miércoles, 30 de noviembre de 2011

Corrado Calabró: Un cuchillo en la miel. Poesía completa 1960-2010


Foto: Portada del libro donde se ve al autor.

El poeta italiano Corrado Calabró, llenó, en la tarde del sábado 4 de junio de 2011, en la Feria del Libro de Madrid, el Pabellón Carmen Martín Gaite. La lluvia de aquella tarde le fue propicia ya que este poeta italiano, no demasiado conocido aquí, tuvo, gracias a ella, afluencia de público, un público que terminó aplaudiendo con ganas al poeta recién descubierto. Allí presentó, en edición bilingüe, Un cuchillo en la miel. Poesía completa 1960-2010, en edición de Emilio Coco, publicada por Sial. Estuvo acompañado por José Ramón Trujillo, poeta, profesor en la Universidad Autónoma de Madrid y coeditor, junto a Basilio Rodríguez Cañada, del sello editorial Sial. El poeta Luis Alberto de Cuenca presentó la obra poética de Corrado Calabró, poeta que –en palabras de Emilio Coco– se mueve con total libertad trabajando la palabra en soledad, con rigor y constancia y, siempre, alejado de estéticas o corrientes de moda triunfantes, alejado del ruido de las camarillas. Fiel tan sólo a sí mismo y a su poesía.


Unas horas antes, durante la mañana, coincidimos Corrado Calabró y yo en la caseta de Sial Ediciones. Ambos estábamos convocados para llevar a cabo, un año más, ese ritual de firmar libros a los lectores que quieren acercarse para tal fin. Vino acompañado de su mujer, él se quedó en la caseta, donde nos presentaron y pasamos la mañana, entre firma y firma, charlando sobre poesía, del amor y del mar. Este poeta, que vive en Roma desde hace muchos años , me dijo: la siento como mi ciudad pero echo en falta la vista del mar, me falta ver el mar desde la ventana de Roma. En el poema titulado Bypas, encontré luego, esta sensación de la que me habló el poeta italiano:

También esta mañana, abriendo la ventana,
aquella privación indefinida.
Sólo un instante después me doy cuenta,
al refregarme los ojos, de lo que falta:
sí, Roma es hermosa pero le falta el mar
.


Y es que el mar para Corrado Calabró es mucho más. Es el tiempo, el alivio del sentimiento, el amor. Habla con él, se confiesa con él, y a la manera de nuestro Jorge Manrique sabe y desea unir su final al mar: Sería hermoso dormirse en el mar.

Corrado Calabró nació en Reggio Calabria, en 1935, a orillas del mar. Ingresó muy joven en la magistratura del Consejo de Estado del que fue designado presidente adjunto. Desde 2005 es presidente de la Autoridad para las Garantías en las Comunicaciones. Corrado Calabró desde 1960 ha llevado a cabo una intensa actividad literaria. Por su obra literaria, Mechnikov Universidad de Odessa en 1997 y la Universidad de Vest din Timisoara en 2000, le nombraron doctor honoris causa.

El autor de esta edición, Emilio Coco (Nacido en San Marco in Lamis, Italia en 1940, ha desarrollado una intensísima actividad como crítico, antólogo y traductor de poesía italiana al español y de la española a su idioma, además de escribir, también, su propia poesía que, en España, ha sido traducida , entre otros, por los poetas Rosa Lentini: Piano bar, 2001 y Carlos Clementson: La memoria del vuelo, 2002. Por toda su dedicación y trabajo a las letras españolas, se le ha concedido La Cruz de Alfonso X El Sabio.


De Corrado Calabró nos dice Emilio Coco en el prólogo de esta Poesía completa: Tras una acogida de sus primeros libros muy favorable por parte de la crítica, la poesía de Corrado Calabró sufrió un largo periodo de silencio, debido a la glaciación de la cultura y de la poesía durante los años 60 por culpa de la infausta política autopromocional de los neovanguardistas.

El libro viene acompañado de un CD con poemas en las voces de Alicia Mariño, Luis Alberto de Cuenca y Corrado calabró

Poco antes de las dos de la tarde, Corrado Calabró dio por terminada su sesión de firmas y, junto a su esposa, que regresó para marcharse juntos, se despidió de mi hasta la tarde y desapareció entre el deambular del numeroso público que paseaba por la Feria.


Este hombre educado, sencillo y amable es, en Italia, sumamente conocido y de algunos de sus libros se han hecho varias ediciones. En 2002, por ejemplo Mondadori publicó con el título de Una vita per il suo verso una gran muestra de su poesía que tuvo varias ediciones y en 2009, también publicado por Mondadori, La stella promessa. Igualmente hay numerosas traducciones de su poesía a diferentes idiomas y de sus poemas se han grabado discos con las voces de importantes intérpretes italianos, entre otros, Giancarlo Giannini que grabo un CD con 19 poemas, que acompañaba al libro editado por Newton & Compton, Roma, 2004, titulado T´amo di due amori, una antología de temática amorosa.



IL TEMPO SI RAGGRUMA

Sei qui:
Non si dibatte più, mosca impazzita,
nerlla rete delle ore la tua assenza.
Sei qui:
non pialla più il cervello
la tua attesa.


Sei qui:
il tempo si raggruma
lo spazio prende corpo
in questo evento.

