Hernán Valladares Álvarez: Desde el abismo
Hernán Valladares Álvarez
(Madrid, 1970), es narrador, ensayista y
poeta. Conocí a Hernán en la
presentación de un libro de Luis Martínez de Mingo (Tesla),
el año pasado, a través de Luis sé de él y él me ha traído este
libro titulado Desde el abismo, un poemario que escribió animado por Inma de
quien dice Hernán que es “esa amiga
de una raza superior a lo humano” (y yo suscribo esas palabras porque Inma
es fuerte, valiente, luchadora, resistente y optimista) Libro de poemas que
publicó Hernán Valladares en Ars
Poetica en diciembre de 2018. Con prólogo de mi amigo, siempre querido y admirado, Luis
Alberto de Cuenca.
“Llegó el azar avieso / y a la vuelta de un cruce de caminos
me hirió sin el lujo de la muerte con sus cuernos de metal”
“A Hernán Valladares, en la ciudad de Querétaro, México (11 de abril
del año 2013) un accidente de moto le provocó una lesión medular, con resultado de tetraplejia.
De este infortunio nació su libro narrativo-ensayístico El arte de estar vivo, que
anda pendiente de publicación,” y ha nacido también el presente poemario Desde
el abismo, del que dice son versos inválidos, correlato emocional o
visionario.
“Veo
atrás y me adelanto: /qué densidad de posibilidades /
tuvo
la vida, cuánto / viví con mis edades / y aún más podía haber vivido. Cuánto. /
Por eso debe ser que la amo tanto.”
En el excelente prólogo nos dice Luis Alberto de Cuenca:”Tendríamos que ampliar el campo semántico del término ´emoción´ para explicar lo que he sentido al leer este libro de Hernán, un libro que es un grito, un alarido, un baladro similar al proferido por Merlín en el texto artúrico así titulado, Un clamor que surge de la angustia de un hombre, de su indefensión ante la crueldad del destino.(…) Un desamparo que se plasma en versos tan bellos como esas “Liras a la Parca” presididas por una consoladora cita del gran Epicuro, o como “Mercedes”, o como “Permanencias”, dos de mis poemas favoritos, aunque todos me hayan conmovido y aleccionado hasta los tuétanos”
Os pongo aquí dos de esa liras, la primera escrita en rimas consonantes y asonantes y la segunda más al estilo clásico toda en consonantes:
Supongo
que es sencillo/pensar que todo cuanto nos sucede/en este tiempecillo, / mirando
atrás tan breve,/ en pilares de arena se sostiene.
(...)
Si miramos de frente, / torvo el rostro aparente de la parca, / veremos que nos miente / y es hermosa su marca / cuando toca, nos besa y nos embarca.
(...)
Si miramos de frente, / torvo el rostro aparente de la parca, / veremos que nos miente / y es hermosa su marca / cuando toca, nos besa y nos embarca.
Cerrar los ojos, volver la vista atrás,/ hacia la
tierra,/
llegar de nuevo e imaginar que la distancia ya
no existe.
Hernan Valladares es Licenciado en Filosofía y
Letras por la Universidad Autónoma de Madrid en 1997, Ya casado, se trasladó a Estados
Unidos, donde impartió durante un curso lectivo clases de Literatura y Lengua
Española como profesor visitante fue
profesor asistente universitario de Literatura Hispánica en el curso 1998-1999
en Dartmouth College, Estado de New Hampshire, EE UU.
“Qué posibilidades /tuvo la vida; cuánto viví. Cuánto/ podría en mis edades / seguir viviendo, ¡cuánto!/
Por eso debe ser que la amo tanto.”
Tras su vuelta a España reside en Salamanca, donde escribe un nuevo libro de poemas (el tercero), Las horas y los hombres. Al año siguiente se traslada con su mujer, por fin, a Asturias.
Allí
nacieron sus dos hijos y cuando parecía que había fijado su residencia definitiva
en una pequeña casa cerca de Las Caldas, a 9 km de Oviedo, determinadas
circunstancias de supervivencia, hacen
que tenga que abandonar Asturias y tras trece
años viviendo en ella, se marcha a
tierras mexicanas, es decir que su ciclo migratorio comienza con sus padres en
México, luego Madrid, más adelante E.E.U.U., después Salamanca y Asturias y de
nuevo Mexico.
“Guanajuato, Querétano, Comala, /Distrito Federal
y Cuenavaca (…) Qué sé yo, son nombres que resuenan / y les dicen a mis genes que no hay tiempo,/ que
emigré con ida y vuelta a mis ancestros.”
Pero
los ciclos solo los cierra la vida cuando esta quiere. Si con veinte años
Hernán Valladares, por culpa de un accidente de moto, se introdujo de lleno en la literatura, con 42, tras un año viviendo en la ciudad de Querétano, un nuevo y fatal accidente de motocicleta le obligo a ser ingresado en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Nueve meses de permanencia y, no una vida, pero sí un cuerpo truncado con la sensación de haber muerto para siempre...y , de nuevo, la literatura le salva. Y aquí nos encontramos con el romanticismo "bayroniano" para no morir de amargura y dolor sino de amor, aunque solo literariamente ya que Hernán continúa mentalmente vivo y vitalmente enamorado de la vida.
