viernes, 30 de septiembre de 2011

Jesús Riosalido: El cancionero de Uppsala




Este estudio del doctor Jesús Riosalido sobre El cancionero de Uppsala (escrito, y publicado por la Fundación Al -Aissiya, en español y en árabe, en Kuwait, con la ayuda – según consta al inicio de éste que va acompañado de un facsímil del Cancionero – del profesor Sabah al-Rayess, amante de la música, a quien va dedicado), nos muestra, tal y como figura en el faccsímil, canciones (villancicos) de diversos autores, para dos, tres, cuatro o cinco voces, publicadas de nuevo según la notación musical general, y que se tocan al órgano, y a otros instrumentos musicales.


Para Jesús Riosalido, el secreto literario de este Cancionero está en que es un trasunto de la cultura árabe y morisca, no sólo en cuanto al paramento exterior, sino en cuanto a buena parte de sus contenidos. Esa es la razón de este estudio sobre El cancionero de Uppsala



Según nos cuenta Jesús Riosalido, el Emperador Carlos V encuentra en 1521 a D. Fernando Duque de Calabria, preso en el castillo de Játiva. Liberado el Duque, éste apoya al Emperador y recibe en premio, junto con la mano de doña Germana de Foix, el virreinato de Valencia. Doña Germana triste, tras sus años de matrimonio con Fernando el Católico, quiere desquitarse con fiestas y saraos al lado de su nuevo esposo el Duque de Calabria. Así pues organizaron fiestas y dieron a su corte fama de alegre y culta. Allí acudieron famosos poetas y músicos para ofrecer sus versos y canciones.


Pasó el tiempo y los Duques de Calabria conservaron los textos y la música y el maestro impresor Jerónimo Scoto, en 1556. publicó en Venecia, un pequeño volumen con 54 canciones y villancicos procedentes de la Corte del Virreinato de Valencia, es decir procedente de lo que conservaron los Duques de Calabria.


El descubrimiento posterior en Uppsala (de ahí que sea llamado así este Cancionero), se debe a un diplomático español destinado en Estocolmo, Suecia, cuyo nombre era Rafael Mitjana, encontró un extraño incunable en la Universidad de Uppsala, que se había publicado en Venecia en 1556, y que contiene un ramillete de canciones, zéjeles y muwassahas utilizados en la Corte de la Reina Germana de Foix cuando ésta era esposa del virrey de Valencia. Mitjana estudió el libro y lo llamó El cancionero de Uppsala.

El volumen no tardó en hacerse famoso, y de él se ocuparon grandes personalidades españolas de la música y la literatura, quienes convinieron en que el libro debía considerarse la principal prueba del origen árabe con el que se distinguían la literatura y la música española durante los siglos del renacimiento europeo. Hay diversos estudios sobre este libro, pero se concentran más bien en el lado europeo de los zéjeles y de sus nawbas mientras que esta edición del doctor Jesús Riosalido pretende descubrir los aspectos árabes de las canciones y de su música y es por ello un instrumento imprescindible si se quiere estudiar la Historia de los árabes en España.



Según nos cuenta Jesús Riosalido, (diplomático de carrera como Mitjana, además de poeta, narrador, ensayista, dramaturgo y arabista), los amantes del volumen descubierto por Rafael Mitjana, los maridos, la noche, el mismo paisaje, no son típicos del mundo renacentista europeo (…) Hay algo en todo ello de medieval, de islámico o morisco, y también de hebreo, aunque – reitera Jesús Riosalido– tal afirmación no implica que El Cancionero de Uppsala, per se, sea un trasunto del Islam. Por otra parte Samuel Sterm, Julián Ribera, Dámaso Alonso, José Manuel Blecua, Emilio García Gómez y Leopoldo Querol, con una especial referencia al aspecto musical del Cancionero, han dejado sobradamente demostrado el origen árabe que, en cuanto a la métrica y a la composición, tiene el famoso libro.Jesús Riosalido nos habla en este estudio de las diferentes canciones para establecer el origen árabe que, en cuanto a la métrica, la composición e incluso el campo semántico utilizado, tiene El Cancionero de Upssala.


El zéjel (según nos dice el DRAE), es una composición estrófica de la métrica popular de los moros españoles, se compone de una estrofilla inicial temática, o estribillo, y de un número variable de estrofas compuestas de tres versos monorrimos seguidos de otro verso de rima constante igual a la del estribillo. En su forma más típica, consiste en un estribillo de dos versos, al que siguen otros tres monorrimos (mudanza) y un cuarto verso (vuelta) que rima con el estribillo, anunciando su repetición.

Cantado por un coro y un solista,el zéjel era una forma muy popular en al-Ándalus , se cantaba acompañado de laúd, flautas, tambor, y castañuelas o adufes (una especie de pandero introducido por los árabes en la península). Tuvo una gran repercusión en todo el mundo árabe de la época, según reseña el historiador Ibn Galib, y mucho éxito en los reinos cristianos, que pagaban altas retribuciones a los juglares moros. El más típico cancionero escrito en forma de zéjeles es el de Abû Bakr ibn Abdul-Malik ibn Quzmân, más conocido simplemente por Ben Quzman, poeta cordobés del siglo XII.



En origen el zéjel (Estrofa derivada de la muwassaha; sus respectivas formas estróficas son “fundamentalmente análogas” según Menéndez Pidal), fue un género poético de la poesía mozárabe, desarrollada en forma de canción en la Andalucía árabe, luego fue cultivado por poetas hebreos, castellanos y europeos. En al-Ándalus, estaban escritos en árabe dialectal o árabe andalusí y, a menudo, con palabras y expresiones en romance, muestra tal del bilingüismo existentede en al-Ándalus.Igualmente, muchas cantigas gallego-portuguesas y los villancicos castellanos, así como algunos rondeles franceses y otros poemas provenzales e italianos, tienen forma de zéjel o se asemejan.