EL TIEMPO SE AGRUMA

Estás aquí:
ya no se debate, mosca enloquecida,
en la red de las horas tu ausencia.
Está aquí:
ya no alisa el cerebro
tu espera

Estás aquí:
el tiempo se agruma,
el espacio toma cuerpo
en este acontecimiento.

Corrado Calabró muestra predilección por una poesía de corte formal y emplea con asiduidad el heptasílabo y el endecasílabo como base de sus poemas. Para él, y para mí también, pues coincidimos en nuestra conversación de aquella mañana de Feria, la métrica es importantísima para la poesía, tanto –me decía – como el latir del cuore para respirar. La regularidad del metro ofrece musicalidad. Y es cierto, en un poema, de corte clásico o tradicional, o polimétrico nos deja en él un ritmo, la cadencia, una música… que hace que el poema (aun sin rima, pues no es necesaria en muchas ocasiones) se quede en nuestra memoria.
Termina Emilio Coco su introducción a esta poesía completa de Corrado Calabró diciéndonos, precisamente, que: Su poesía quedará en la memoria de sus lectores cuando se hayan borrado para siempre las efímeras fortunas de otros poetas.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Pilar Aroca: En este corazón





Pilar Aroca (Madrid, 6 de mayo de 1937) cursó estudios de Bellas Artes en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y de Filología Hispánica en la UNED. Pertenece a la Asociación de Corresponsales de Prensa Iberoamericana y es miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles; y miembro de número de la Academia de la Hispanidad.

A primeros de julio de este año nos vimos Pilar Aroca y yo en casa de una amiga común, Carmina Casala, allí me llevó su último libro: En este corazón, publicado por Huerga &Fierro editores, Madrid, 2010. Es decir por dos buenos amigos, el matrimonio formado por mi paisano Antonio Huerga y Sagrario Fierro.

Después de casi diecisiete años sin publicar, me encuentro con En este corazón, un nuevo libro de Pilar Aroca con una portada, así como los dibujos del interior, todos de mujeres, del pintor Manuel Mingorance.

Antes que este corazón (que adopta la figura mágica de la guitarra para dejarnos, en el preludio, con un clarificador título: En este corazón están el amor, el odio y el olvido y un subtítulo entre paréntesis (Guitarra), donde nos dice:


En este corazón, vibrante caja,
han guardado los hados su memoria
de notas desgarradas y dolientes:
Tañidos arrancados de la tierra.
Y es, como una mujer enamorada,
símbolo de pasiones y placeres.
Es el amor, el odio y el olvido
Recordado en la noche cadenciosa,



Pilar ha publicado cuatro libros de poemas: Al compás de una vida (1981), Elegía (1985), un hermoso y emocionante libro del que dijo Carlos María Maíner: Sin duda una elegía es lo único que no se desearía escribir. La paradoja reside en que la tradición elegíaca ha originado los mejores poemas de nuestra literatura. El hondo sentimiento, antes de desbordar al verdadero poeta, lo habilita para la creación. Y el resultado será, cuando menos, sincero. Ventanas a lo oscuro (1987). De este libro escribió Carmen Conde: bello libro que continúa y forma bloque con su conmovedora Elegía. y Tierra Erguida (1993), que obtuvo el Premio de Poesía Ciudad de Benicarló. Más tarde, ya en 2008, publicó Trilogía, libro donde reunió los últimos tres poemarios, de los cuatro que había publicado. La autora decidió no unir a estos tres libros su primer poemario.




Decía antes que la pintura de portada y los dibujos de Manuel Mingorance son todos de mujeres y no podía ser de otro modo si se ilustra un libro donde cada poema es de una mujer y para una mujer. Es decir Pilar Aroca autora crea y recrea a mujeres reales o de ficción a través de estos versos. Así nos encontramos en las cuatro partes de que consta el libro con poemas que nos hablan de Eva, en su creación: Y mientras reposabas / en tu profundo sueño. / El me pensó. Y en ese instante mismo / me regaló la luz para que amase.

Un canto a Godiva de Chester que: galopa sin cesar, alba de seda. La esposa de Juan Ramón, Zenobia donde la autora le pregunta: Con qué redes y cárceles de seda. / Con qué velo de araña, / sabiamente cubriste, / la noche del poeta.

Y nos habla de la ficticia (y casi real) Ofelia, de la Gioconda desnuda de Leonardo Da Vinci, de Juana I de Castilla (llamada Juna la loca) , de Teresa de Jesús, se recrea en un cuadro de Agustina de Aragón de Goya, o nos recrea, tres décimas sobre la doliente Dorotea mientras busca al veleidoso Fernando. Supongo que se trata de “la bella y doliente Dorotea, engañada por don Fernando. Amigo del Roto que le quitara a su amada Luscinda (intrincada novela de amores, con final feliz, que se intercala entre la historia de las andanzas de Don Quijote), y que es, Dorotea, quien consigue la vuelta a casa del hidalgo caballero”.

Jorge de Arco autor del liminar de este poemario nos dice de su autora: En este corazón, sugerente y confortador, se halla la voz de una poetisa que ha sabido renovar los cálidos acentos de su cántico.