Hernán Valladares, por culpa de un accidente de moto, se introdujo de lleno en la literatura, con 42, tras un año viviendo en la ciudad de Querétano, un nuevo y fatal accidente de motocicleta le obligo a ser ingresado en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Nueve meses de permanencia y, no una vida, pero sí un cuerpo truncado con la sensación de haber muerto para siempre...y , de nuevo, la literatura le salva. Y aquí nos encontramos con el romanticismo "bayroniano" para no morir de amargura y dolor sino de amor, aunque solo literariamente ya que Hernán continúa mentalmente vivo y vitalmente enamorado de la vida.
“Lo más parecido a la muerte bayroniana sería arrojarse
por ese acantilado.(…) En la
precipitación hacia el vacío, el mar ofrendándonos su inmensa mano fría y
salada, nuestro último pensamiento iría dedicado a quienes más quisimos .(…) Moriríamos
de amor)”
Finalmente
un 14 de febrero de 2014 fue dado de alta y salió a la vida que tanto amaba y
tanto ama
Me ha costado abrir este libro porque ya sabía la historia terrible de Hernán por su amigo Luis Martinez de Mingo, pero una vez abierto y leído tengo que decir que Luis Alberto tiene razón, habría que inventar una palabra más intensa que ´emoción´ porque leyendo estos poemas de perfección formal, plenos de ritmo , de musicalidad, de belleza, uno encuentra una casa bien construida , perfecta y al mismo tiempo, al entrar en todos y cada uno de los poemas, nos invade la sensación de una hermosa decoración de intensidad emocional tan enorme que solo con la palabra emoción no es posible definirla. Un libro absolutamente recomendable para todos aquellos que, por un quítame allá esa enfermedad de nada, se hunden en la miseria. Hernán Valladares es un ejemplo de resistencia y de amor, de canto a la vida.
“Cantan Jobim y Joan /Gilberto ¨´Desafinado´ o ´La chica de Ipanema´/ y en lapsos donde va / por un siniestro pozo
nuestra vida,/ un optimismo raro aún nos
grita / que este grotesco ser vale la pena.
El
trabajo literario-creativo, la lectura le sirven a Hernán Valladares para
resistir, para alimentarse, la literatura es su palanca de cambio, su evasión,
su manera de salir de un cuerpo tetrapléjico. Por eso lleva siempre consigo la
ironía, el buen humor y un puñado de proyectos literarios que junto a su familia
y sus amigos le permiten, aunque preso en un cuerpo inerte, seguir vivo y con
ganas de tomar la chistera y como los magos, decir ¡abracadabra! y seguir, seguir, seguir... Es
admirable la capacidad creativa y vital de Hernán Valladares que nos confiesa
en el siguiente cuarteto que:
Mi único descargo es la palabra,/ Cerrar los ojos como haría un muerto,/ Y en esta condición de cuerpo yerto / Seguir resucitando por un abracadabra
Termina Hernán, en el poema "Descanso" diciéndonos:¡Tanta vida! /¿Dónde queda? / ¿En que brasero de recuerdos ¡tanto amor!? y la respuesta a estas dos preguntas que se hace Valladares, bien puede encontrarlas en el poema "Permanencias" cuando nos habla de sus hijos y nos dice: Buscad sólo la dicha mientras dure el milagro, (...) No se puede querer como yo os quiero. Tanto.
En ese brasero, en ese amor, queda, permanece, el deseo de seguir.
Hernán Valladares ha dado algún recital poético y presentado sus poemas en público en diferentes lugares, entre ellos en el Instituto Jovellanos de Gijón, dentro de la celebración de la 9ª edición del Salón del Libro. Algunos de sus poemas están publicados en revistas literarias.
En ese brasero, en ese amor, queda, permanece, el deseo de seguir.
Hernán Valladares ha dado algún recital poético y presentado sus poemas en público en diferentes lugares, entre ellos en el Instituto Jovellanos de Gijón, dentro de la celebración de la 9ª edición del Salón del Libro. Algunos de sus poemas están publicados en revistas literarias.
Ha escrito cinco poemarios:
El
juglar del apocalipsis. Vidrieras. Las horas y los hombres. La sombra luminosa. En honor de la verdad (editorial
Praxis, México, 2013), y este Desde el abismo. También
ha escrito varios libros narrativos, cuentos y ensayo.
Manuel López Azorín
2 comentarios:
Querido Manuel, me hace llegar tu blog nuestro común amigo Luis (este sí, rey Sol), agradezco con el corazón en un puño esta entrada tuya tan generosa. Sé que estás junto con Luis ayudándome a preparar esa presentación del 9 de mayo. Así que, más gracias todavía.
Nos veremos en estos días sin ningún tipo de duda, antes de esa fecha.
Fortísimo y fraternal abrazo nada inválido. Tuyo
H
Querido Manuel, Azorín, poeta y activista de las musas, me hace llegar tu blog nuestro común amigo Luis (este sí, rey Sol), agradezco con el corazón en un puño esta entrada tuya tan generosa. Sé que estás junto con Luis ayudándome a preparar esa presentación del 9 de mayo. Así que, más gracias todavía.
Nos veremos en estos días sin ningún tipo de duda, antes de esa fecha.
Fortísimo y fraternal abrazo nada inválido. Tuyo
H
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