Si se compara la idea central del zéjel: a-b c- c-c-b ( o como en el ejemplo que más abajo pongo: a-a-b-b-b-a-a ) con las canciones de este Cancionero se puede observar que muchas de ellas o de los son fácilmente reducibles a zéjeles, auténticos o modificados, en los que basta quitar o añadir un verso para que lo sean del todo. La idea de markaz, o estribillo, la del trístico monorrimo más o menos enmascarado, y la del simt o vuelta está presente en todas ellas, sobrepuesta a los pareados, y es suficiente una mínima variación para reconocer en ellas zéjeles con ligeras alteraciones formales.

Un claro ejemplo de lo que nos dice Jesús Riosalido lo podemos ver en la canción nº 51 como zéjel:

Si amores me han de matar
agora tienen lugar.

Agora que estoy penado,
en lugar bien empleado,
si pluguiese a mi cuidado

que me pudiese acabar.
Agora tiene lugar.



La luna, así como los ojos, son elementos básicos de la lírica árabe y en la canción XXVII vemos que dice: Ay luna que reluzes / Toda la noche m’ alumbres. Y Riosalido establece paralelismos de estos versos con poetas árabes como Ibn Suhayd, Ibn Sara e ibn Al-Mu’tazz.

Igualmente la canción XXVIII , con sus alusiones a las tres mocicas, que lavan sus camisas, recuerda inevitablemente, a las tres Morillas, zéjel recogido por Federico García Lorca, por Torner, con lo que la tradición del tema de las tres doncellas , y su paso de la cultura musulmana a la cristiana, parece suficientemente probado.
Para concluir os dejo la canción nº 25 que es un ejemplo, como dice Jesús Riosalido, de ser facilmente reducible a zéjel si se le quita algún que otro verso.



Ojos garzos ha la niña,
¿quién los enamoraría?

Son tan lindos y tan vivos
que a todos tienen cautivos,
y sólo la vista dellos
me ha robado los sentidos
.
Y los hace tan esquivos

Que roban el alegría.
¿Quién los enamoraría?

Del Cancionero de Uppsala

lunes, 26 de septiembre de 2011

Elena Galzusta: Vivíamos a la vuelta de la esquina y Yose Álvarez Mesa: Tramos de hipotenusaPremios Villa de Pasaia 2010


Elena Galzusta: Vivíamos a la vuelta de la esquina
Yose Álvarez-Mesa: Tramos de hipotenusa

Elena Galzusta y Yose Álvarez-Mesa, ganadora y segundo Premio del XV Concurso de Poesía Villa de Pasaia. 2010, Premio donde han sido jurado los escritores Jon Obeso, Ruiz de Gordoa, Jesús María Cormán y Félix Maraña que fue quien me envió este libro (alla por febrero de este año) haciéndome saber de esta colección y de este Premio organizado por el Ayuntamiento guipuzcoano y publicado por Bermingham dentro de la colección NORAY. Colección que quiere difundir el conjunto de creaciones literarias surgidas al amparo de los múltiples concursos convocados en todo el País. La mayoría de estas obras son de autores jóvenes, que precisan de un soporte digno para darse a conocer pero, sobre todo, para expresarse. Y ese es el propósito de esta andadura.

Elena Galzusta se hizo acreedora del primer Premio con el poemario Vivíamos a la vuelta de la esquina. Un poemario la de esta muchacha vasca (y supongo lo de muchacha pues no he sabido ni encontrado noticias suyas en la red y esto me hace suponer que es joven y novel en esto de la poesía), un poemario, digo, donde la naturaleza se alía al amor, al tiempo, a la ausencia, a la provisionalidad de la vida…para contarnos, en minúsculas, sin signos de puntuación y ritmos que van de lo formal a la indagación y búsqueda de otros, su manera de sentir, pensar…sirva este poema del libro titulado NO HAY
AUSENCIA MAYOR (página, 12), como ejemplo:
no hay ausencia mayor que la del mediodía /como pájaros las nubes hacia círculos al aire/ antes que la lluvia comenzó a escupir el viento / las hojas rojas de una hilera de ciruelos / nadie robaba el empedrado de la plaza / las ventanas se volvieron con desprecio / de golpe se curvó frágil el cuello / de los árboles / apreté el paso / ahora corría el agua / ahora iba yo corriendo / y hasta la soledad entonces / se derrumbó de miedo: / ya no me tuvo a mí / para bailarla.

Yose Álvarez-Mesa consiguió el segundo Premio con su poemario Tramos de hipotenusa. Nacida en Asturias, región donde vive actualmente y donde desarrolla una interesante labor cultural. Su obra abarca todos los géneros literarios, especialmente la poesía. Ha publicado hasta la fecha nueve libros y participado en diversas antologías y revistas culturales. Desde 2005 hasta hoy le han sido otorgados un centenar de premios literarios, tanto en verso como en prosa.


Yose Álvarez-Mesa nos ofrece un poemario de corte existencial donde reflexiona sobre la soledad, los sueños, la vida y especialmente sobre el tiempo: el tiempo suele aliarse contra mí / y su huella se me clava en la piel como un parásito.

Os dejo aquí el poema que abre su Tramos de Hipotenusa: La soledad estalló en mi existencia / como un torrente de humo palpitante que salpicó mis gestos/ /// se hundió en mis engranajes / hasta hacerlos salirse de ejes y volcar por los suelos su / austero contenido /// se instaló en las estancias de los días vacíos / y se sentó a verlos ahogarse en transparencia y quietud/// entonces recordé poner en hora los relojes.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Ben Clark: La mezcla confusa



Ben Clark (Ibiza, 1984), hijo de padre galés y madre inglesa, vive en Salamanca donde trabaja para diferentes instituciones culturales. Este joven poeta fue el ganador del VII Premio Nacional de Poesía Jove n Félix Grande, 2011, con el libro La mezcla confusa.