Pilar Aroca, en 1987, obtuvo el Premio Alcaraván y, en 1992, el Ciudad de Benicarló, ya citado anteriormente. Poemas suyos han sido musicalizados, así como recogidos en diversas antologías. Escribe también relato breve y, en este género tiene en su haber dos Huchas de Plata (1986 y 1988). Es colaboradora asidua de periódicos y revistas de Arte y Literatura y ha sido traducida al italiano, al inglés y al hebreo.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Carlos Martín: Memoria de la ceniza




Carlos Martín ha visto publicado Memoria de la ceniza (Huerga y Fierro editores, Madrid 2010).. Más de un centenar de poemas , breves, con la fugacidad del relámpago, entre la reflexión sobre el ser humano, la filosofía proveniente de Buda, la ascética de Fray Luis de León a veces, y a veces la del místico fraile San Juan de da la Cruz. El libro consta de cuatro apartados: Perturbados es el primero. En él sobre la condición humana y trata de buscarse, de saberse y se retroalimenta, dice para sí: El asunto es que queremos / seguir diciendo para los otros. / Mientras perdure este estado de cosas/ la barbarie está servida. El sujeto poético mira su mundo interior, se sincera consigo y dice: Te abres a la noche perforando el silencio,/ sólo tú, honda presencia, / en un callejón sin estrellas.

Carlos Martín es técnico de Cultura en el Ayuntamiento de Alcobendas (Madrid) y en él, coordina las actividades culturales que se realizan en este municipio. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Complutense este madrileño, nacido en 1956, vive centrado en el mundo de la literatura y el pensamiento, su verdadera vocación es la poesía, género que cultiva desde hace años como una forma radical y necesaria de comunicar (y de conocimiento). En 2009 publicó el libro de poemas El sueño de Lázaro (Poesía eres tú)

En este segundo poemario se nos muestra el autor, si cabe, aún más conciso, más a la búsqueda de lo esencial. Memoria de la ceniza, que da título al volumen, es el segundo apartado donde, entre la vida y el tiempo, la luz y la sombra, busca en la palabra, el verdadero fin de vivir y su pasión: El anhelo siempre. / Bebes de su raíz mas todo concluye pronto. / Del júbilo de hoy solo permanecerá / grávida memoria de la ceniza.

En su primer libro, decía yo que: La poesía de Carlos Martín es, principalmente de concepto y con toques de filosofía orientalista, de filosofía Zen, El sueño de Lázaro era el libro de un poeta experimentado, maduro, que traía a la luz de la poesía a un autor que llevaba años escribiendo, aprendiendo, indagando, construyendo, como tantos por otra parte, un mundo en el cual poder expresar las emociones, en el que intentar plasmar la vida, la que vive y la que sueña,

Los pájaros del monasterio conforma la tercera parte de este segundo libro en el que como sujeto lírico, Carlos Martín, ascético ya, vive y sueña: Oscurecido por el signo de los hombres / fecundo otros sueño, me alejo a buen paso. Y en esta quietud de monasterio, de retiro del mundo, donde sólo se escucha, el aleteo del pájaro en la torre, celebra la vida en Silencio de piedra. Y viaja hasta lo más dentro de sí mismo para decirse y decirnos: Más silencio / y más vacío / que me traspase. Y tras pasar vigilias, laudes, víspera… llegar a Completas y Abismándome / siento crecer la noche.

Y el último apartado: Cenestesia. Un cuerpo, independiente de los sentidos, donde las sensaciones crecen sin localización nos dice: Se amontona el dolor de la memoria / No es mejor el olvido, horizonte que ceba la niebla. ¿Es el dolor del cuerpo,de la mente?: La respiración entrecortada, frágil / Vigilia, sueño y otra vez vigilia./ ¡Duele tanto el largo minuto de la noche. Su poesía se despoja de todo lo innecesario y nos la muestra con la austeridad y concreción del eremita, con exactitud, con la desnudez esencial precisa.




Carlos Martín es un poeta que, colmado de soledad, vuelve sobre (sus) pasos y cena con los otros al atardecer / para que la digestión les haga idénticos . Un poeta que titula sus poemas (al anterior le llama La dulzura del rebaño), al final de éstos y no al principio como es habitual tal vez porque no quiere…adjetivos que distraigan / lo que de veras esconde la poesía: / amor a la verdad que a todos nos concierne.

Un poeta que sueña La vida infinita en este mundo donde nada se detiene/ nada se detiene / nada. Y todo es ceniza, “Ceniza de este sueño que es el hombre”, como digo yo. Pero aun sabiéndolo, ese sueño que es el hombre Carlos Martín, contemplativo, nos dice: El cielo es bendita soledad. / Arde la rama del cerezo. / Todo misteriosamente me alimenta. Como esperando una llamada. Como si, en un rapto de fervor no religioso, clamase la unitiva mística. O tal vez sólo el sueño de soñar, ceniza al fin, que nada se detiene, / nada se detiene, / nada.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ricardo Hernández: Poetas de la Extremadura exterior (1900-2010)




Ricardo Hernández Megías (Santa Marta de los Barros, Badajoz 1948) es el autor de esta edición de Poetas en la Extremadura exterior(1900-2010), publicada por Sial / Contrapunto en la que nos da cuenta de los poetas extremeños que, fuera de Extremadura, han llevado a cabo su labor creativa. Una muestra de esa gran labor lírica nos la muestra en este libro que titula Poetas de la Extremadura exterior(1900-2010) y que abarca casi un siglo de creadores extremeños.

Ricardo Hernández Megías es uno de los muchos jóvenes que tuvieron que salir de Extremadura en la década de los sesenta por motivos de estudios, primeramente a Sevilla y más tarde a Madrid, donde reside desde finales de los sesenta. Muy ligado a Extremadura en los círculos de Madrid a través de las casas regionales, es actualmente Presidente de la Federación de Asociaciones Extremeñas en la Comunidad de Madrid.

