Francisco Jiménez Carretero: Aún se forjan navajas...
Francisco Jiménez
Carretero (Barrax1948 Albacete.)
ganador del Premio ALCAP Internacional de 2016 por su libro Las
horas sin dueño (2017). Con el libro Y no te vi, Señor, y
estabas (2018) (ambos reseñados en este blog), fue finalista del XXXVI Premio Mundial Fernando Rielo de
poesía mística. Ambos reseñados en este blog. Este libro ha sido presentado a primeros de marzo en Albacete.
Ahora , en una edición publicada por el Museo Municipal de la
Cuchillería y la Diputación de Albacete y ya en su tercera edición nos ofrece este curioso
libro titulado Aún se forjan navajas… A los poemas le acompañan ilustraciones de diferentes dibujantes y/o pintores.
Jiménez Carretero (centro) con el Alcalde Vicente casañ y Amos Nuñez |
Comenzaré por incluir aquí una de las décimas que,
al leerla, me ha traído el recuerdo de una navaja propiedad de mi padre, sí,
una navaja de anilla, al menos por la ilustración que acompaña a la décima, es
muy parecida a la que mi padre tenía. Una navaja que él, con sumo cuidado,
conservaba del tiempo en el que, según
me contaron, se desplazaba hasta la tierra manchega para trabajar en el campo y
servirse de ella en los almuerzos.
NAVAJA
DE ANILLA
Dicen los que la templaron
en
las fraguas del olvido
que
de su acero bruñido
dos
latidos se escaparon.
Y
en su latir dibujaron
aromas
de seguidilla.
Manchega
de orilla a orilla,
siempre
dispuesta en la casa.
Cuando
no trabaja pasa
a
descansar en su anilla.
Yo nunca la vi colgada,
al menos yo no lo recuerdo, mi padre la llevaba consigo no solo cuando pasaba
tiempo faenando fuera del pueblo, sino estando en casa. La navaja parece ser que era un utensilio imprescindible
para las gentes que trabajaban en el campo.
El poeta Francisco Jiménez Carretero (gracias
por enviarme este libro que me ha traído tantos recuerdos), ha escrito este
libro y a buen seguro esta tercera
edición se agotará de nuevo porque la
navaja es , o al menos era, un elemento indispensable y no solo en las tierras manchegas sin en la
mayor parte de las tierras españolas.
Si ya se han vendido dos
ediciones de este Aún se forjan navajas… es porque o bien siguen usándose y los
que han sabido de este poemario se han interesado en adquiridlo para saber qué
dice el poeta de ellas o bien, aunque ya no se usen tanto, la nostalgia de
otros tiempos ha hecho que se interesen por, como me ha sucedido a mí, saber de
este instrumento de necesidad, que lo fue, para los hombre del campo.
Los poemas que componen
este libro, en su mayoría obedecen a la poesía de corte formal o clásica ya en
verso mayor como los sonetos (ejecutados con perfección) o bien el llamado verso menor que es el verso
tradicional y/o popular como es la décima y el romance que son las estrofas,
junto al soneto, que predominan al lado de algunos poemas en verso blanco o a manera
de silva.
Miguel Zamora, Amos nuñez, Jimenez Carretero y Vicente casañ |
Francisco Jiménez Carretero se desenvuelve con acierto con estas estrofas y
las escribe desde la humildad del verso claro y juglaresco dirigido a las
buenas gentes de los pueblos y ciudades (durante
la Edad Media fueron muy populares los juglares que iban cantando por las
plazas y que llegaron a constituir la verdadera memoria colectiva de los
pueblos en una época en que la mayoría de las gentes era iletrada)
Francisco Jiménez Carretero, buen conocedor de la métrica tanto clásica
como tradicional no ha querido meterse en arquitecturas verbales complicadas y
ha ido directamente a despertar el interés general y lo ha hecho con destreza, con claridad y,
sobre todo, buscando en la emoción que ha puesto en sus poemas, la de los lectores junto a su , posiblemente,
nostalgia y añoranza de un tiempo sucedido. Tiempo del que, si no fue mejor ,
al menos se guarda afecto, cariño, no
solo por el objeto navaja sino por los recuerdos que trae el uso de ella en
tiempos pasados.
Hay libros de poesía que
resultan ser libros de culto para una inmensa minoría y hay otros que son abrazados por una mayoría más popular por su claridad y
sencillez, por su tratamiento directo con y para las gentes del pueblo. Este es uno de estos libros que canta y
cuenta emociones de muchos, sentimientos colectivos que los juglares, de
existir aún, cantando por las plazas de los pueblos, transmitirían las décimas,
los romances, las seguidillas etc. y etc. de manera oral, de existir ahora
digo, lo propagarían por toda la tierra manchega y más, para dar a conocer este
objeto que llamamos navaja. Y cómo es una navaja, el poeta nos lo dice con esta
otra décima:
ASÍ ES UNA NAVAJA
Hoja bruñida, de acero,
Cachas de ciervo o de nácar,
Talón, rebajo, “carraca”,
Corazón del cuchillero.
Pestaña, vitola, esmero
y filo de luna llena.
Noches de yunque que suena
a ritmo de martinete.
Templa tu acero Albacete
Para escapar de la pena.
Recordemos que la poesía
nació en principio para ser cantada, para transmitirla de manera oral (ya que
la escritura impresa tardó en llegarnos pues no lo hizo hasta el renacimiento
en el S. XV.) Todo el tiempo anterior, desde el principio de la poesía , esta
se cantó
Al no darse el caso
ahora (lo de la transmisión oral) lo mejor es comprarlo, leerlo y disfrutarlo
conociendo así todo lo bueno sobre la navaja que nos cuenta Francisco Jiménez Carretero.
Manuel López Azorín
1 comentario:
Bien Manolo, dejas claro que es un libro al lado del pueblo, que Paco Jiménez Carretero es un poeta al lado del pueblo. Y el libro es una conjunción perfecta de ambos. Buen relato.
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