viernes, 16 de enero de 2009

ÚLTIMO BALANCE: LIBROS, POETAS, POESIA PARA TODOS de Salomé Ortega, José María Paz Gago,Agradecimientos, y Jesús Hilario Tundidor



En la fotografía: Manuel López Azorín y Ana Martín Ligos deseando que el año 2009 os sea propicio a todos. A los poetas, a los amigos de la poesía y a todos los lectores.




Salomé Ortega me mandó su último libro publicado: Perdí las estrellas (Este 2008 también me había enviado La alfombra de la Palmera y la media Luna, (ambos publicados por Sial-narrativa) Hay que destacar en la prosa de Salomé, que a mí me parece más cercana a la poesía que a la narrativa, su enorme lirismo al tiempo que su sencillez y su claridad expresiva. Antonio Sanchez Trigueros de la Universidad de Granada, que prologa la primera narración: Memoria y olvido, dice de ella que es como volver a las raíces de la poesía, a las bases de la escritura, a la aurora de la belleza del lenguaje. Estoy de acuerdo. En la escritura de Salomé Ortega, que no me parece otra cosa que un conjunto de poemas en prosa lírica,se ve, se siente, nace como un dulce manantial,la poesía y nace y calma la sed, alivia y, en su rumor suave, se oye el latido de la vida,el susurro del tiempo,el murmullo de la soledad, el sonido del amor. Perdí las estrellas está compuesto por dos narraciones que van manando recuerdos dulces, tristes, y siempre con una enorme ternura,con la luminosidad de las sencillas y cotidianas vivencias del pasado. Todo un mundo de sensaciones, desde la niñez a la adolescencia,o desde el recuerdo, impreso en la memoria adulta,de la pérdida. Mi querido y admirado Antonio Colinas, en el prólogo de la segunda narración, Esta ausencia tuya, nos dice que Salomé Ortega, deshaciendo el verso al uso, huyendo tanto de la medida como de lo versicular, (...) busca un nuevo cauce para su palabra y lo logra. Tiene razón Antonio. Leer a Salomé Ortega, en este libro o en cualquiera de los anteriores es llenarse de una luz distinta al tiempo que de siempre. Es una delicia exquisita saborear estos textos poéticos de Salomé Ortega.


José María Paz Gago
me regaló su libro Manual para enamorar princesas (Sial Ediciones) diciéndome en su dedicatoria que era porque yo había enamorado a una: Ana, mi mujer y había procreado dos, mis hijas.
Luis García Jambrina comienza el prólogo de este libro diciéndonos que José María Paz Gago, hasta hace poco, era un poeta oculto, un poeta emboscado, discreto y silencioso. Y que ha hecho falta tiempo y estímulo de amigos, conocedores de su poesía, para que salga a la luz con su primer poemario.
Pues hay que agradecer, sinceramente, a los que animaron a este autor, dedicado e la enseñanza de la literatura en diferentes universidades del mundo y especialista en semiótica,porque así los lectores podemos disfrutar de su poesía, del discurso amoroso que nos ofrece con ironía y con emoción,de su belleza expresiva, de sus recursos, de su buen ritmo,de su deseo de establecer comunicación desde el conocimiento que le acompaña. Unos pocos ejemplos: 1) A las cinco de la madrugada / habíamos decidido / hacer el amor, / la guerra / y la colada. 2)Te robaron la maleta / y tú te compraste / una minifalda negra / para perderme. 3) Nunca más / podría / vivir contigo. / No podría resistir / tanta belleza / inútil. 4) Afeitarse / de estrés, tristeza / y melancolías / ayudándose de un masaje / al corazón y a los pulmones. Y 5) Era sólo / un azul-cálido fulgurante / en los locales nocturnos, / un azul-inmenso / de vetas y de piedras.../ sí, también de las piedras que rompieron mi parabrisas,/ la primera vez que nos dejamos.
El resto, mucho y muy interesante, se puede descubrir en este Manual, en este discurso amoroso repleto de ironía, nostalgia, desencanto y amor.


Antes de finalizar con Jesús Hilario Tundidor, quiero agradecer todas las felicitaciones de estas pasadas fiestas y sobre todo, el interés porque mi salud vaya este 2009 mejor que mejor.

Gracias a José María Micó por su poema, hermoso poema sobre las manos,y su traducción de Sin amigos, sin bienes, sin señor, de Jordi de Sant jordi.
Gracias a Pablo García Baena desde Córdoba por su personal tarjeta con ángel y con buenos deseos.
A Clara Miranda, con el recuerdo siempre de Claudio Rodríguez en ella, en mí y en tantos lectores como sabemos que tiene.
A Rafael Santos Barba por sus palabras en una tarjeta con reseña de mi libro La ceniza y la espuma.
A Joaquín Benito de Lucas y a Francoise.
A Louis Bourne desde U.S.A. por la misma razón.
A Pascual Izquierdo por su deseo de felicidad y de miel
A Enrique Gracia y a Soledad.
A Rafael Bordao desde New York
A Moncho Otero y a Rafa Mora, mis cantautores favoritos.
Gracias a Julio Alvarez, pintor y escultor amigo
A José López Rueda por su mensaje.
A Francisco Javier Diez de Revenga desde Murcia por el hermoso Belén malagueño de Vicente Aleixandre y por todo.
Gracias a Ángel García López, que ahora disfruta de su Rota gaditana junto a Emilia, descansos merecidísimos.
Gracias a Carmina Casala siempre.
A Ferruccio Brugnaro desde Venecia por sus buenos deseos y sus poemas.
A Manuel Zapata, compañero de versos y canciones.
A Elena Diego por la tarjeta dibujada por sus nietos con un poema de miel de su padre, Gerardo Diego.
A Julián Creis por su poema Deseos PARA UNA NAVIDAD y a Maruja.
A Franca y Emilio Ruiz Parra
A Fina de Calderón, la primera felicitación que recibo todos los años, por su hermoso villancico.
A Luis Alberto de Cuenca por su interés y por declararse, como Jaime Siles y Enrique Villagrasa,ya tengo tres a saber, lector mío.
Gracias a Antonio Gala por enviarme lo mejor de su corazón para mis chicas y para mí.Gracias querido Antonio.
Gracias a todos, seguro que me olvido de algunos, pero gracias sin excepción y lo mejor del 2009 es mi deseo para todos.


De jesús Hilario Tundidor no he recibido aún su último libro Fue (Ya me lo enviará, él siempre lo hace); pero sí me envió una pequeña antología Toda la memoria se titula y, al igual que otras que he recibido, está publicada por Cajasur en la colección Los cuadernos de Sandua coordinada, como vengo diciendo, por el poeta Antonio Rodríguez Jiménez. Y me envió también su original felicitación de Navidad, como siempre con el deseo de un buen 2009 para todo incluida la poesía, que le agradezco.
Toda la Memoria es un libro donde jesús Hilario Tundidor reune sonetos suyos. Sonetos donde nos demuestra su buen hacer, su dominio de las formas aun cuando él, en su poesía, guste de ofrecernos el "Caos" para tratar de ordenarlo con poemas de ritmo personal, una visión del mundo en versos muy suyos que peinan las hebras del lenguaje y que engrandecen la lírica de este poeta que ya tiene su lugar desde hace tiempo en el reconocimiento de su obra por parte de crítica y lectores.