Antes que este libro, en 2004, dio a la imprenta un importante trabajo titulado Escritores extremeños en los cementerios de España que consta de tres tomos aunque el tercero está pendiente de publicación. Buen conocedor de la vida y la obra del poeta pacense Luis Álvarez Lencero, publicó su libro inédito El corazón al hombro (Beturia, 2009) con una amplia introducción y notas y tiene ya acabado, pendiente de publicación, un estudio biobibliográfico del mismo autor con el título de: Luis Álvarez Lencero…desde la memoria.

Como se puede ver su preocupación por Extremadura y sus gentes los que la habitan físicamente y los que la viven en el recuerdo le lleva e escribir sobre ellas y, en esta ocasión, a recoger una extensa muestra de poetas extremeños (Poetas de los que de cada uno de ello, escribe Ricardo una semblanza de su vida y su obra destacando de cada uno lo que considera más relevante) que por una u otra razón viven fuera de esa tierra que, por otra parte, siempre tienen presente. Ricardo y yo coincidimos en la última Feria del Libro de Madrid, allí me regaló este libro y yo le correspondí con el mío: Sólo la luz alumbra.

Basilio Rodríguez Cañada, extremeño también, poeta recogido por Ricardo Hernández en este libro, editor de Sial, presidente del Pen club de España, gestor Cultural y profesor de comunicación, apunta, en la contraportada, lo siguiente en relación con esta antología: Poetas de la Extremadura exterior (1900-2010) supone una aportación imprescindible para poder entender la poesía extremeña de los últimos cien años. Además esta selección de 28 poetas , nacidos entre 1903 y 1965, la mayoría de ellos vivos ( sólo seis de los antologados han fallecido), que han editado buena parte de su obra fuera de Extremadura, será una obra de referencia obligada para poder entender las consecuencias para la cultura y la literatura extremeñas de las continuas oleadas migratorias que dejaron nuestros pueblos y ciudades el pasado siglo XX.




Muchos de los poetas reseñados –nos dice Ricardo Hernández Megías en la introducción– son lo suficientemente conocidos y leídos, tanto dentro como fuera de nuestra Comunidad Autónoma, como para que aquí en estas páginas sean solamente una referencia de unos hombres y mujeres que aunque han ejercido o ejercen su trabajo en otras latitudes, siguen muy ligados, a través de sus obras, a su tierra de origen. Otros, principalmente por su juventud, son menos conocidos dentro de Extremadura, por lo que nuestra pretensión con esta, a modo de antología o Guía de poetas extremeños del exterior, es complementar los trabajos que desde el interior se han venido publicando.

Desde hace años, conozco personalmente y leo a los poetas Félix Grande, Pureza Canelo, Basilio Rodríguez Cañada, Juan Carlos Rodríguez Búrdalo, Pablo Guerrero y Laura Olalla. A Juana Vázquez la he conocido y leído hace poco y sé, sólo a través de sus versos, de José María Valverde Pacheco, José Antonio Ramírez Lozano, José Miguel Santiago Castelo, José Antonio Gabriel y Galán y Juan Calderón Matador es decir la mitad de los aquí antologados.

Esta antología me ha permitido releer a estos poetas, algunos de ellos buenos amigos también, al tiempo que conocer la poesía de los demás poetas que aquí recoge Ricardo Hernández Megías. Obra que permitirá también a los lectores tener a mano en un solo volumen una parte importante de la poesía española escrita por extremeños que residen fuera de Extremadura.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Lola Vicente: Y yo también




Lola Vicente me regaló su nuevo poemario el pasado abril, un libro con el título de Y yo también (Cilea Ediciones, poesía). En principio iba a titularse Manuela (que es la protagonista o el sujeto poético de este libro) pero, finalmente, tras una sugerencia de Miguel Ángel García Gil, un arquitecto amigo de Lola e ilustrador de Y yo también, lo tituló de este modo porque: lo que le sucede a la protagonista cada vez que experimenta un deseo, una aspiración o un sentimiento, me digo: y yo también – le dijo – es algo que, a veces, nos sucede a todos.

Lola Vicente, natural de Yecla, Murcia, reside en Carbonero el Mayor (Segovia) desde hace ya muchos años. Desde su soledad, combate la tarea diaria de vivir, al margen de su trabajo de funcionaria, con el perenne recuerdo de su Yecla natal,, de su padre que reposa allí y fue poeta, de su marido, fallecido ya y de su hijo Manuel que se marchó para siempre, en plena juventud, en un accidente de coche. Desde Manuel fue un libro que dedico a su hijo para atraparlo, con poemas, en el tiempo. La combate con esos recuerdos y abandonándose, a modo de catarsis, a la poesía como bálsamo de salvación.


El profesor y poeta José López Rueda, autor del prólogo, y buen amigo de Lola Vicente, nos dice: Y yo también es un pequeño relato en verso con un mínimo argumento que permite a su autora disminuir su angustia plasmándola en palabras. La tensión espiritual que supone su lucha por vencer la soledad y el desamparo se resuelve en un texto intensamente lírico bordado sobre un discurso narrativo que lo sustenta.(…) ¡Cuanta Lola hay en Manuela! Y este hecho es el que genera la emoción, la hondura, la autenticidad de la obra.




