Valentín
Martín: "Paliques en Paloma"
Paliques
en Paloma, poemario publicado por Lastura, es el
nuevo libro de Valentín Martín (Santa
Inés, Galisancho, Salamanca), el libro nos llega acompañado de un magnifico
prólogo de la profesora de Lengua Castellana y Literatura Marta
Marco Alario, prólogo en el que nos habla definiendo la poesía de
Valentín con el término griego “Logos”.
Sabiduría, belleza, amor y bondad, son cualidades –
nos dice la prologuista – todas ellas, que se derraman en los cincuenta poemas de Valentín Martín.
Este libro, este poste que se amarra, no al puerto,
sino a la vida con lenguaje de acción y sustantivado, con un casi surrealismo (no
mecánico, meditado, siempre insisto en ello porque en la poesía española, generalmente aunque haya excepciones, no se da el surrealismo francés mecanizado), con una simbología made
Valentín Martín y huecos, muchos
huecos contenidos en sus poemas para que
el lector se adentre en ellos y ahonde en lo que el poema sugiere, medio oculta, cuenta pero no cuenta y, al tiempo, dice más de lo que dice el poeta. Marta Marco Alario lo dice muy bien:
“Generosidad porque Valentín Martín ha
decidido que sea el lector el que delimite el armazón de sus textos con aquello
que más útil le sea”
“escribe un siseo/
y nacerá un arcángel / ciego de epifanías / animal de garlitos /y luego
si sigues / cacheando domingos/ nombrar los
desnudos/ vestirlos de melaza / procrear boreales / abolirte espejismo/ te
nacerá / me nacerá / nos nacerá / una jungla de lunes / donde lo más seguro /
es que sea un cuco inverso / y ya nunca me muera / hasta que tú me mates”
La presentación de este libro fue en el Café
Comercial de Madrid el lunes 15 de este mes de octubre, corrió a cargo de Carmen Fabre. Valentín Martín reunió es
este mítico y literario café, ahora remozado, por el que pasaron, entre otros
muchos, don Antonio Machado, Gabriel Celaya, José Hierro, Ángel
González y Gloria Fuertes (por citar solo algunos poetas) reunió, digo, poesía y amistad, emociones (allí se pudo ver- aunque yo no la viera-
a Marta
Marco Alario emocionada escuchando a Valentín) y pudimos escuchar unos
poemas de Paliques en la voz de María Guivernau y música puesta al
servicio de unos poemas de Paliques en Paloma que Ana Bella
López, José Luis Hinojosa, Rafa Mora y Moncho Otero (siempre
cantando a la poesía), interpretaron para
todos los que estábamos que éramos un
nutrido grupo de amigos de Valentín.
Fuimos a escucharle y le escuchamos con
atención, pero Valentín, aparentemente, nos habló poco de Paliques en Paloma, él
con su habitual y magistral modo de decir, que es el mismo que el de escribir,
parecía irse por la tangente hablándonos de Marilyn, del poema que escribió
Ernesto Cardenal tras su muerte, etc
Y es que Valentín tiene una particular
manera de contar y especialmente cuando tiene que hablar de amor. Cuando alguien
le reprocha no haber hablado de su libro, Valentín se defiende diciendo: “Mi
desamor por “Paliques” es mentira y a la vista está. Qué aluvión de besos en
las cervicales está recibiendo la criatura.
Y es que yo no dejé a “Paliques” como si fuese el Niño de las Monjas, en
la intemperie de un torno y que se busque él solito la vida. Qué va. No hay
amor más grande que el que se hace y no se dice.”
“Siempre que te dices / dan ganas de volver / desde
que te conozco / hablo solo / si me quedo quieto / tropiezo conmigo / dime qué
hago / contigo”
Poesía de la sabiduría porque el recorrido vital de Valentín Martín ha paseado la vida con sufrimiento,
con ilusión con mucho trabajo, con risas, con llantos y con amor, con mucho
amor ha ido aprehendiendo, llenando las alforjas de la materia de los sueños
(la memoria) a base de observación y experiencia, con la sabiduría de quien
recoge una buena cosecha, plena de hermosura, de belleza, plena de la bondad. Que la dedicación por amor ofrece como
recompensa, cosecha, en fin, de amor, y
la ofrece así porque la ha trabajado con amor.
“un árbol / con tu nombre en la madera / que mañana
será mesa o silla /– nunca ataúd – / o cuna de membrillo /donde inventan
lechuzas / y arriba música / de pájaras mapamundis/ haciendo de las ganas una
alcoba / contra los dientes del silencio /y abajo el musgo cerquita/ recién casada
la yerba / ya vienen la lagarta y el
lagarto / la lengua para el beso / el idioma para ahorcarse / bajo el yugo
dulcedumbre / de tu enagua”
Un libro este Paliques en paloma para seguir ahondando con reelecturas, ahora sosegadas y meditar porque este es un libro de un hombre que tiene mucho andado y visto y leído y vivido y por ello no se permite más que nombrar (nombrar es dar vida) y en lo esencial del nombre se detiene y muestra, sugiere, incita a interpretar la poesía y la vida.
Un libro este Paliques en paloma para seguir ahondando con reelecturas, ahora sosegadas y meditar porque este es un libro de un hombre que tiene mucho andado y visto y leído y vivido y por ello no se permite más que nombrar (nombrar es dar vida) y en lo esencial del nombre se detiene y muestra, sugiere, incita a interpretar la poesía y la vida.
Valentín
Martín estudió Magisterio y Humanidades en Salamanca y
Periodismo en Madrid. Ejerció la enseñanza dos años y el resto vivió de
escribir. Ha escrito 25 libros. El número 26 es un poemario llamado
Santa Inés para volver (Versos de la
memoria), que recoge la historia de sensibilidades de su pueblo.
Periodista, escritor y poeta, ha publicado en la última década libros de
relatos como La vida recobrada
o Avispas y cromosomas; el
ensayo Los motivos de Ultraversal
y los poemarios Para olvidar los olvidos,
Poemario inútil, Los desvanes favoritos, Memoria del hermano amor, Estoy robando aire al viento, Suicidios para Andrea y Mixtura de Andrea. A caballo entre los años 60 y 70, escribió
dos poemarios y dos ensayos: Veinte
poetas palestinos y El
periodismo de Azorín durante la Segunda República, inicio de un largo
trabajo dedicado a la literatura. En Lastura ha publicado en diciembre de 2017
el libro de crónicas y relatos Vermut y leche de teta y en septiembre de 2018 este poemario que
reseño aquí: Paliques en Paloma.
Manuel
López Azorín
2 comentarios:
No me hagas subir las emociones tanto, Manuel.
Qué bien describes a Valentín Martín, y a esta provocación poética que supone Paliques en paloma. Ya el título anuncia una concentración del lenguaje que se acerca a la densidad máxima. Él, que es un hombre desparramado en el decir, logra reducir para potenciar, para dotar a las palabras de multitud de nuevos significados. No hay provocación al lector sino oferta de nuevos caminos para que la transitoriedad, la ida y vuelta del poema, alcance soluciones múltiples. Si la poesía es un acto de lenguaje por sobre otras consideraciones, aquí está Valentún Martín, mi amigo y poeta, para demostrarlo. El poema no es el camino ni la forma, sino la forma del camino en la nieve. uno no hace poesía para contar algo sino porque quiere hacer poesía. Y este es el hecho que nos ocupa en Paliques en paloma.
Publicar un comentario