Cuando reciba su último libro, por el momento, titulado Fue, le dedicaré una merecida y entera página de este blog para su poesía. Mientras tanto, a modo de final para este intento de Balance de libros recibidos (Balance fallido pues sé que se quedan fuera bastantes, pero mañana es San Antón y aquí se acaban las Pascuas, lo siento. Este año 2009, según vaya recibiendo libros, intentaré reseñar todos los que pueda para ir adelantando.)
Ahora acabo y lo hago con un fragmento de un poema que escribí hace tiempo para mi amigo el poeta Jesús Hilario Tundidor que, como casi todos los que he "colgado aquí pertenece a mi libro Azul de los afectos.(El poema completo prometo colgarlo cuando le dedique la página a su poesía)


IGUAL QUE LA CENIZA

A Jesús Hilario Tundidor


(Fragmento)

...
Dónde la realidad.
Dónde el objeto abstracto e intangible,
lo intuitivo y lo cierto para ordenar el caos
con el raro lenguaje de los versos.

Dónde el dolor entre las grises lluvias
del temor al vacío,
por los cristales de cualquier café,
entre la sien de cualquier poeta
que se sabe ceniza al fin y al cabo.

Del libro: Azul de los afectos

jueves, 15 de enero de 2009

LIBROS,POETAS,POESÍA PARA TODOS de Emilio Porta. Manuel Cortijo Cieza, Mª Esperanza Párraga.Ramón Miguel Montesinos, Miguel Cabrera,Pilar Aroca.



Fotografía: Maruja,Pilar Aroca, Francisco Creis, Luis López Anglada,Fina de Calderón, Manuel López Azorín y Emilio Ruiz Parra.(1997)

Emilio Porta que en la actualidad es Vicesecretario de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, en su último libro de poemas Tomo secreto publicado por Sial/Fugger poesía,se puede leer un breve poema(pag-29) que dice: He estado tan lejos de mis pasos / que no he podido acercarme / a ningún sitio. Poesía de pensamiento donde el tiempo, ese que fija la palabra en él,la deja grabada, a veces, como una jacilla.

Emilio Porta
cree que la poesía debe despertar la imaginación y la capacidad de asombro, tanto del lector como del propio autor( En eso estamos muchos de acuerdo) Tal vez por eso ama las gabardinas, las que pasean por un parque, las que se paran en un café... Tal vez por eso siente que pertenece a un mundo extraordinario"/ Un mundo de seres extraordinarios / envueltos en gabardinas ordinarias.Tal vez, por eso, su palabra ya filosófica, ya metafísica no considera la poesía como un oficio (Aunque haya que tener oficio para saber escribirla)sino como la necesidad de exploración del alma, ese hálito que, dicen, diferencia a las gabardinas, ordinarias o extraordinarias, enfrentadas al tiempo, al olvido, siempre. Tomo secreto es un libro que, en ocasiones, parece que juega, pero no es así. Su profundidad es el fondo,la ropa interior de de su lenguaje.


Manuel Cortijo Cieza ha estado veinte años sin publicar desde que en 1986 se editara su primer libro De un pájaro de amor que anidó primavera en Capadoccia (Con él ganó el premio Zenobia de poesía) Ahora, con este segundo libro, Romanza del halcón y el agua,(Sial Ediciones)inicia un viaje interior al aire del amor y la vida, sobrevolando el agua, la tierra, el fuego... un viaje que pretende mostrarnos, a través de sus símbolos, no ya la Ítaca del sueño sino el sueño mismo junto a lo vivido, lo experimentado: Medita el corazón /la mente sueña, y en esa singladura de vivir buscando, observando, aprehendiendo, escuchando y soñando, van su corazón y su cabeza, inquietos por un crecimiento personal, ahondando en una especie de filosofía esotérica, tratando de saberse (Y de sabernos), para abrazar la vida y su magia, para alcanzar el amor y su misterio y, a través del corazón y la razón, encontrar la verdad en el acto de pronunciar el verbo. Trascender la vida con la palabra que es el néctar de la primavera eterna, de la intemporalidad.


Mª Esperanza Párraga Granados me envió su libro En la arista. (Publicado por Poeta de cabra ediciones) y, al leerlo, me trajo el recuerdo de un hombre al que tuve afecto y admiré por su ética y por su estética: Indio Juan.
Abre el libro Esperanza con un poema que contiene estos versos: No hubo salto en lo oscuro: era todo imperfecto/ el momento imponía la razón no entendida.
¿Como se puede entender el olvido, cómo enfrentarse al lugar donde habita, cuando la vida, aún con proyecto, con ilusión, con ganas de luchar cada día por los sueños, salta a lo oscuro?
Hay en el libro un poema Centro (pag-13)donde la autora se confiesa así: Llevo dentro de mi tu calma interna,/un torrente de sal que me circula
/ y fecunda mi luz para que no se ausente / ese fuego total que me naciste dentro.

Un libro que, repito, me ha hecho recordar y emocionarme. Gracias Esperanza.


Ramón Miguel Montesinos me obsequió con su primer poemario Ángeles sin sospecha (Ediciones Mar futura.Madrid 2008.) Rafael Montesinos, mi siempre querido poeta sevillano, recuerdo, hace ya unos cuantos años, me comentó que su hijo Ramón escribía versos. Yo no volví a recordar ésto hasta que Ramón me dio su libro para que lo leyera. Antes de leerlo pensé:algo llevara en los genes y, justamente, Luis Alberto de Cuenca, en el prólogo del libro dice: Es así como a golpes de sueños y amarguras, van dibujándose estos Ángeles sin sospecha, con la sinceridad candorosa que acompaña a todo primer libro; pero también con la maestría y el rigor habituales en alguien que ha convivido con la mejor poesía española desde que nació por razones de tipo familiar y genética. En Ángeles sin sospecha anda el intimismo neorromántico del padre poeta como anda, también,la sombra de Bécquer. El hijo a fuerza de tiempo y convivencia y genes, toma el tono, quizá, pero no el formalismo, la tradición del padre, aunque suene a tradición también y juegue, y sea rebelde... y sí, también mira su infancia. Ramón, su poesía, como dice su hermano Rafael Cesar Montesinos en las palabras previas del libro, es pura, serena y sonora. Ramón Miguel Montesinos oyendo, naturalmente,la música de fondo que le dejó su padre, ya panteista, ya melancólico,ya intimista... y esperanzado siempre,trata la pureza de su poesía como la pureza de la infancia, la herencia donde viven felices la ingenuidad y la inocencia.