De manera que Manuela-Lola transita por este poemario y va calle abajo/ relega las intrigas, / sólo el amor escucha y va como muda y sola porque Lleva encima silencio, tan callado. Tan pesada carga que La mirada impelida en el vacío, / galopa, sometida a la nostalgia, y a veces suspira Trata de figurarse que nadie lo sospecha y avanza comportándose como cualquier otra persona aunque por dentro aspire bocanadas / de realidad o de melancolía, frente al dolor de saber que se le ha marchado tanto… Los hijos se marcharon, / quebrantando las reglas.


Después de tantas pérdidas Recorre los pinares, ronda el campo / y pasea por las calles del pueblo. Va envuelta en un vacío que le acecha, una tormenta, un temporal de indefensiones; pero Manuela-Lola está viva, y piensa y siente Va llena de energía / cubierta de rubores / y por su sangre corre /la iniciativa para la aventura. La aventura de vivir y la de escribir.

La savia de la vida alimenta su carne y con ella, sobrepasa la niebla, va enfrentándose al día y a la página en blanco que cubre con palabras de amor y de nostalgia, de amor y de esperanza, de amor y de energía y Así, de esta manera, / pudiera la alborada compensar / páramos desabridos.

En fin, un libro intenso en el que Lola Vicente adopta, para recrearla vida, el pensamiento, las emociones, los deseos y ahuyentar el frío de las pérdidas y de la soledad, la aventura de transmutarse en Manuela y unas veces, soltando el dique de ese río de los ojos por donde aflora nuestra pena y otras cicatrizando heridas o sometiéndose a deseos y rebelándose de ellos, luchando, en definitiva, contra la soledad y el tiempo, nos regala un poemario, de ficción sólo en apariencia, íntimo, tan intimo, que ninguna máscara pessoiana impide reconocer a un sujeto poético transido de dolor y rodeado de soledad y ausencias y, al mismo tiempo, lleno de energía, de vitalidad y de ganas de seguir caminando por la vida y por la página.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Antonio Gala: La vida no es la verdad: la vida es la esperanza.



Memoria poética I

Antonio Gala: La vida no es la verdad: la vida es la esperanza.


Su nombre de pila es Antonio Ángel Custodio Sergio Alejandro María de los Dolores Reina de los Mártires de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos. Su lugar de nacimiento… qué importa, Rainer Mª Rilke decía que nuestra patria es la infancia y Antonio Gala se crió en Córdoba, luego, además, ha llegado a ser Cordobés universal. Y el año de nacimiento…un misterio. El suele decir Octubre de 1936, otros… dan otras fechas; pero,qué más da, respetemos la fecha. Al fin y al cabo, como dice Antonio, La vida no es la verdad: la vida es la esperanza. Lo importante es que Antonio Gala , siempre,siempre, vive vivo.


Antonio Gala es poeta, dramaturgo, novelista, ensayista y articulista. Pero primero que todo lo demás es Poeta. Antonio anunció el martes 5 de julio de 2011 en La tronera que publica el diario El Mundo, que padece un cáncer de difícil extirpación y que se está sometiendo a quimioterapia y radioterapia. Y lo hizo con estas palabras: "La enfermedad nunca es una forma de tristeza ni una metáfora ni una melancolía: es un camino incómodo, que lleva o no a la muerte con o sin rapidez. Hasta ahora fui sometido a toda clase de salvamentos quirúrgicos. Nadie me consideró más interesante por eso, pero su éxito me salvó. Hasta ahora. Ahora padezco un cáncer de difícil extirpación. Y estoy sometido, para tratar de librarme, a un largo puteo, que es igual que una guerra de la que soy el campo de batalla. ¿Con un doble aliado: la quimioterapia y la radioterapia? Espero que conmigo sean más beneficiosas que el cáncer: matar es el fin de los tres. ¿Quizá demasiado tarde para recomenzar? Estoy en buenas manos: lo suficiente como para no querer pasar a las Mejores. Todo parece, así, interminable, monótono, invasivo... Menos la vida: no tenía edad ya de nuevas experiencias. Hubiera preferido el quirófano como tajante campo de batalla. Soy mal aliado de mí mismo: impaciente, poco soportador e insoportable: la anestesia total es mi aliada. Las nuevas experiencias me llegan tarde. Trataré, con todo, de defraudar a la muerte una vez más: la última".



Antonio Gala es un autor de mucho éxito y con muchos lectores en cualquiera de los géneros ya sea teatro, novela, ensayo, artículo o poesía.
(Seguramente, con Poemas de amor, es uno de los poetas que más libros ha vendido) Su estilo está repleto de imágenes y en él abundan los recursos líricos. Goza de enorme popularidad pero, por otra parte, no le faltan detractores tanto de su persona como de su obra. Con relación a su obra, seguro estoy y se diga lo que se diga, que, los lectores, seguirán siendo fieles a su posesión del don de la palabra en cualquiera de los géneros que nos escriba. Con relación a su persona espero que sus enemigos, dejen a un lado el rencor, la envidia, en fin lo que quiera que sientan porque el Karma es el Karma y suelen decir los seguidores de este modo de pensar que todo el mal que se desees para el otro se volverá hacia quien lo desee.


Tras dejar pasar el verano, pendiente de su recuperación, y con la esperanza de que defraude, una vez más, a la muerte, cuelgo aquí un artículo que se publicó en el año 2000 con motivo del Homenaje que la revista cordobesa de Rute Ánfora Nova le dedicó a este poeta que escribe poesía en todo lo que escribe.