Tras recibir el Premio de la mano de Félix Grande el 21 de marzo de este año, este muchacho que durante el curso 2004-2005 residió y se formó en la Fundación Antonio Gala para Jóvenes creadores, en Córdoba, y que ha traducido los Poemas de amor de Anne Sexton y la Poesía Completa del poeta Edward Thomas, acompañado de parte del jurado: Luis Alberto de Cuenca e Ignacio Elguero (sólo falto la poeta Amalia Iglesias que también forma parte del jurado), agradeció el premio, se sorprendió gratamente de que Félix Grande y Luis Alberto de Cuenca elogiaran su libro y leyeran sendos poemas del libro ganador y, finalmente, leyó unos poemas de La mezcla confusa, un libro que suena a voz nueva, bien ritmada porque se nota que maneja las formas con soltura y lleva casi siempre el ritmo (o acento) en la sexta sílaba como hacían los grandes, los clásicos, aunque alguien, por ahí, pueda decir que “eso de llevar siempre un ritmo en sexta resulta demasiado empobrecedor.” (?)

Yo pienso que aquellos que beben de las fuentes y las conocen saben bien que ritmar en la sexta nunca es empobrecedor, lo empobrecedor es no saber manejar el ritmo y Ben Clark entre otras muchas cosas como su tono directo (lo que nos cuenta no es algo ectraordinario sino lo cotidiano),a veces su humor, su léxico sencillo,su ironía, sus temas sin dramatismo aparente; pero con un trasfondo de amargura, son muy sinceros en su poesía. (O lo aparentan, que viene a ser lo mismo), su determinado modo de escribir poesía recuerda algo a Luis Alberto de Cuenca (lean luego el poema NO LO DUDES) y algo de Roger Wolf, aunque diferente, con su voz personal. La lectura de este libro, ´que es un poemario «sobre el fracaso» como bien dice su autor que nos señala, además, que la treintena de poemas que lo forman están a medio camino «entre el poema y el microrelato». «Están bailando en la frontera que separa la poesía de la anécdota». Su lectura me ha llevado a recordar otras lecturas, de ayer y de siempre: José Hierro, Ángel González, Keats, Quevedo, Lope… y a sentir, al tiempo, una voz nueva, una voz de difícil sencillez, nada simple, repleta de profunda reflexión. Una voz que intenta, me parece a mí, acercarse al lector con una poesía de claridad, que se entienda, y si para ello emplea formas, ritmos, de la poesía de siempre, lo hace innovando con eso que los modernos en el campo del diseño de ropas han dado en llamar “costumizar” y, también incorporando un lenguaje de ahora creando poemas que abordan igualmente temáticas de hoy, de ayer y de siempre.



Hacia 2007 nos decía este muchacho, a modo de poética, que: Es fácil ser difícil. Lo complicado es ser sencillo. (…) Casi sin quererlo dejé de lado las matemáticas, la geografía y la química: me había condenando a poder desempeñar una única tarea en la vida que, además, resultó ser inacabable y de un valor más que discutible. (…) Quisiera, algún día, escribir un buen poema. Con esa esperanza (y con un lugar cómodo y tranquilo para leer) me conformo.

Pues confórmate muchacho. A mí me parece que ya lo has conseguido Ben Clark, que escribes algunos muy buenos poemas y, seguramente, también habrás encontrado un lugar cómodo y tranquilo para leer. Y sí, es facil ser dificil (o inentendible o críptico o hermético o como querais. Lo dificil es ser sencillo (porque en la sencillez está la grandeza). A los lectores de este blog, a los jóvenes y no tan jóvenes, les recomiendo leer La mezcla confusa para que, como digo yo en un poema: ¿Cómo se ha de innovar cuando se ignoran/ las fuentes que han saciado tantas páginas/ de vida amor y tiempo?

Aquí os dejo un poema de este libro (Pág,63) titulado…

NO LO DUDES
No lo dudes: a ti van estos versos.
Sabes bien que no puedo referirme
a otra persona; este poema es tuyo.

Pero por si dudaras todavía,
diré que te he querido y que no sabes
tantas cosas de mí como yo sé
que sabemos los dos de nuestros cuerpos.

Veo que todavía desconfías.
Haces bien; yo tampoco estoy seguro
de que puedas ser tú, después de todo

lunes, 19 de septiembre de 2011

Basilio Rodríguez Cañada: Suma poética (1983-2007)



Basilio Rodríguez Cañada presenta mañana su libro Suma poética (1983-2007) Pigmalión, Madrid 2011, en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés, Calle Serrano nº 52 planta 7ª, Madrid. En el acto intervendrán el director y escritor Ramón Pernas así como Luis Eduardo Aute, Marisol Esteban y José María Gago.

Basilio Rodríguez Cañada (Navalvillar de Pela, Badajoz), ha reunido toda su producción poética en un esmerado volumen y en él nos muestra una obra poética lírica, sensual, profunda, amplia y diversa, donde vemos una poesía de experiencia vital, poesía de vida, simbología de la naturaleza al tiempo que poesía amorosa, con múltiples formas y contenidos como el amor y el desamor, la ilusión y los sueños, la imaginación, la libertad – a través de la palabra y de su silencio – que van desde la métrica clásica a otras innovadoras o libres. Toda una vida poética en las casi seiscientas páginas que componen esta Suma Poética.

Fernando De Salas López, nos dijo de Suma poética en Diariocrítico.com (18 de julio de 2011): Dotado de inspiración –esa cualidad origen de la creación poética– no deja de asomarse a los misterios del alma humana: el amor, la fugacidad de la vida, la religiosidad, fecundo venero para los creadores. En toda su obra muestra la pulsión poética del yo. (…) Basilio, conocedor de la historia de la poesía, sabe que Platón en su “Apología de Sócrates”, ya descubrió que la inspiración es el origen de la creación poética. Y también que la imitación de la realidad – la mimesis – es concepto fundamental para los griegos. Dio a conocer tres modalidades La poesía lírica, egocentrista, que por medio del yo expresa los sentimientos; la poesía dramática, a cargo de personajes distintos al yo; la poesía épica, en la que el yo se mezcla con otros personajes.