Miguel Cabrera, en su libro Para alcanzar el más de allá del día, (Ediciones del Tapir)nos dice: Somos lo que vemos. En el espejo platino / En la paramera de este sueño. Somos / el incansable rastreo que venimos forjando. Un libro con visión agónica, dramática, de la existencia, dice Antonio Melis, de la Universidad de Siena, en la contraportada. Y yo me pregunto: ¿No habrá alguna manera de consolar el dolor,la amargura, el cansancio en la complejidad de este mundo, la angustia que nos presenta el sujeto poético en este libro?
Y éste nos dice:Lo que somos no emite una señal nítida.Cierto, el hombre nunca se conoce bien porque la verdad, la profunda verdad del hombre, de todo, siempre es relativa, nunca es absoluta. Somos el sueño que soñamos, un sueño por hacer, la linea que intuimos. En el más, en el mismísimo universo ensangrentado / que alineada va. Y la eterna pregunta, la de la duda. Y luego el cansancio,el escepticismo... Mas allá, ¿Qué hay? Mas allá, cómo puede haber algo/ si nos consume el caminar. La duda siempre, la que, como he dicho en algún poema, nos persigue desde la adolescencia hasta el olvido. Hay que seguir soñando el sueño que soñamos y escribir, si es posible, porque escribir también es una forma de consuelo y de salvación.


Pilar Aroca ha publicado en la Colección Julio Nombela que dirige Emilio Porta en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, su Trilogía, libro que contiene sus poemarios Elegía, Ventanas a lo oscuro y Sobre tierra erguida.
Viene esta Trilogía arropada por un prólogo certero de Juan Van Halen, también por las palabras de presentación que José García Nieto hizo, en su día, para Elegía.Igualmente se acompaña con las palabras de presentación de José Gerardo Manrique de Lara cuando presentó Ventanas a lo oscuro además de comentarios y opiniones sobre el libro Elegía a cargo de Rafael Gibert, Ricardo Senabre,Leopoldo de Luis,Luis López Anglada y Carlos María Mainer.
Sobre Ventanas a lo oscuro opiniones de Carmen Conde y Fernando Rodriguez Izquierdo. Y del tercer libro: Sobre tierra erguida un comentario de Angel Manuel Aguirre. Yo debo confesar que, cuando leí Elegía, hace ya muchos años, comprobé que sus poemas eran emocionantes y me emocionaron porque andaban llenos de dolor contenido.
Un dolor que Pilar tuvo que expresar , sacar, al aire de los versos como una especie de grito liberador de tan trágica experiencia. Un hermoso libro que prologó Carlos Murciano y que , en su momento,sufrí y disfruté con su lectura. Sólo esta Elegía, ya merece haberse publicado ahora esta Trilogía.
Con Ventanas a lo oscura Pilar Aroca reflexiona sobre sí misma en un libro intimista lleno de esperanzas y también de dudas.
En Sobre tierra erguida la autora indaga en el género humano, en el hombre,el barro, la tierra erguida con una ventana final, como dice Juan Van Halen, a la luz.

Trilogía me parece un acierto porque en este libro se encuentra lo mejor de Pilar Aroca. En su conjunto. Aunque yo siga teniendo especial predilección por Elegía. Recuerdo que Pilar me la regaló en una visita a su casa, mediados los noventa,con motivo de una cena-reunión donde estuvimos Leopoldo de Luis junto a Maruja su mujer, Luis López Anglada con Maruja, que así se llamaba también su mujer, Joaquín Benito de Lucas y Francoise, Natividad Cepeda y Jesús, su marido,Los hermanos Creis, Julián, con su mujer Maruja y Francisco.Creo recordar también a José Javier Aleixandre y a su mujer, a Carmina Casala y no estoy muy seguro si fue en esta cena o en otra ocasión pero creo que también a José Gerardo Manrique de Lara. En aquella cena, Pilar, ya que no tenía ejemplares de Elegía, me preparó una copia y me la dedicó. Aún la conservo. A cambio yo escribí para ella unos versos que recuerdan aquella cena y a Pilar y que hoy "cuelgo aquí".

CAMINO DEL GOLF

A Pilar Aroca


La copa: en los salones.

Mientras Pilar recibe a los amigos:
Joaquín, Leopoldo, Luis...Todo esta listo
ya, todo preparado.

Poetas y pintores reunidos
en Camino del golf -La Moraleja-

Natividad, Carmina...
no se celebra nada en especial
en este mes de enero
(Tan sólo la amistad)

El jardín muestra el frío del invierno
pero dentro, en la casa, la anfitriona,
los saludos amigos (y la calefacción)
hacen que el frío, todo, quede fuera.

Consumida la cena
(Pilar es excelente cocinera)
y degustado el vino, llega el tiempo
de charla, de tertulia.

La noche se derrama entre licores,
pasteles y poemas, chistes, risas
y nadie tiene prisa.

Pilar lo ha preparado de tal modo
que todos, todos cómodos
encontramos la casa como nuestra
(mucho más grande claro)
y a todos los amigos siempre abierta.


Del libro: Azul de los afectos

miércoles, 14 de enero de 2009

LIBROS, POETAS POESÍA PARA TODOS de Francisco Caro , Oscar Martín Centeno, Pablo Guerrero, Ana Rosa Carazo y Natividad Cepeda..





Fotografias. Ana Rosa Carazo.
Manuel López Azorín y Pablo Guerrero en abril de 2008.

Amigos: continúo hoy catorce de enero y frío con mi balance del 2008.
Comienzo con Francisco Caro, un poeta recien descubierto, al menos para mí y creo que para la mayoría pues hace poco tiempo que publicó su primer libro (Salvo de ti, Ediciones Vitrubio, 2006) con los cincuenta años a punto de dar paso al siguiente decenio)
Y comienzo hoy con este poeta del que he leído dos libros que me envió Las sílabas de la noche (Premio Juan Alcaide 2007) y Mientras la luz (Biblioteca de Autores Manchegos)y que, sorprendentemente, ha vivido escondido (para la poesía)seguramente leyendo y analizando muchísima mientras escribía para sí y ejercía como profesor de Historia en un Instituto.Un poeta que ya, en plena madurez,nos ofrece una poesía delgada, esencial, sutil, una poesía de meditación, de sugerencia, en definitiva una especie de brisa poética que reflexiona, parece ser, sobre sí mismo, al tiempo que nos hace reflexionar a los lectores a través de , en la mayoría de los casos, poemas breves donde , aun siendo un poeta recien llegado al mundo de la publicación, yo me imagino que todo este bagaje es producto de muchos años de silencio y ejercicios de escritura y muchos años también de vida, de conocimiento y, por qué no decirlo, lejano ya de las impaciencias juveniles,de fruto maduro y sabio donde el silencio prima más que la urgencia de la voz impulsiva y vehemente de la juventud. Me sorprende, a veces oir comentarios como:¿De dónde sále ahora, qué habrá hecho para conseguir en tan poco tiempo todo ésto. ¿Varios libros y varios premios en dos o tres años? Pues sencillamente, y lo digo con conocimiento de causa porque yo también fui tardío en publicar, a los 40 años,pero llevaba escribiendo y aprendiendo desde los quince. Aún sigo aprendiendo. Todo esto sale, sin duda, de su bagaje, de hacer paso a paso, un camino que ahora, al volver la vista atrás, aprovecha Paco Caro, no para ver lo que ya nunca se ha de pisar, sino para sacar el fruto de tanta andadura en silencio. Hacia finales de 2008 ha obtenido el Premio Jovellanos con un libro nuevo titulado Calygrafias, y continúa haciendo camino.