En aquel homenaje participamos amigos, admiradores o ambas cosas a la vez, de Antonio Gala y lo hicimos para ofrecerle nuestra amistad y muestra admiración. La lista es extensa, pero citaré, entre otros, a Arturo Pérez Reverteque dijo: Quiero mucho a Antonio. Admiro sus actitudes, sus elegantes silencios, su fidelidad a sí mismo, a lo que representa, el papel imprescindible y único, personalísimo, que desempeña en el mundo cultural español. Y a José Hierro, que envió un poema que es una hermosa metáfora sobre el traslado de los viejos a las residencias (Pepe les tenía horror a éstas), Los claustros. Un poema que comienza así: No, si yo no digo / que no estén bien donde están: / más aseados y atendidos / que en el lugar en que nacieron / donde vivieron tantos siglos. Pepe quiso rendirle homenaje con un poema que significaba mucho para él.


Pongo estos dos ejemplos pero en esta revista participaron desde Federico Mayor Zaragoza a la jovencíta Laura Moll y entre ellos Fernando Arrabal, Eduardo Mendicutti, Carmen Rigalt, Victor Marquez Reviriego, Francoise Dubosquet, Tico Medina, Félix Grande, Raul Guerra Garrido, Leopoldo de Luis, Claude Couffon, Mariano Roldán, Manuel Mantero, Elsa López, Vicente Nuñez, Antonio Hernández, Pilar Paz Pasamar, Odón Betanzos, Jose María García Lopez, Ana Padilla Mangas, Manuel Ríos Ruiz, Francisco Solano Márquez, José Infante, Sergio Macías, Francisca Aguirre, Manuel Gahete, Ginés Liébana, José De Miguel, Carmelo Casaño, Antonio Moreno Ayora, Francisco Domene, Luis Martínez de Merlo, Manuel Galeote, Álvaro Fierro, Manuel López Azorín que es quien maneja este blog y lo que aquí se cuelga, Jacinto Mañas, Joaquín Pérez Azaustre, Manuel Francisco, Vicente Luis Mora, Carmen Calvo, consejera de la Junta de Andalucía por entonces, Miguel Castillejo, presidente de CajaSur, y un pórtico en el que Antonio Gala agradece todas y cada una de las colaboraciones y, cómo no, al director de Ánfora Nova: José María Molina Caballero.


Mi deseo ahora es que Antonio Gala pueda salir adelante porque aunque todo parezca, así, interminable, monótono, invasivo... Como él suele decir también: La vida no es la verdad: la vida es la esperanza.





Mi colaboración fue la que ahora incluyo y que titulé:

Antonio Gala: Poeta


La obra de Antonio Gala es la de un hombre con preocupaciones de concepto y afecto. La de un escritor que posee recursos expresivos con identidad propia. Es la obra de un poeta que transmite vivencias irrepetibles.

Según palabras de Carmen Díaz Castañón (El águila bicéfala. Espasa Calpe 1993) la obra de Gala tiene dos exigencias. La segunda es:…aquella que tiene la honda urgencia de realizar en su obra, su yo más íntimo con una literatura para regresar, inexorablemente, al ser para descubrir lo esencial que hay en él.

Antonio Gala ha escrito: Mi intimidad no se agota en mí sólo. Quizá sea que mi corazón no sea algo que yo abarque, sino algo que me abarca: inasible, nutricio, inmensurable.

También ha dicho: Si yo tuviera que elegir un adjetivo para calificarme no dudaría: Poeta. Estas últimas palabras las pronunció, frente a casi seiscientas personas, el uno de octubre de 1993, en una lectura dentro del programa Tertulias de Autor del Colectivo Helicón de poesía.




Quien esto escribe, le había invitado a inaugurar el Segundo Ciclo de estas Tertulias de Autor por donde ya habían pasado, como Autores invitados para leer su obra, poetas como Pablo García Baena, Claudio Rodríguez, José Hierro…(entre otros) . Luego, tras Antonio Gala, pasarían muchos y prestigiosos poetas, sirvan –por ejemplo – los nombres de Carlos Bousoño, Ángel González

Antonio aceptó mi invitación a leer su obra poética. Él, que cultiva todos los géneros literarios, ha escrito poesía desde siempre. Para Antonio, la poesía está en la base de todo. Cree que todos los géneros literarios están construidos sobre la poesía y que alguna poesía solo se concreta, se cristaliza, se materializa en el poema. Existe, para Gala, otra poesía que está en el alma de los que la oyen, en el alma de los que la sienten. Es la poesía de actitud vital, esa que, probablemente, todos tenemos.

Hacia esa poesía de actitud vital, a través de la tradición oral, se propuso HELICÓN con Tertulias de Autor y sus lecturas, tratar de hacer llegar la poesía a los que la oyen, los que la sienten, animándoles así a una posterior lectura de lo escuchado, de lo sentido.



Antonio Gala guardaba casi toda su poesía para él no en vano siempre ha manifestado que ésta, le parece un extraño streap-tease moral y doloroso. Por esta razón se resistía a publicarla. Alguna que otra vez, lo hizo en Cuadernos y periódicos, así fui conociendo gota a gota, La deshora, Testamento andaluz, Meditación en Queronea, Sonetos de la Zubia… Con una única excepción en forma de libro publicado, Enemigo íntimo (accésit del premio Adonais, 1959) Tendrían que pasar (desde ese uno de octubre de 1993) cuatro años para ver la obra poética de Antonio Gala recogida en libro. Un libro con el título de Poemas de amor (Editorial Planeta 1997) con prólogo de Pere Gimferrer.


