatura y el cine, en las artes de
manera general.”
Aquellas dos novelas recibieron más
de una palmada en sus espaldas, propinadas, nos dice Soler, por compañeros como José María Merino y Eduardo
Mendicutti y: “fueron años
de ilusión y desafíos, mucha lectura y el mundo por montera. Porque así debe
ser: escribes para respirar, para conocerte y reconocerte, casi nada, y todo
ese proceso, intenso, lleno de vacilaciones, de pequeños y grandes fracasos,
culmina, si alguna vez culmina, en un texto que ya sale en busca de su lector”
Y en estas salidas de un texto en busca de
lector Rafael Soler se encontró con lectores que además eran autores de los que nos cuenta las siguientes anécdotas:
Primera: “Don Manuel Andújar, regresado
ya de su exilio mexicano, aceptó acompañarme en la presentación de “El grito”
en la Asociación de Prensa de Madrid. (…)
Antes de comenzar el acto, me comentó discretamente “Rafael, no me equivoco
si le digo que esta novela suya hay mucho alcohol”, refiriéndose claro está a
ciertas páginas del libro, y dándome así pie para replicar, ya ocupando
nuestros asientos, “ni se lo imagina, don Manuel, fue escrita en compañía de
una frasca de ginebra, que rellenaba cada noche mi esposa”. Y era verdad.”
Segunda: “A don Ricardo Senabre le gustó
mucho, mucho, “El corazón del lobo”, y por propia iniciativa y de forma muy
generosa escribió a Gustavo Domínguez, director de la Colección Novela Cátedra,
indicándole que bien podría entrar en su catálogo mi próxima novela, de la que
nada sabía, como nada sabía yo de su mediación.”
Cierto tiempo después y teniendo acabada su novela El sueño de Torba, Cátedra le pidió incorporarla su colección de Cátedra.
En definitiva Rafael Soler escribió dos novelas de
amor, con la amenaza de perderlo, que mueven a sus protagonistas
masculinos a tratar de reconquistar de
nuevo ese amor perdido. Dos novelas escritas en un periodo temporal de muchos cambios con
un lenguaje audaz y atrevido, propio también de su poesía que por aquel tiempo
era obra de un solo poemario Los sitios interiores (libro
finalista del Premio Adonais, publicado por Ediciones Rialp en 1980). Poesía a la que regresó de
nuevo en la primera década del siglo
XXI con un excelente título y una
poesía singularmente propia: Maneras
de volver. (Ediciones Vitruvio, 2009). El resto hasta ahora, creo haberlo reseñado en este blog con sus siguientes novelas y poemarios y si no todo , el lector puede encontrar bastante información sobre este escritor y poeta que siempre sorprende por su magnifico modo de escribir tanto narrativa como poesía.
Manuel López Azorín
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