Oscar Martín Centeno es lo contrario que Caro. un joven que lleva escribiendo, ganando premios y publicando desde muy joven.Recuerdo que antes de publicar su primer libro en solitario, había obtenido varios premios por diferentes poemas y había sido publicado en colecciones colectivas y en algunas antologías. Sus dos últimos libros, que yo sepa, me los dio este año, ambos fueron publicados gracias a conseguir sendos premios de poesía: Las cántigas del diablo (Premio Nicolas del Hierro, 2007) y Sucio Tango del alma (Premio Paul Beckett, 2007) Su primer libro: Espejos enfrentados, ganó el Premio Florentino Pérez embid en 2006.
Oscar Martín Centeno es pues un poeta joven que se va consolidando en la poesía con un modo personal y formal al tiempo que indagatorio de nuevas formas y que promete.

Pablo Guerrero, tras coincidir en una entrega de premios de poesía, me regaló su libro publicado por Visor: Escrito en una piedra. Todos sabemos, al menos los de mi generación sí, que Pablo Guerreo es un cantautor extremeño que vino a Madrid por loa años sesenta y que poco mas tarde se convirtió en un referente para aquellos que soñaban con la libertad y todos sabemos también que su canción, aquella que decía: Tiene que llover, / Tiene que llover a cántaros, fue una especie de himno algún tiempo. Pablo Guerrero es un referente para los cantautores posteriores porque siempre ha sido un ejemplo de inquietud musical y personal, un ejemplo de búsqueda permanente y de honestidad permanente, un hombre tímido, conciso, silencioso, observador y sabio, y enormemente respetuoso y agradable.
Como poeta viene publicando desde finales de los años 80 y al igual que en las canciones Pablo Gerrero emplea la inquietud, la búsqueda, la sobriedad para la poesía: Sea luz el poema, / aunque le sea dictado / a los poetas de los ojos en sombra. Hay casos de cantautores poetas, los hay y no voy a enjuiciar aquí los versos de algunos cantautores; pero si díré que el caso de Pablo Guerreo, en mi opinión, es otro. Pablo Guerreo, siempre, además de cantautor, ha sido poeta.


Descubri a Ana Rosa Carazo en la Feria del Libro de Madrid. Ambos firmábamos ejemplares el mismo día en la caseta 122 de Sial que había publicado nuestros libros en ese 2008.Alli me obsequió con su libro De amigos y viajes y ya, en septiembre,me envió un libro anterior (tambien publicado por Sial) titulado: A contramuerte.
Ana Rosa Carazo suele decir que uno es lo que lee. Añado yo que, además, es lo que vive, lo que experimenta, lo que sueña...
En De amigos y viajes Ana nos muestra lo sentimental cargado de belleza expresiva y rinde homenaje a los amigos: Luis Alberto de Cuenca, Arturo Pérez Reverte, Francisco Ayala, Amalia Bautista... y nos muestra con ello lo que Ana Rosa Carazo es a traves de su voz,de sus ojos, de esa luz interior que posee.
En A contramuerte,que es un poemario más intenso por terrible, me pareció un libro desnudo, emocionado, por dolorido y emocionante. Un libro donde el dolor se grita necesariamente, para intentar aplacarlo, por terrible e injusto, y para, creo yo, tratar de alcanzar el consuelo de lo inconsolable. Merece la pena leerlo aunque nos ponga un nudo en la garganta y en el corazón.
Una poesía como don, la de Ana Rosa Carazo, y un oficio (ella ha sido catedrática de Instituto de Lengua y Literatura.)para darle forma. Un misterio y la claridad de lo sencillo que es como el relámpago de lo más verdadero, de lo que se hace canto.
En diciembre recibí de Ana , invitación para la presentación de su nuevo libro titulado: Roto casi el navío (Sial ediciones) que ha prologado Amalia Bautista. Me fue imposible asistir, por motivos de salud, y así se lo comuniqué a Ana; pero espero tener pronto este nuevo libro suyo y disfrutar con su lectura.


Natividad Cepeda es una poeta de Tomelloso lugar donde vive y escribe acompañada de Jesús,del la llanura dorada por el sol, de la vid, de los trenes de Eladio Cabañero, de hiperrrealismo de Antonio López,de los primeros compases de guitarra de Félix Grande... Donde vive y escribe del amor, de las leyendas, de los mitos, con el día a día y con la memoria.
Natividad Cepeda es como una sirena rubia entre las viñas que escribió Poemas para un hombre (Pliegos Emaus de Poesía,1991) y cantó al amor para todos.Y es, como Dulcinea para Don Quijote, el sueño real de la imaginación.La leyenda convertida en verdad por la necesidad de amor, de amar, y de la vida.
Dos libros más conozco de Natividad Cepeda, ella sonriendo como siempre, incluso a través de sus dedicatorias, me los envió en su momento: Sólo creo que llueve (1996) y Palabras desde el silencio(2000).
En Memorial de amor y leyenda que así se titula su último libro publicado (Editorial Hipálage, 2008)hay,como siempre en lo que escribe, amor y emoción,
Natividad, cuando escribe, deja, como dice Antonio Colinas en el prólogo de este libro que esta sirena, esta Dulcinea, me ofreció dedicado cuando nos vimos en septiembre, allí por la tierra de la vid y del trigo,deja , digo, que el alma diga simplemente lo que quiere. Y lo que el alma de Natividad Cepeda quiere siempre, a la hora de escribir, es decir aquello que vive, lo que siente, lo que recuerda y lo que sueña y todo, para salvar, con amor, al ser humano.
Termino por hoy y "cuelgo" un fragmento de un poema que escribí a Natividad hace ya tiempo, cuando andaba con la sonrisa permanente, como siempre, y el silencio callado del dolor sólo suyo, como siempre.

DULCE SIRENA RUBIA ENTRE LAS VIÑAS

Para Natividad Cepeda

(Fragmento)

Dulce sirena rubia entre las viñas
de oníricos amores por la piel de los sueños
imaginando a Ulises
en la vasta llanura de La Mancha,
la hermosa Dulcinea de Quijano
hecha de espuma y sueño en su locura.