Este entusiasta editor (y lo digo con conocimiento de causa ya que yo personalmente he vivido su entusiasmo y la pasión que pone en la edición, en cuidar al autor, en convencerle para publicar , etc.) de Sial Ediciones y Pigmalión, es gestor cultural, profesor de Comunicación, Edición, técnicas de Dirección y Creación Literaria; es productor (Pigmalión Edypro), articulista y presidente del PEN Club de España. Además ha publicado nueve poemarios y diversas antologías de su obra. Obtuvo el XXX Premio de Poesía González de Lama, de León por su libro País de sombras (2001) y su obra ha sido traducida a diferentes idiomas, igualmente muchos de sus poemas han sido grabados tras ponerles música.

José María Paz Gago, autor del prólogo de Suma poética, nos dice de él: Sin duda alguna, la labor de Basilio Rodríguez Cañada como brillante gestor cultural, editor esmerado, hiperactivo urdidor de mil y una empresas culturales (…) nos había hurtado una obra de creación poética amplia, (…) Basilio se olvidaba de sí mismo, de su obra callada pero ingente y palpitante, en crecimiento sostenido pero ocultada intencionadamente, para entregarse a sus escritores, fuesen noveles o consagrados, desconocidos o célebres, olvidados o recordados por obra y gracia de sus entusiastas enseñas editoriales, de sus presentaciones estelares, de sus conversaciones animosas en ese despacho de Bravo Murillo, solemne pero sencillo, testigo de una buena parte de la historia literaria de los últimos veinte años en este país.


Basilio Rodriguez Cañada es viajero incansable de múltiples lugares que plasma luego en sus poemas del mismo modo que parece viajar por el interior del hombre para ofrecernos su personal modo de ver al ser humano así como reflejar su concepción de la vida y de la muerte con poemas elegiacos e hímnicos o de invitación a la vida, a su instante que es único y, lo mismo que el agua del río heraclitiano no volveremos a beber, el, instante, si no lo vivimos-bebemos con intensidad, ya no volveremos a vivirlo igual jamás y finalmente nos dice que todo está determinado por una sucesión de causas, por la lógica.


David Felipe Arranz ha escrito en elimparcial.es un artículo sobre Suma poética del que extraigo el siguiente párrafo : Volver la vida transparente a través de la poesía, en una suerte de vértigo bienaventurado, constituye un valiente ejercicio en un momento en el que las letras enmascaran al yo. Cantar a lo hecho y asumir la propia existencia con la ayuda del verso genera nuevos e imprevistos territorios que nunca decrecen, más bien al contrario. En Suma poética (1983-2007) (Madrid, Pigmalión, 2011) se ve cumplida la vida, fase a fase, del pacense Basilio Rodríguez Cañada, fuerza viva de nuestro panorama cultural hispánico y hacedor de inolvidables encuentros, cuya voz poética explica nada menos que el origen del conocimiento por los sentidos.


Concluye esta obra poética con unos inéditos divididos en tres secciones: Cuaderno de Moscú, Lunas de neón y Cajas chinas , tres apartados donde el viaje se une a la reflexión, la luna nos ofrece la luminosa sensualidady el espejismo y las cajas chinas (ese instrumento del que los antiguos chinos se servían para marcar el ritmo de sus danzas y que Basilio Rodríguez Cañada parece aplicar al suyo, a su ritmo) son esas cajas que se encajan unas dentro de otras y que sirven como recurso en obras experimentales. Y Basilio Rodríguez Cañada, que forma parte de su obra poética, desde fuera se nos introduce dentro, contándose a sí mismo al tiempo que nos cuenta a todos,el viaje, el tiempo, la vida y el amor para concluir, desde dentro de sí mismo y con Determinismo, que:

Las casualidades no existen.
Nada ocurre por azar.
Todo cuanto acontece
está previamente diseñado.
Las más extrañas circunstancias
obedecen a las leyes
inexorables de la lógica.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Rafael Soler: Las cartas que debía


Foto: Rafael Soler fotografiado por Rafael César Montesinos


Rafael Soler (Valencia 1947) un poeta que es al tiempo ingeniero y sociólogo (profesor en la Universidad Politécnica de Madrid), me envió en junio su último libro de poema hasta la fecha, Las cartas que debía (Vitruvio 2011, Madrid)
Naturalmente cuando me lo envió fue porque no recordaba que estuve en la presentación que hizo en Madrid y que ya me había dedicado el libro, de manera que ahora tengo dos ejemplares y ambos dedicados por él.(¿La dualidad de las dedicatorias tendrán algo que ver con lo dual de este libro?) En cualquier caso es de agradecer que se acuerde (aunque no me recuerde) y me lo envíe porque Rafael Soler que siempre es atento, amable, optimista (dentro de lo que se puede), también, por lo que pinta, es un poco despistado aunque eso sí, es un buen poeta y una buena persona.

En los años ochenta tuvo una profusa producción literaria. Publicó un libro de poesía, quedando finalista del premio Adonais. Igualmente publicó varias novelas y libros de relatos que le convirtieron en un autor galardonado con los premios Ámbito Literario y Cáceres de novela, obtuvo también el accésit de los premios Emilio Hurtado y Ateneo de la Laguna para libros de relatos, y el accésit del Premio Nacional Juan Ramón Jiménez de poesía en 1981.

Rafael Soler que, como poeta, se dio a conocer en febrero de 1979 en el ciclo Poetas Nuevos, organizado por el Aula de Poesía del Ateneo de Madrid, nos trajo con Los sitios interiores (Sonata urgente), (Adonais. Ed. Rialp, 1980), un libro fundamentalmente intimista, pero sin el discurso habitual del confidencialismo que supone la confesionalidad. Libro innovador que, según dicen, provocó un cierto revuelo y, luego, también, un largo silencio por parte del autor.