Enemigo íntimo (Colección Adonais , Rialp,1960) fue su primer libro de poemas publicado. Este libro, me decía Antonio,y también lo comentó públicamente aquella noche, generó tantas miles de fotocopias que los dueños de una empresa de copias le regalaron una bandeja de plata como agradecimiento por las ganancias producidas por las fotocopias de su libro. (Reeditado luego en la Colección Retorno. Ediciones La Palma 1991)




Enemigo íntimo. Poemas de amor que se van –y lo digo con sus versos– con la prisa de los ríos. Tan efímero que nos detenemos a mirar y, entonces, vemos que… va ya el agua en el recuerdo sólo. Un amor que nos muestra –en sus versos– los tonos multicolores, profundos y oscuros de la dicha y la desdicha, de la compañía y de la soledad.

Recuerdo que en la lectura de Tertulias de Autor nos dijo: Hoy os voy a ofrecer el único regalo que yo puedo hacer y es el de leer poemas de amor. Es decir los más sensibles para mí, los más sufrientes, los más ensangrentados.


Inició su lectura con un poema de su libro Perseo, libro que definió como inicial y un poco gongorino. De Enemigo íntimo, libro también adolescente, según Antonio, nos leyó el poema número 6 (en Poemas de Amor es el número 3 de los seleccionados para su publicación): Amor no es más que estar / amando, sin sentir el oleaje / en que a la fiebre sigue la desgana.




Tras este poema y ya del libro Valverde 20, otro poema de amor (o desamor ya que toda cara tiene su cruz): Vaya la rosa con su dolor a cuestas / el recuerdo conmigo y yo con nadie. Meditación en Queronea, escrito casi entero de un tirón, medita sobre la batalla que allí se produjo y en la que Filippo de Macedonia exterminó a la Legión tebana (compuesta por parejas de amantes). Antonio leyó el poema de la segunda parte de este libro que es una reflexión sobre estas víctimas de la crueldad contra el amor: Tu nombre es ahora “víctima”. / Descansa, ya has llegado. / Inmortal te retienen / los brazos de quien te ama, y tú retienes / inmortal a quien te ama: / aquel gesto inicial se ha hecho de piedra. / Tan sólo las estatuas / pueden seguir sonriendo para siempre. / Los dos habéis vencido / ¿Dónde está el vencedor?


De Baladas y canciones y seguramente para descargarnos del peso de un poema tan intenso como éste, Gala nos relajó leyendo unas sevillanas cuyo estribillo decía: Cuando suspiro / hasta el aire me amarga / si no te miro. / Ay qué tormento / que me duele hasta el aire / si no te siento. Tras estor versos de corte tradicional, leyó Antonio del libro La deshora el poema Alargaba la mano y te tocaba (debo indicar que este poema está incluido en Poemas de amor en el apartado de Valverde 20, poema nº 5 página 76): ¿Acaso amor es esta no existencia / de tanto ser? ¿Es este des-vivirse / por vivir? Ya desangrado. / de mí, ya inmóvil en ti, ya / alterado, el recuerdo se reanuda. / Se reanuda la inútil exigencia…/ Y alargaba la mano y te tocaba.



Luego de Testamento andaluz, tras el poema de “Mijas” donde hace referencia a Troylo nos leyó el poema de Córdoba: Puede el amante dejar de amar, pero, ay, amará siempre / el tiempo en el que amó. Y después del poema “Alhambra”: Contra la llama sólo la llama. / Contra el agua, la flor del arrayán. Y finalmente llegaron los Sonetos de la Zubia. Leyó Antonio un total de quince sangrantes y rígidas disciplinas que, como dijo, se sucedieron un verano. Las ensangrentadas y rígidas disciplinas del amor y del soneto.

Antonio Gala es poeta, vivencia, imagen, recurso literario, sensación, emoción y vida. Para él el amor es un conjunto de armonías y desarmonías, por ello ha escrito: No sé si para el golpe o para el beso / no sé si para el gozo o la tristeza. La poesía de Gala es… el amor. El amor con la dicha y el tormento, la risa y el llanto, con la vida y la muerte. El amor, aunque siempre imperfecto, como centro del universo, como el eje que mueve todo. Para Antonio el amor es como la poesía: una vía de conocimiento. Es como la libertad: algo que se teme y se desea. Como sabe de la fugacidad del amor, y lo sabe dolorosamente consciente, dice: Busca otra soledad y no la encuentra / porque es la soledad el amor mismo / disfrazado de carne y de caricia.


Versos, arte mayor, como los clásicos, para decir del amor: El dolor eres tú, la soledad / sentir tu aliento al lado de mi cuello. Pero también el amor, en palabras de Antonio, tiene rostro luminoso de ardiente sol: Salta el amor, como una alondra súbita, / de mirada en mirada. Qué alegría / pone al tallo la flor, mientras se pierden / los amantes en selva / de delicias, cantando / por la mañana de oro protegidos. Igualmente dentro de esa armonía- desarmonía , el amor tiene el rostro acerado de un cuchillo: No obstante, entre las dos / cinturas permanece / el filo de un cuchillo. Cada amante / es su alondra, su selva y su mañana: / en sí las goza, en sí las extravía.