Y como un sortilegio de página y distancia,
entre profana y mística sonries
proclamando el amor por los sentidos, venas...
frente a la luna extraña y amarilla
con que abrumas el paso ante la bruma.
Vas y vuelves sin apenas moverte,
amor, amor en tu llanura sueñas.

Del libro: Azul de los afectos

martes, 13 de enero de 2009

BALANCE: LIBROS, POETAS,Poesía de Pedro A. González Moreno. Carmelo Guillén Acosta. Rafael Hernández Rico. Carlos Álvarez. Ángela Reyes... para todos.




Fotografías: Carlos Álvarez entre Antonio Hernández (dcha de Carlos) y Manuel López Azorín en la lectura que hizo en Tertulias de Autor de Helicón en 1995.

Pedro A. González Moreno (con bigote y perilla) durante la presentación que hizo de La ceniza y la espuma de Manuel López Azorín (centro) en mayo de 2008 y Jose Alberto Clemente.(Lamento no tener imágenes de Carmelo, Rafael y Ángela)



Como según dice el acervo popular Hasta San Antón Pascuas son, voy a tratar de comentar, aunque sea en conjunto y de modo breve si no todos los libros que me llegaron, gracias a la generosidad de sus autores la mayoría, al menos todos cuantos pueda en estas páginas que comienzo hoy, martes, trece y nevando, y con un poco de suerte cumplo con lo que me había propuesto: hacer un balance del 2008, poéticamente claro.

Comenzaré por un buen poeta de origen manchego que, además, es un buen amigo:
Pedro A. González Moreno.Su antología La erosión y sus formas (Ediciones Vitrubio) Antología que recoge los cuatro libros (Señales de ceniza, 1986. Pentagrama para escribir silencios, 1987. El desván sumergido, 1999 y Calendario de sombras, 2005) publicados por Pedro en los últimos 20 años, ademas de cuatro poemas inéditos.
En la poesía de Pedro A. González Moreno,está la materia de los sueños es decir: la memoria y, también, la preocupación del olvido. Todo ésto es lo que le lleva hacia una búsqueda, una indagación, de todo lo guardado en ese desván sumergido en lo más oculto de nosotros donde, de modo selectivo siempre, se esconde la vida sucedida, las experiencias, buenas o malas, el aprendizaje del camino, la nostalgia, el amor y el desamor, la alegría, el desencanto y, obviamente, el tiempo, ese tiempo que erosiona la vida.
A mi me gusta la poesía de Pedro, me identifico con el estado de ánimo que trasmite, me identifico con su modo de escribir, ese modo de emplear el símbolo y la metáfora, ese modo de ahora y clásico al mismo tiempo de componer , de estructurar, de dar ritmo y cadencia y ética y estética a sus contenidos. Un poeta a tener en cuenta, un poeta, en fin, de obligada lectura, según mi criterio,un poeta que no se prodiga mucho y por tanto resulta cómodo, como sucedía con Claudo Rodríguez, leer su obra publicada.

Carmelo Guillén Acosta
y su antología, publicada por el Ayuntamiento de Camas,Sevilla, Este hilo que enhebro, es el estracto, lo resumido, la esencia, de un poeta que escribe porque disfruta queriendo y quiere sentirse querido, en todos los órdenes de la vida y preferentemente en la amistad.
Su ausencia de retórica, su ritmp, sus alejandrinos blancos, su trato humano en los poemas, su hablar desde lo cotidiano, su ir de la anécdota a la categoría le hacen un poeta diferente,un poeta que se deja querer porque, con su amistad y con su poesía, quiere de corazón.
Su poesía, una poesía personal que hizo que Cristobal Cuevas, catedrático de la Universidad de Málaga,escribiera lo siguiente: Carmelo Guillén es un poeta que ha conseguido hacerse con una voz inconfundible , que nace de él, que lo define y que sirve en exclusiva para cauce de sus propias emociones. Cuando deje de escribir habrá que romper el molde. Yo no digo más.


Rafael Hernández Rico, a quien le debo el comentario, aunque sea breve, de este libro, me envió sus Voces de queja y pasión publicado por la Fundación Domingo Malagón.Es un libro con el que disfruté y sufrí como, me imagino, al escribir estos poemas Rafael que, precisamente por amar la utopía de un mundo mejor, más solidario, mas igualitario, más justo,habrá sufrido y disfrutado también. La crítica esta presente, y también la ironía, en estas páginas que hablan de los desheredados, de los brigadistas, del Sahara, de las madres de mayo,de Jose Couso, de Irak, páginas que recuerdan a Alberti,Lorca, Hernández, Blas de Otero, a Picasso y su Guernica...
Un buen amigo común, ya lamentablemente desaparecido, solidario y buscador de esa utopía de la paz como ninguno, escribió unas palabras a modo de prólogo para este libro. Quiero acabar con unas palabras que Indio Juan le dedico a Rafael Hernández Rico en estas Voces de queja y de pasión: Vacío, todo el hoy es vacío, sólo de vez en cuando alguna voz como la tuya, Rafael, nos sacude y nos alienta "Que no todo está perdido, hay que insistir..."


Carlos Álvarez es otro buen amigo, poeta al que le han reditado un libro que escribió y publico hace ya 28 años y que , amablemente, me envía:Cantos y cuentos oscuros, Adhara publicaciones, Madrid. Carlos que es un poeta rebelde, y con esa interna rebeldía que él considera necesaria para buscar el lugar que corresponde al hombre justo,solidario y libre nos ofrece unos versos muy meditados, de sobria belleza y, como en el resto de su obra poética,con la intención de buscar la luz frente a la oscuridad de un tiempo en el que tantos la sufrieron por falta de libertad de hecho y de derecho. Cuando se vislumbraba esta libertad tan soñada por todos, finales de los años 70, se escribió este libro publicado en 1980 por primera vez. Que existan injusticias naturales, / aunque moleste, puede soportarse. / Que todo el mar esté en la costa, pase. / Pero, ¿Quién no quisiera, dí, encontrarse / de pronto, en medio del desierto, el aire / que con la brisa todo el mar nos trae? Pues eso.

De Ángela Reyes recibí su poemario No llores Poseidón. Ediciones Vitrubio. Para Ángela la poesía es, son palabras suyas, un cofre lleno de palabras y desde que lo encontró no se ha separado de él porque es una de las cosas más preciosas que posee.
Ángela Reyes abres su cofre de palabras y, unas veces las líricas, otras las retóricas, muchas las amorosas, las sensuales, las místicas,palabras y palabras para conformar su mundo, de realidad o de ficción,para contarnos y cantarnos lo que vive y lo que imagina, lo que siente, lo que sueña... Un cofre, en fín, que Ángela cuida con verdadero mimo, con amor, porque tiene la gran suerte de saber que en él (y de él) puede obtener todas aquellas palabras que dan sentido a su poesía, a su obra Con ellas vive y siente, imagina y sueña en cada poema que escribe. Su mundo, el mundo de Ángela Reyes, está ahí para que los demás lo vivamos o lo sintamos o lo imaginemos: Todos los dormitorios / tienen su olor a carne muda, / a lámpara encendida a la hora del beso, / del libro / y de la muerte. Pues besemos y leamos a Ángela, el resto para otro día.