Maneras de volver (Vitruvio 2009, Madrid) supuso un regreso, tras el largo silencio de años, y su poética continuó con todo un despliegue de imaginación, de soltura, de buen ritmo y nos demostró ser un poeta que juega con la ironía desdramatizando la dureza de la vida en sus poemas y que es un poeta versátil. Maneras de volver me pareció como la película de un viaje, iniciado en Los sitios interiores, por el río de la vida hacia ese mar de simbología poética e ignoto siempre.



Y ahora, en Las cartas que debía se nos dualiza o desdobla como remitente y destinatario, con unos poemas donde el autor juega a ser uno y diverso, es decir él y nosotros al tiempo. Poemas dirigidos a personajes aparentemente ficticios para contar y cantar, desde su yo al nosotros su realidad y sus sueños.

Hace tiempo escribí un unos versos que decían: yo me escribo a mi mismo para escribir a todos, pues bien Rafael Soler manda poemas-cartas primero, a sí mismo (puesto que el libro es una autentica reflexión sobre la vida y la muerte, que anda por él), segundo a un destinatario más o menos ficticio (excepción de Lucía, que yo sepa) que es el tú a quien se dirige para cantarnos con soltura, buen ritmo, con ironía lo que ve , lo que siente, lo que vive y que puedes vivir tú, lector, en mayor o menor medida y tercero, nosotros, vosotros, como podéis ser perfectamente el destinatario de su reflexivos poemas, resulta que Rafael Soler hace suyos estos versos míos (y yo me alegro mucho por ello). Eso sí, él aparenta disfrazarse aunque su intención sea esa otra de reinventarse o desdoblarse en sus poemas a través de los lectores.

Por eso esta cartas de Rafael Soler, cartas serenas, de oscuro y críptico sarcasmo, amorosas, tremendas por su silencioso grito mudo, cartas plenas de autenticidad, llenas de versos auténticos, intensos y emocionantes donde la particular cosmovisión del hombre se alía con el poeta que es y nos escribe de todo aquello que no le gusta y que le gusta, de la vida y de la muerte, del amor, de lo que se gana y de lo que se pierde, de la poesía y de lo absurdo, a veces, de un mundo humano e imperfecto.

Rafael Soler, con juegos de lenguaje imaginativo y sorpresas verbales nos acerca su manera de ver, sentir, vivir… con estas cartas de un poeta reflexivo que –como dice Salvador Moreno Valenciadescribe los subterfugios de la vida y con ella el camino hacia la muerte que al igual que la primera está tan presente en sus versos, pero es insoslayable que la una pueda existir sin la otra, y eso Rafae Solerl lo sabe, y por eso lo escenifica en sus versos.

Las cartas que debía es un libro luminoso en su ética y su estética. Es un repaso de la vida, con lo bueno y lo maleo de ella, donde este poeta nos muestra toda su capacidad creativa llena de sugerencias, guiños, realidades camufladas de surrealismo (meditado, eso sí, nada de surrealismo mecánico) de versos aparentemente irracionales, como si John Ashbery paseara junto a ellos, unidos a otros versos cotidianos llenos de sorpresas especialmente a final del poema, y sueños. Con versos carentes de signos de puntuación, polimétricos, algunos de corte formal (eneasílabos: un beso al corazón robado, decasílabos: sentado en el borde de los mapas, endecasílabos: a los años perdidos de tu vida, alejandrinos: Cruzarás el umbral apartarás las sombras , etc. y otros más libres, Rafael Soler vuelve, deshabitado o no, porque sabe que ha llegado, donde quiera que sea ya has llegado. De ese viaje que emprendió a través de sitios interiores, continuó con maneras de volver y, en esta carrera sin meta definida, llega con las cartas que nos dice que debía, o se debía, atravesando la cinta de llegada.

Y eso hay que celebrarlo, y también saber que este poeta, en su conciencia moral, tiene bien claro que hay, siempre, que hacer lo correcto, Hacer lo que debas. Y por eso hay que brindar, brindar por eso y porque la vida tenga múltiples direcciones (no sólo dos) y, sobretodo, brindar porque desde ella podemos elegir o cambiar de dirección por la vida y por la página. Esa es nuestra porción de libertad y el poeta Rafael Soler lo sabe bien y lo canta bien.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Jesús Arroyo: Contracaminante



En este primer libro publicado, Contracaminante. Editorial Sinmar. 2011(de la Editorial Vitruvio de Pablo Méndez) el poeta Jesús Arroyo reúne una cincuentena de poemas agrupados en cuatro partes, una de ellas, la más intensa y extensa, da título al libro.

Arroyo nos muestra en él lo que ha sido su vida: su amor por la tierra que le vio crecer: Asturias, sus sentimientos, sus motivos para escribir, sus experiencias, duras a veces… en definitiva su manera de ver y de sentir el mundo con una poesía cercana y sencilla, a la vez que reflexiva, una poesía, en fin, de calidez humana.


En este Contracaminante de Jesús Arroyo se descubre que el miedo va con nosotros, que está en cualquier lugar donde miremos esperándonos para atenazar nuestros sentidos. El miedo, ya lo he dicho en algún poema, siempre ha sido un molesto inquilino que habita nuestra casa y nos trastoca la vida con dudosos adverbios si nos dejemos vencer por él

Igualmente descubrimos que lleva muy dentro de sí la tierra en la cual creció y, aun habiendo nacido en Madrid, Asturias forma parte de su patria Rilkenianamente poética y vivencial. Machado nos sugirió que anduviésemos para hacer camino: Caminante no hay camino / se hace camino al andar y andando, andando, el Maestro nos mostró la palabra en el tiempo y no sólo con profunda reflexión sino con memoria (esa materia de los sueños que nos hace ser uno y diverso).
Jesús Arroyo desanda el camino hacia atrás, cotracamina, con esa materia que es la memoria, para ofrecernos su tiempo, su experiencia y su vida a través de estos versos.