Dice nuestro poeta del amor: Tú, yo y nosotros; los dos primeros deben, conscientemente, hallarse separados. La confusión es la muerte del amor, que nunca convierte a dos seres en uno, porque –como los ríos– requiere dos orillas.


Antonio Gala, como bien dijo Pere Gimferrer en el prólogo de Poemas de amor, ha elegido ser el poeta del amor. El amor como la luz y la sombra, como el fuego y el frío. Sentimientos, emociones, sentimientos ( y recuerdo que Antonio nos dijo en aquella lectura: Pienso que ya está pasada la Edad de la Razón , y que quizá tengamos que llegar a una Época del Sentimiento. Sentimiento donde se nutre el río de los sueños, el mar de las ilusiones, el océano de la esperanza. Nómbrame, le pedimos todos alguna vez al amor, nómbrame. Antonio Gala lo dice así en el poema “Alhambra”: Tu voz me da la fuerza / contra la fuerza. Nómbrame y viviremos.




Regresábamos hacia su casa de Macarena en Madrid. Nos acompañaba Víctor Mariñas, el joven cantautor que puso voz y música a los poemas de Antonio. Habíamos dejado atrás San Sebastián de los Reyes y el caluroso, intenso y admirado aplauso final que casi seiscientas personas le otorgaran al poeta y a su poesía. Recuerdo que Antonio lleva en la mano la invitación de Tertulias de Autor. Un tríptico con el anagrama de Helicón (un dibujo que José Hierro, que también le otorgó su aplauso aquella noche, me había hecho expresamente para las Tertulias) Dentro, una biobibliografía de Antonio y un poema manuscrito. Un soneto de los Sonetos de la Zubia , con un verso en el terceto final que dice: Nadie muda ni elige los destinos.




Antonio se interesaba, hablando con Ana, mi mujer, por nuestras hijas (tus chicas como las llama siempre cuando me pregunta por ellas y por Ana): Es envidiable, le dijo, tener una familia… Llegamos, aquí tienes tu casa Ana, aquí vivo, solo.

Antonio es poeta por destino, es, por encima de todo, Poeta. Nadie muda ni elige los destinos.

A los pocos días escribí dos sonetos para él. Uno lo perdí, el otro se publicó con este artículo en el Homenaje que le rendimos a través de la revista Ánfora Nova números 41-42 del año 2000.




Soneto I


En Córdoba la luz se volvió canto
y tuvo un nuevo arcángel junto al río.
Allí un Ángel Custodio- Antonio crío –
vivió la adolescencia entre su manto.

Después se hizo Madrid ciudad de espanto
y de descubrimiento y de albedrío,
y fue lugar de luz y cielo umbrío
repleto de sucesos y quebranto.

Más tarde el mundo entero se achicaba,
sin el ángel viajero que es Tobías
y todo fue un pañuelo con encajes.

La vida, el corazón… nada enjugaba
del poeta dolores y alegrías…
ni el pañuelo de amor de tantos viajes.

Manuel Lopez Azorín

Tiempo después de escribir para el homenaje da Antonio, encontré aquel otro soneto que había perdido. Se lo envié a Antonio y lo colgué junto con el ya publicado en otra entrada de Antonio Gala este blog.

Hoy quiero, también, colgar otro poema que le dediqué un día recordando aquellas palabras que le dijo a Ana con relación a su soledad, y que he incluido en Sólo la luz alumbra.





Jeroglífico

Para Antonio Gala

Junto al amor, la luz
y entre la luz, la sombra.

Es la luz el amor
cuando la luz lo nombra.

Cuando le falta luz
el amor es la sombra.



Antonio, que es un poeta de luz con la sombra del amor, que sólo es eterno y luminoso mientras dura, suele decir que no se apoya en su bastón sino en la poesía y en la esperanza. Y es cierto, desde aquellos primeros poemas que trajera a Madrid y que leyera a sus amigos Félix Grande y Paca Aguirre, es poeta de luz y se apoya en la poesía y en la esperanza.


Aunque luego su trayectoria literaria deslumbrase en el teatro o en cualquier otro género que haya tocado, su auténtica y primera necesidad fue la poesía, esa que escribía en soledad y que guardó para sí tanto tiempo, con algunas y esporádicas excepciones, hasta que se atrevió a publicarla en 1997. No toda, más tarde nos trajo El poema de Tobías desangelado, una historia de amor, una apasionada historia de los viajes del ángel y Tobías, personificado en Antonio.

Y escribiendo me viene a la memoria Claudio Rodríguez, poeta admirado por Antonio, que me decía, cuando hablábamos de este cordobés universal: Es valiente y firme,incisivo, meticuloso y elegante, reservado y amoroso y único porque maneja el lenguaje –que es la patria de la poesía, del poeta– excelentemente. Y Claudio que fue (que sigue siendo)un grandísimo poeta, era, además, una persona extraordinaria que se equivocaba pocas veces.



En su libro autobiográfico Ahora hablaré de mí, dice Antonio: Estoy agotado, enfermo, triste y solo hasta el fin

Pues no, querido Antonio, seguramente ahora estas agotado, enfermo y triste pero nunca estarás solo porque los que te queremos,los que te leemos y seguimos, los que pensamos en ti, estamos a tu lado y recuerda que –tú lo has dicho– La vida no es la verdad: la vida es la esperanza. Defrauda querido Antonio, defrauda a quien tu sabes,como yo. Es tu esperanza, y la mía.