Por hoy concluyo este balance. Mañana, si es posible, seguiré con otros poetas que he leído este 2008 ya pasado. Mi intención es reseñar a todos ellos, no sé si podré.En cualquier caso intentaré que sean los más posible, no por obligación, no, nadie me obliga a ello. Es más por apetencia personal que otra cosa. Si no pudiera llevar a cabo la tarea de reseñar a todos los que me enviaron libro, debo decir que no es porque no me gustase o por que me pareciera de poco interés, tampoco, será, sencillamente falta de tiempo, de modo que si sucediera, disculpas anticipadas. Aunque también es cierto que muchos los contesté en su día (No todos, es cierto pero muchos sí)
"Cuelgo" ahora un fragmento de un poema para todos, los reseñados hoy ayer antesdeayer... y mañana. Un poema titulado DEUDAS que viene explicar, en el sentido de corresponder con quienes te ofrecen algo suyo,en este caso libros que yo, aunque sean cosas materiales los considero una muestra de afecto o de amistad... lo que yo entiendo por eso, por afecto, por amistad.

DEUDAS

(fragmento)

Las deudas materiales se me olvidan.
(No puedo remediarlo, mil disculpas)
las otras, las de afecto: ¡Nunca, nunca!
Que la vida es muy dura y es, pagarlas,
ponerle una sonrisa a la amargura,
y palabras a un rostro
que alguna vez te dio lo que buscabas,
o te ayudó a encontrarlo,
o te prestó palabras, sin saberlo,
para poder hacer algún poema.

Del libro: Azul de los afectos

sábado, 10 de enero de 2009

JOAQUÍN BENITO DE LUCAS: Homenaje a su ciudad natal en "Canción del ánfora"




Fotografías: Joaquín Benito de Lucas y Manuel López Azorín en San Sebastián de los Reyes (1991-92)

En Talavera de la Reina. Joaquín Benito de Lucas y Francoise Ducos, con Manuel López Azorín , su mujer y sus hijas. (2001)


Siguiendo con los libros recibidos las pasadas fiestas de Navidad, traigo hoy uno de Joaquín Benito de Lucas, el último que me ha enviado, titulado Canción del ánfora y que no es otra cosa que (Como en muchas ocasiones, recordemos la antología La ciudad de las redes azules, por ejemplo, un homenaje que rinde a su ciudad natal Talavera de la Reina y a los artesanos de la famosa cerámica de su tierra.
En su primer poema nos dice con verso blanco:¿De dónde surge esta maravilla? / ¿Qué materia le da / su frágil consistencia? / ¿A qué manos se debe su forma? ¿Qué pinceles / acariciaron suavemente / su tersa piel de barro?
Prosigue Joaquín con el proceso creador, la preparación de la tierra, el torno, la cocción, la pintura, el esmalte... y al tiempo que canta a los alfareros, va cantando a su ciudad.
Esta ánfora contiene la fe de todo un pueblo / alimentando flores / sobre lápidas frías que el recuerdo calienta, (...) También está en las fiestas de las gentes sencillas / donde las voces suenan en torno a su figura.

Todo un largo poema, pues eso es este libro, para seguir hablando de esa tierra que lo vio nacer y lo ve vivir y escribir y andar siempre pendiente de ella y de sus actividades poéticas y culturales.

Joaquín ya me había enviado anteriormente otro libro, éste publicado por Cajasur en esa Colección coordinada por Antonio Rodríguez Jiménez: "Los cuadernos de Sandua", titulado El haz de la memoria. Un conjunto de poemas de tono unitario aunque escrito en diferentes etapas y lugares: Este verso / que dice lo que siente quien lo dice / que alza su voz a veces, que vacila / a veces, que se alegra y se lamenta.

Joaquín, que además de poeta, es profesor universitario en la U.A.M, mejor dicho fue porque ahora anda con júbilo(jubilado)sólo dedicado a su obra, tiene ya una intensa y extensa trayectoria desde que en 1967 obtuviera el Premio Adonais con el libro Materia de olvido, hasta esta Canción del ánfora, pasando, principalmente por Antinomia, un hermoso libro donde nos recrea, en homenaje a fernando de Rojas a Calisto, Melibea y la celestina.

Después, para mi gusto, su trilogía compuesta por Album de Familia, La mirada inocente y El reino de la niñez (Libro que yo le presenté en la Tertulia Hispanoamericana Rafael Montesinos, entonces, aunque todos la conocíamos como la tertulia de Montesinos, no llevaba su nombre, no lo llevaba porque él estaba aún allí presidiendo. Fue la última vez que Joaquín y yo intervinimos junto a Rafael) decía que tres libros donde el poeta, claro y con la dificil sencillez de la buena poesía, nos muestra su lado más personal: su familia, su niñez, su ciudad, su memoria, en fin, que como decia al principio siempre unida a Talavera de la Reina y a su río: el Tajo.

Muchos más libros componen la obra de Joaquín Benito de Lucas; pero yo quiero, además de los ya mencionados, destacar uno más Dolor a solas. Este libro íntimo, becqueriano, lírico como Juan Ramón Jiménez y de doble luz en el verso como Don Antonio Machado, obtuvo el Premio Esquío en 1990(si no recuerdo mal se publicó en el 91, lo sé porque tras leerlo yo le escribí a Joaquín un poema, un poema que se publicó en la prensa talaverana, creo que en La voz del Tajo y luego lo incluí en mi libro Azul de los afectos.

Aprovecho para "colgar" aquí ese poema dedicado a Joaquín y a su libro Dolor a solas y también para comentar que la mayoría de los poemas publicados en este blog (Con excepción de unos pocos inéditos) perteneces a mi libro Azul de los afectos que no es otra cosa que una recopilación de poemas que, a lo largo de veinte años, desde 1980 hasta el año 2000, fui escribiendo para los poetas con los que tuve y/o tengo relación (una excepción: Miguel Hernádez a quien, naturalmente no conocí)En definitiva para los amigos.

Traigo a colación todo esto porque resulta que el prólogo de Azul de los afectos lo escribió Joaquín Benito de Lucas, este profesor, este crítico literario, ensayista y poeta que canta en su poesía a su ciudad y al mundo diciendo siempre, como esos versos suyos que incluyo al principio ...lo que siente quien lo dice.(Y diciéndolo bien)

TRAS EL DOLOR

Para Joaquín Benito de Lucas

Contemplando la blanca pared de la memoria
(De dolor a solas)

1
Dolor es travesía
de otoño navegando rumbo al puerto.
Soñando lejanía
entre oleaje abierto
y luces de deseo en mar incierto.