Jesús Arroyo ha dicho que se siente cercano a su maestro (y maestro de tantos) el poeta Ángel González y que aprendió mucho de él. Yo no sé si Jesús Arroyo trató personalmente a Ángel González pero si sé que este grande y sabio poeta asturiano, por su manera de sentir, de pensar, de ser en esta vida, y lo sé porqué le conocí y le traté, era digno de ser maestro de aquellos que aman la claridad del verso (y el compromiso con el tiempo que nos toca vivir).

Dicen que escribe casi desde siempre, gracias a un maestro, “Don Isidro”, que en Alcobendas le inculcó el amor por la literatura, tanto que en San Fernando de Henares, donde creo reside ahora, ha presentado este su primer libro al igual que en Madrid, la tierra donde nació y, en Madrid, concretamente en el CENTRO ASTURIANO, lo hizo de la mano de un estupendo poeta, Rafael Soler, que ejerció de presentador y de amigo..

Foto: Rafael Soler fotografiado por Rafael Cesar Montesinos


Rafael Soler dijo de este libro y de su autor: Bienvenido, Jesús, a ése instante irrepetible, si es que llega, del temblor sincero de un desconocido que, entre dos paradas de metro, al terminar su martes anodino y terrible, al refugiarse quizá con tu libro en un banco solitario, tropieza con el verso que le estaba esperando desde siempre y, emocionado, se reconoce en él y se lo queda para siempre.

Los amigos que lo son, siempre dan la bienvenida a los nuevos poetas y, como buenos amigos, les indican que: Un verso, sólo uno, puede redimir a quien lo escribe,

Del mismo modo y precisamente por amistad también les advierten diciendo que en este mundo de la Poesía: Hay poetas que dedican su vida a encontrar lo que buscan, siempre con empeño, y con acierto desigual según su inspiración, su espíritu crítico y su talento. Otros, en cambio, encuentran lo que no buscan, quizá porque dedican más tiempo a escucharse por dentro, en ese espacio minúsculo y definitivo que va del corazón a la experiencia.

Finalmente la generosidad del amigo y la objetividad del poeta se expresan así: En el caso de Jesús Arroyo, madrileño de Malasaña, sabemos que nos habla un corazón grande de mirada generosa y con Asturias dentro, buen lector, amigo de sus amigos y los que vengan, emprendedor inquieto…, y poeta de una pieza,

< Foto: Jesús Arroyo(centro) entre Rafael Soler y Antonio Daganzo

Jesús Arroyo con este primer libro, nos ha ofrecido todo lo mejor de sí mismo. Este soldado de la vida que transita la poesía desde niño ha ido acaparando “galones” con el sueño de conseguir pequeñas-grandes metas para llegar a ser: Cabo, suboficial, oficial del verso y, ya sabemos Soler tiene mucha razón cuando dice (como dijo Pepe Hierro en alguna ocasión), que un verso, sólo uno, puede salvar un libro, redimir a quien lo escribe (o colocarle los galones adecuados o, sencillamente, como ya he dicho en alguna ocasión, salvar a un hombre, que es lo mismo que decir salvar un libro) Jesús arroyo, con este libro, se salva y no solo por un verso.

martes, 6 de septiembre de 2011

Luis García Montero: El Vaso noble de un otoño de compromiso y amor en Un invierno propio


Foto: Apertura del acto con Julián Creis, de pie, Román Orozco,Jesús Martín Rodríguez, alcalde de Valdepeñas, Luis García Montero y Agustin Gil.


Un homenaje: un vaso noble, un poema impreso en una tinaja, una lectura de poemas de Luis García Montero, la publicación de un cuaderno con doce poemas del autor y dibujos del pintor Juan Vida patrocinado por el Ayuntamiento, fue la razón, el sábado 3 de septiembre de 2011, de la Tertulia Literaria Desde el Empotro en la bodega de la Fundación Grupo A-7 de Valdepeñas.


Foto: Luis García Montero y Manuel López Azorín (al fondo, Matías Barchino)



Luis García Montero emocionado con un homenaje que no era otra cosa- dijo- que un acto de amistad que reunía a los amigos al tiempo que se sentía honrado y feliz por encontrar que su poema Compromiso figuraba ya junto a una lista de grandes poemas, cada cual en su tinaja, pertenecientes a poetas de prestigio que le habían precedido como José Hierro, Claudio Rodríguez, Ángel García López... y bromeó por su suerte ya que sólo quedaban cuatro tinajas, sin poema, por completar este Ciclo de vinos nobles.


Foto: Poema de Luis García Montero que se descubrió en la tinaja de la Bodega.

Allí me encontré, junto al homenajeado, entre otros, además del numeroso público,a los profesores Matías Barchino y Rafael Morales Barba, los poetas Francisco Caro, José Luis Morales, Vicente Martín, Manuela Temporelli, Serafín Picado,el que fue director del Ateneo Primero de Mayo, el inclasificable Pepe Tarduchi… y el pintor Juan Vida que es también el que realiza el diseño en la Colección Palabra de honor que dirigen Luis García Montero y Jesús García donde Luis ha publicado su último poemario.


En el otoño de la vida y con Un invierno propio de bálsamo (de amor y de amistad) y bandera (de conciencia) para mirar de frente, sin tapujos, con una actitud ética de compromiso con el tiempo que le toca vivir, en un mundo con el que no está de acuerdo en muchas cosas, haciendo uso de la crítica, personal y colectiva, encara con amor a la vida el futuro, este poeta que fue presentado por el periodista Román Orozco tras la apertura del acto a cargo del coordinador de la Tertulia Julián Creis Córdoba.


Foto: El periodista Román Orozco, Luis García Montero y la cantaora que le cantó al inicio una granaina.