2
Dolor mientras el viento
desde lo oscuro acerca la esperanza
y se lleva el lamento
y la culpa, y se alcanza
el puerto de los sueños, la confianza.

3
Hay en "Dolor a solas"
un gran "Campo de espumas" que, vencido,
naufraga entre las olas
del tiempo, del olvido,
sintiéndose culpable y confundido.

4
Con el naufragio ¿Duerme?
¿Muere... o es tan sólo un triste sueño?
Tras la tormenta vuelve,
asido en el madero,
aferrado a esperanzas y recuerdos.

5
Y tras las esperanzas
ruidos de vida nuevamente emergen,
y las olas se calman
y los campos florecen,
y los miedos se esfuman, y se vencen.

6
La travesía cesa
y cesa la memoria, cesa el llanto
y de lo oscuro llegan
todo lo cierto y falso
renovados de luz, entremezclados.

7
Y ya vencido el miedo
-ese dolor a solas que estremece
abrazado al silencio-
tras el dolor se advierte
la puerta del amor que se abre, envuelve.

Del libro: Azul de los afectos

jueves, 8 de enero de 2009

CARLOS MURCIANO: COMO AGUA ESCONDIDA


Fotografía: Carlos Murciano (De derecha a izquierda) Manuel López Azorín y Pepe Pelaz
tras finalizar su lectura en Tertulias de Autor de Helicón (1995-96)



A cambio de mi felicitación navideña con el poema Mientras...
Carlos Murciano me ha enviado su libro titulado Como agua escondida. Una antología de la Colección Los cuadernos de Sandua coordinada por el poeta Antonio Rodríguez Jiménez y publicada por Cajasur.
Un nuevo libro de este hijo predilecto de su pueblo natal, Arcos de la Frontera,que se suma a los ya muchos, más o menos un centenar, publicados por Carlos.

En él y frente a la eterna pregunta, frente a la duda de mi Mientras... Carlos Murciano me ofrece su respuesta, una hermosa respuesta que también entraña duda y algún que otro reproche o queja al principio y que, más adelante, se convierte en afirmación, en convicción,en creencia, en fe.
Una respuesta realizada con maestría lírica, formalismo clásico, ritmo, cadencia y belleza, (Poesía, temblor humano del espíritu) sobre la existencia divina que se enfrenta a la divinidad frente a lo que considera olvido: Las cosas claras , Dios, las cosas claras / ¿Acaso te pedí que me nacieras, / que de dos voluntades verdaderas, / de barro y llanto, Dios, me levantaras? / ¿Acaso te pedí que me dejaras / en mitad de la calle - en las aceras / se apiñaba la vida-, y que te fueras / y que con tu desdén me atropellaras?

Una respuesta que se aferra a creer para intentar comprender lo incomprensible: Dios está aquí, lo palpo en mi bolsillo, / lo siento en mi reloj y, aunque me empeño, / ni me sorprendo ni me maravillo / de verle tan enorme y tan pequeño.

La batalla de la fe colma las esperanzas del sujeto poético en esta breve antología que es, al mismo tiempo, el resumen de una obra de extraordinaria perfección formal, maestría que le ha servido a Carlos Murciano para obtener, a lo largo de más de 50 años de creación, muchos y prestigiosos premios como el Boscan, el Quevedo, Leonor, un larguísimo etcétera y también el Premio Nacional de Poesía(1970) por aquel hermoso libro titulado Este claro silencio.(Hay que decir además que es Premio Nacional de literatura infantil y también narrador de cuentos y crítico literario)

Se alberga en él el sueño eternal tras de la vida y la vida misma junto a la -blanca
miga de Dios transfigurada-, / vertiéndose en los pobres vasos- roja / sangre de Dios, redonda como el mundo.

Señor, esto es bien cierto: te lo debemos todo; / lo que somos y hacemos y tenemos y amamos.

Gracias a Carlos Murciano por tan hermoso libro, por la dedicatoria y el abrazo. Yo sinceramente no sé si voy, con él, a despejar mis continuas dudas ¡Ojalá! Ya me gustaría. (Dudas que, por otra parte y no sólo en el sentido divinal sino también en el devenir diario, nos acompañan (Como he escrito en algún poema: desde la adolescencia hasta el olvido) o seguiré preguntándome aquello de... ¿Y si fuera la estrella / la luz que nos alumbra,...? Pero en cualquier caso, siempre resulta gratificante leer su poesía y contar con su amistad.

Amistad que viene ya de hace años y que comenzó, recuerdo, en los previos a aquella lectura que Carlos Murciano vino a hacer a las Tertulias de Autor de Helicón allá mediados los años noventa del siglo pasado. De entonces, recuerdo siempre unos versos de Carlos que comienzan diciendo: SERENAMENTE digo: / (...) Empiezo. Lento, vuelvo / la página. Y escribo. / Y en la tinta me absuelvo / y me condeno. Y vivo.
Para concluir quiero dedicar a Carlos Murciano, a él que es un auténtico maestro del soneto, este que escribí para Gerardo Diego hace ya... ¡tantos años!
Soneto que se plantea la eterna pregunta y expresa esas dudas de las que vengo hablando en estas palabras de agradecimiento, de afecto y de admiración hacia su poesía y su persona.

¿LO SABES TÚ, CIPRÉS?


Para Carlos Murciano


Te yergues orgulloso, desafiante,
casi tocando con tu copa el cielo.
Tupido de esperanza, oscuro velo
que ensalza tu contorno cada instante.

En lo perdido estás y, vigilante,
miras desde tu altura con gran celo,
observas desde el fuego hasta el deshielo
y ves que todo marcha hacia adelante.

Nacer, vivir, morir, después enigma.
Quizá lo sepas desde tu atalaya,
quizá lo sientas desde tus raíces.

¿Adónde el alma si es que no es sofisma,
y qué será después a donde vaya,
lo sabes tú, ciprés, no me lo dices?

Del libro: Azul de los afectos

sábado, 3 de enero de 2009

ENRIQUE GRACIA, JOSÉ LÓPEZ RUEDA Y ENRIQUE VILORIA VERA: dos antologías para leer, tres autores para tener en cuenta.


Foto: reunión de poetas en Al-Aissiya (Sigüenza) El primero de la izquierda es Enrique Gracia. Le siguen Julia Grijalbo, Soledad Serrano, Jesús Riosalido, Manuel López Azorín, Joaquín Benito de Lucas,Carmina Casala, Ana Martín y Pilar Aroca.




Tenía pensado, para finalizar el 2008, escribir algo así como una especie de resumen de los meses que llevo escribiendo en este blog y hablar un poco sobre los libros que, a lo largo de este tiempo, he recibido. No ha podido ser y ahora, en estos primeros días del 2009 me propongo al menos comentar algunos.