Tras la presentación donde Román Orozco dijo del poeta de La otra sentimentalidad que era un hombre y un poeta, comprometido y solidario con múltiples causas. Le llegó el turno luego al poeta que nos leyó, excepto Primeros versos y Compromiso, poemas de su último libro.


Agustín Gil, uno de los fundadores de A-7 intervino para solicitar, de manera lírica la inscripción en la Fundación recién formada (antes fue Asociación Grupo A-7) para dar impulso y obtener savia nueva a esta labor que cumplía ya 25 años de fundir y difundir Poesía y vino. El alcalde de Valdepeñas inició su intervención y cerró el acto con precisión y acierto, con claridad, con elegancia, con una prosa lírica, culta, exquisita y ajustada.


Foto: Julián Creis y Luis García Montero.

Luis García Montero posó finalmente con su presentador y la cantaora que intervino con los guitarristas que le acompañaron, y después en grupo con todos los participantes en este homenaje al poeta que nació en Granada en 1958 y que según nos ha contado tiene la vista cansada y más que en el otoño ahora nos dice que anda por el invierno, eso sí, propio; pero claro el invierno además de ser una estación es también una etapa, una edad, de la vida y un estado anímico también.

Apenas ha entrado en el otoño y ya Luis García Montero nos presenta Un invierno propio (Visor, Madrid, 2011) este poeta que en los años ochenta negaba la inutilidad de la poesía (Ángel Prieto de Paula (El País Babelia, 3/3/2011) nos dice que: Un invierno propio defiende la utilidad de la poesía, enlaza autobiografía y compromiso civil, busca el equilibrio entre la razón y los sueños, se opone a la sacralidad y al hieratismo, y ofrece una estampa creativa regida por la claridad expositiva y el discurso ilustrado.)

Foto: portada del libro

Luis aboga por eso de que la poesía puede cambiar el mundo como proclamaba Gabriel Celaya cuando nos decía que él defendía la poesía en la que hubiera que mancharse de barro de modo que nos ha escrito un nuevo libro de compromiso y de amor.

En mi opinión , lejano aún del invierno de la vida, con una visión personal e intima que (al menos en esta dirección personal y no en la de compromiso, si viviera el amigo Ángel González, que ya en la senectud y con optimismo, nos ofreció un hermoso otoño de luces , le diría que él si podría haber titulado “El invierno y otras luces” y no lo hizo. Un invierno propio, en ese sentido, es –le diría – un otoño con futuro.


Foto: El poeta José Luis Morales, detrás el pintor Juan Vida y su acompañante.

Luis García Montero podrá anímicamente sentirse en invierno pero la verdad es relativa y en su invierno propio sin dogmas y sin verdades absolutas (él no es amigo de una verdad absoluta), ama y se embarra con la misma emoción porque su poesía es, ya lo he dicho, al tiempo bálsamo y bandera. Este es un libro de amor que contiene amor. Si Completamente viernes fue un libro de amor extenso e intenso, éste tiene la misma intensidad amorosa que aquel pues aunque no sea tan extenso muchos de los poemas en él contienen , al menos, un verso dirigido a la amada. Y es un libro de conciencia y también de esperanza y de sueños.

Luis García Jambrina, (ABC Cultural 19/2/2011) dijo que: Sin duda estamos ante uno de los mejores libros del autor de Habitaciones separadas. (…) Un invierno propio abre un nuevo ciclo dentro de su trayectoria vital. (…) Este libro reivindica la importancia del lenguaje (…) y finalmente: El amor es para LGM lo único que nos redime de la muerte y del paso del tiempo (…) Poesía extraordinariamente lúcida y fluida.



Foto: Rafael Morales Barba y Juan Vida

A veces los sueños nos asustan y tratamos de erradicarlos para aferrarnos a la realidad, pero la realidad también es relativa, como todo, y la poesía, me parece a mí, aunque a lo mejor es una idea ingenua, trastoca la realidad para convertirla en otra realidad poética donde los sueños juegan un papel importantes aunque convivan en habitaciones separadas.

Francisco Díaz de Castro (El Cultural, 22/4/2011) escribió: La unidad esencial de intimidad e historia se reafirma ahora con el papel que cumplen los sueños en la modesta resistencia desde la que el poeta mantiene su compromiso colectivo.


Foto: Sentados, Luis García Montero y Manuel López Azorín, de pie Francisco Caro que me ha la enviado.

Y el amor a la vida, y el amor a su amor que, hoy me entero porque me lo cuenta Luis, anda bebiendo la luz de la Florencia de Buonarrotti y del Dante. Aquí os dejo un poema y una recomendación: leed este libro, aunque creo que no es necesaria porque ya hace tiempo que lo habéis colocado como el poemario más vendido y por lo tanto más leído:

LO QUE OCURRE EN LAS NUBES OCURRE TAMBIÉN EN NUESTRA CASA

No te voy a pedir el corazón que llevas
escondido debajo de tu ropa de invierno.
Solamente esperaba, como leña reunida,
para arder en el fuego que calienta tus manos.
Quiero entender tu noche, tu sed, tus libramientos,
tu vivir en las sílabas que componen tu nombre,
tu quedarte dormida, tu me voy a la cama,
tu silencio acostado, mi silencio acostado,
las cosas que me pasan cuando sueñas conmigo.

Luis García Montero
Del libro: Un invierno propio

jueves, 1 de septiembre de 2011

Ana Vidal Egea: una joven promesa



Ana Vidal Egea (Dolores de Pacheco, Murcia, 1984) es periodista, poeta y escritora. Doctora "Cum Laude" en Filología Hispánica por la UNED, tras haber realizado la primera tesis completa sobre el teatro de Angélica Liddell en 2010. Actualmente trabaja como Gestora Cultural en el Centro Cultural de España en Miami, centro dependiente de AECID.