Comenzaré por dos libros:La poética del vértigo de Enrique Gracia y Poética de la errancia,de José López Rueda, antologías ambos, que tienen en común al antólogo: Enrique Viloria Vera, escritor que personalmente no conozco y de quien quiero destacar su personal modo de abordar ambas antologías. Un modo que me ha parecido interesante y que me ha permitido conocer mejor, si cabe, a los dos poetas antologado por él (Debo decir que a Gracia, amigo poeta al que sigo y leo con interés desde hace tiempo no me lo ha descubierto tanto precisamente porque Enrique y yo nos conocemos y sabemos de nuestros trabajos poéticos desde hace ya muchos años.

A primeros de septiembre, cuando iniciaba este blog, Enrique Gracia y yo hicimos un viaje a Valdepeñas para rendir homenaje a un amigo común: Julián Creis (Ya escribí sobre esto el 14 de septiembre aquí) En ese viaje Enrique me dio, dedicada, su antología La poética del vértigo, libro del que me había venido hablando tiempo atrás, principalmente de la selección de poemas realizada bajo criterio del autor de dicha antología, es decir Enrique Viloria Vera. Me comentaba Enrique que el otro Enrique (El antólogo autor de la selección de poemas y, naturalmente, textos de la edición ) había incluido en ella un poema dedicado a mi y que pertenecía a su libro Historias para tiempos raros que fue, si mal no recuerdo Premio Bahía hace ya unos cuantos años. Enrique Gracia estaba contento y agradecido por el hecho de ser antologado y comentado por este otro Enrique (Viloria Vera) natural de Caracas. Profesor Titular de la Universidad Metropolitana e investigador permanente del Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca.
(Además de escritor es abogado, doctor en Derecho por la Universidad de París, es poeta y es autor de más de un centenar de libros.)

José López Rueda tuvo la gentileza de enviarme, en diciembre, su libro titulado Poética de la errancia (Ya había leído algunos poemarios suyos y especialmente Fervor secreto, publicado, creo en el año 2002. Lo he leído en estas fiestas navideñas, mejor dicho: lo estoy leyendo aún. Al igual que el libro de Enrique Gracia, es una antología con estudio y selección de poemas (Me imagino lo de la selección) a cargo de Enrique Viloria Vera.

Viloria Vera realiza en esta antología de López Rueda una especie de biografía del poeta a través de las diferentes etapas vitales, trasladadas a los libros escritos por este poeta de andar errante, haciendo -algo muy notable por parte del antólogo- que el propio autor nos cuente, con sus versos, su propia experiencia de vida mientras ha ido, errante, de un lado a otro del mundo como profesor de literatura.

Si con La poética del vértigo, Viloria nos enseñaba el mundo personal de Enrique Gracia a través del amor,de Madrid y sus gatos (El de Ursaria principalmente) de dioses,semi-dioses y de héroes eternos, cercanos (Los de algunos libros, cómics y el cine.)mientras nos habla de la soledad,de la tristeza, del tiempo (Aciago y feliz)Con su estudio y los versos de Enrique Gracia (Al igual que con López Rueda) nos introduce, a través de un mecanismo de acercamiento al hombre poeta en relación a su experiencia vital a lo largo de sus libros, de sus poemas, muy acertadamente, a dos poéticas diferentes en las formas y en el modo de decir, pero ambas interesantes y a tener en cuenta.

De este modo, Enrique Viloria Vera nos acerca, con los ritmos propios de cada poeta, a sus personales mundos de temas y tonos. Modos de dos poetas con visiones singulares de la poesía y de la vida (Que para algunos, es mi caso, viene a ser lo mismo.)
La poesía-vida de Enrique Gracia llena el alma, o el espíritu del lector,y lo hace con gozos y con incomodidades, con ironía y con angustia, golpeando, como dice que dice un amigo suyo, la boca del estómago. O las neuronas o los huesos o el corazón con preguntas que son el poema mismo. A veces cáustico,a veces tierno, a veces amoroso, a veces burlón, juguetea con el lenguaje para darle doble sentido al significante y añadir significados a la palabra con la que canta y denuncia la vida-poesía, una poesía repleta de versos hermosos que sacian nuestra sed y, supongo yo que, también, esa insatisfación de su Gato de Ursaria que se hizo desayunar asombro cada día, almorzar extrañeza y cenar hastío. Y que a mí como a Medardo Fraile que, curiosamente hace la presentación de las dos antologías que estoy comentando, me parece que ese gato es el mismísimo Enrique Gracia cuando escribe estas cosas que, junto con otras suyas, a mi me gustaría escribir pues me gustan. (Él sabe por las que lo digo)

La otra antología, la de José López Rueda, me está gustando porque el modo, la forma de exponer, de introducirnos en esta obra por parte del autor, Enrique Viloria Vera, es un modo de acercarnos a una poesía que nos explicita su recorrido vital y poético haciéndonos conocer y comprender mejor a este poeta existencial. humanista, metafisico... que nos ofrece una poesía de pensamiento con una gran formación clásica al tiempo que nos da también su lado experimentador de poesía actual. Un poeta, José López Rueda, que emplea, según sus propias palabras, la poesía como válvula que le ha permitido, hasta ahora, evitar al psiquiatra.(No es poca cosa esto, no)

Gracias a Enrique Gracia y a José López Rueda por sus libros (Gracias también a Viloria Vera) Termino y "cuelgo" un poema que escribí hace tiempo y que, por querer hacerlo de otro modo, lo dejé abandonado. Hoy lo rescato tal cual lo hice cuando Enrique Gracia me escribió un poema y lo incluyó en uno de sus libros. Para López Rueda debo confesar que no tengo ninguno escrito. Prometo hacerlo en otra ocasión.


Estás aquí, con K o con Q, y eres de papel de estraza

Para Enrique Gracia Trinidad


Te admiro porque sabes
hacer que la ironía sea palabra
de pura reflexión, audaz, cercana...
que besa y que golpea.

Tú arrastrabas la K como una losa
que hubiera roto un sueño y, sin embargo,
ella no era culpable
del intenso silencio, de la huida.

A veces sólo sirve regresar
donde tuvo sentido el corazón.


Y así volviste tú, con tu dolor
curado de abandono y de distancia.

Lo más difícil es que el corazón
recorra sus distancias sin heridas.


Estas aquí y una canción de amor,

(Y un saber que la estraza,
que la tina es auténtica
porque no tiene bordes recortados
y es igual que las alas,
no la belleza hermética de un frasco de diseño)

aunque contenga duda,
salva todo tu tiempo,
te recorre las venas y da vida
a lo que estuvo, hace ya tantos años,
a merced del olvido.

A veces sólo sirve regresar
donde tiene sentido el corazón.

(Ser poeta es un modo de sentir
de estar, ser, en la vida)

(Inédito)