Fue el 22 de junio de este año cuando conocí a Ana Vidal Egea y su poesía. Ana era la invitada por la Casa de Murcia a una lectura de poemas dentro del VI Ciclo de Lecturas Poéticas que desarrolla, en La Esfera, el Ayuntamiento de Alcobendas en colaboración con las casas regionales. Ciclo que llega acompañado de una "plaquette", en esta ocasión de la autora, con una breve selección de poemas.


Aristotélico planteamiento el de su poesía en la que nos ofreció a través de la exposición: el amor como núcleo y vida de la realidad poética. Sólo nosotros podemos destruir / aquello que fuimos creando; / no conservaremos nada, / no habrá ninguna pérdida no elegida, / será un acto de amor dejarnos ir, para que la unión sea definitiva.

El nudo: formado con poemas de experiencia vital y mirada interna donde se confiesa desnudando a los lectores (en este caso oyentes) su yo más íntimo. Salvarme así. Desanudando los nervios, / estirando la espalda como se tensa un arco, / volviendo a la mente, al lugar de la bruma / de donde no se puede huir y que he de limpiar / del miedo que viene contra mi cada noche.

Y, finalmente, el desenlace: donde como en un círculo que se inicia y concluye, regresó al amor y sus antónimos. No importa dónde si vuelvo a tenerte. / No importan los nombres si me reconoces, / si me escuchas contártelo todo, / si me está esperando desde la siguiente tarde que saliste solo / a pasear por el jardín, y nadie te encontró.

Y todo con una poesía de vida con lo que conlleva de alegría y dolor, de pasión y gozo de canto elegíaco e hímnico. Poesía de duda, agónica, de miedos e interrogaciones que nada, al tiempo, en la confianza de presentes continuos veraces, gratos, amados, porque sabe bien que antes no hay nada (sólo memoria ya) y sabe que después ya no habrá nada (si acaso sueños) porque el tiempo empieza ahora y para abrazarse al instante único sin dejar de pensar, sentir, vivir, hay que recurrir al Maestro Don Antonio Machado para saber que Hoy es siempre todavía y el resto solo es memoria y sueño.

Ana Vidal Egea sabe manejar la palabra, sabe crear ritmos, musicalidades; con unos poemas carentes de rimas finales y polimétricos (en esa línea que se da en llamar verso libre aunque en muchas ocasiones sea verso blanco) pero, sobre todo, sabe comunicar emociones.

Ya se sabe, en los tiempos que corren, en el ayer se quedan los poemas de rimas ya sean asonantes, consonantes… los sonetos, las liras, los madrigales, las seguidillas, los romances… Todo esto queda ya, según parece, para los juglares o para los letristas de canciones; ahora es el verso libre (¿libre? Toda cadencia tiene su ritmo, su medida) el verso directo, sin endecasílabos clásicos que ritmen en la sexta sílaba. Ya se sabe, ahora hay muchas voces nuevas ( Siempre hay muchas voces nuevas, por jóvenes), unas beben en las fuentes y les sacan provecho construyendo o deconstruyendo, creando o recreando, otras van por libre amétricos y arrímicos tratando de ser diferentes.

Ana Vidal Egea combina ambas cosas. Conoce y bebe de las fuentes, construye,deconstruye, crea y busca nuevos ritmos, usa o no la rima si precisa el caso. Se sirve de las reiteraciones, del verso largo alternado con el breve para el llamado verso libre, con aliteraciones, sinestesias, anáforas… Una sorpresa, en fin, esta muchacha, murciana como yo, que nos mostró retazos de una poesía en ocasiones sincera,fresca y verdadera, con humildad y con firmeza.

Antes, esta joven poeta y yo habíamos mantenido una breve conversación en la que descubrimos no solo que éramos paisanos sino que un lazo de amistad con ella y de sangre conmigo nos interrelacionaba; pero fue ese día de junio, en que nos conocimos, cuando supimos que Mario Moratalla (así se hace llamar mi sobrino-nieto,aquel niño al que llamé gorrión en su infancia y que , con el tiempo, se ha convertido en un hermoso pájaro libre y salvo que vuela, y bien, por el mundo de la información-comunicación, de quien acabo de saber con alegría mientras escribo esta entrada) era el nexo entre esta joven promesa y este viejo poeta.

Ana Vidal Egea ha publicado un libro de cuentos La otra vida, 18 relatos de amor y miedo (Ed. Traspiés, 2010) y la novela Noches árticas (Ed. Baile del Sol, 2011). Ha obtenido galardones en certámenes literarios. Ha sido ganadora de La voz +joven 2009 de Obra Social Caja Madrid y del Premio Voces nuevas, 2009
Su obra ha aparecido publicada en volúmenes colectivos y colabora en diferentes revistas literarias.

Un poema de Ana Vidal Egea que me parece a mí que conecta muy bien con aquellos que salen del pueblo, de la ciudad, del pais a la búsqueda de las aspiraciones y los sueños futuros y van dejando tras de sí pedazos de vida, de todo,en su caminar. Un poema escrito desde la experiencia que no emplea el yo sino el nosotros como medio de universalización. Y lo consigue.

Nosotros, los que nos fuimos pronto de casa
primero a otra ciudad, luego a otro pais
-cada vez más grave- cambiando de lenguaje,
de clima, desaprendiendo, mutando. Los que vivimos solos
en hemisferios distintos, poniendo un océano de por medio
que hace imposible regresar a tiempo.

Nosotros, los que hemos dicho adios tantas veces,
los que hemos masticado el silencio de los aeropuertos
y nos hemos tragado la piedra de la duda;
los que tenemos miedo a volar pero volamos,
a los que nos cabe todo en una maleta,
los que hemos llegado de noche a donde nadie nos esperaba.

Nosotros, los huérfanos funcionales,
los que no recordamos las camas en las que hemos dormido,
los que tenemos que confiar en desconocidos,
los que seguimos buscando con un mapa en la mano
porque no tenemos lugar de descanso;

nosotros, apretamos los dientes, agudizamos la vista
y temblamos al recordar lo que vamos dejando.